Visitas destacadas
La fortaleza de Erebuni
Erebuni, así se conocía a la ciudad en la época de los asentamientos, es decir, hace 3000 años. En el año 782 a.C., uno de los más grandes reyes de Urartu, Argishti Primero, mandó construir esta ciudad poniéndole por nombre Erebuni. El significado del nombre todavía se discute, unos creen que significa “victoria” o “captura” y otros sostienen que su significado es “pueblos libres”. De cualquier modo, las excavaciones que permitieron descubrir esta maravilla no se comenzaron hasta el año 1950, a pesar de que antes se habían encontrado algunas cosas que llevaban a sospechar que allí podía haber algo. Existe toda una fortaleza rodeada parcialmente por altos muros, pero también zonas religiosas. En el espacio dedicado a esta reserva histórica y arqueológica encontramos también un museo donde podemos ver distintos objetos que se hallaron durante las excavaciones. Todos ellos, de la cultura urartiana que demuestran la existencia de habitantes en estas zonas desde hace tantos años.
Dirección: 020, Ereván, Calle 38. Armenia Horario: de martes a domingo de 10:30 a 16:30 (excavaciones y museo) Entrada: general 1000 AMD Más información en: www.erebuni.am
Museo del genocidio de Armenia
Este museo es una organización sin ánimo de lucro con sede en Ereván, dedicado a las víctimas del genocidio armenio, hecho que este pueblo sufrió desde 1915 hasta 1922 más o menos. El museo se encuentra en una colina, al oeste del río Hrazdan, muy cerca de la ciudad y junto a él nos encontramos también el Tsitsernakaberd, o monumento dedicado a estas víctimas. En el museo podemos encontrar información básica para aprender y apreciar todos los hechos ocurridos durante aquel período. Algunos fotos tomadas por alemanes y publicaciones de la época sobre el genocidio también se encuentran aquí. Además, a parte del museo y del monumento mucha gente ha plantado árboles en esta zona también como homenaje a las víctimas de estos acontecimientos. En general, el lugar es un sitio de aprendizaje, homenaje y recuerdo. Se respira una atmósfera de paz y tranquilidad, pero sobre todo de respeto. Un buen lugar para estar tranquilo, conocer la historia y sobre todo aprender. A pesar de las duras situaciones y los horribles recuerdos de todo lo sucedido, los armenios quieren homenajear. Nadie se merece morir en las circunstancias en las que miles de sus compatriotas lo hicieron y por todos ellos es este espacio en el suelo de Armenia.
Más información: www.genocide-museum.am
La Catedral de Armenia
A pesar de no encontrarse en la misma ciudad de Ereván, vale la pena acercarse a la vecina ciudad de Echmiadzin para visitar el gran complejo monástico, actualmente sede central de los católicos de Armenia. Este complejo está formado por varios edificios que datan de entre los siglos VI al XVII, y todo esto más el yacimiento arqueológico de Zvartnóts es, desde el año 2000 Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO. En el complejo podemos visitar todos los edificios que lo forman que son, la Catedral de Echmiadzín y cuatro Iglesias: la de Santa Hripsime, la de Santa Gayané, la de Choghagat y la de San Astvatsatsín. Todos los edificios son parecidos pero a la vez distintos pues todos datan de fechas diferentes y por tanto, las construcciones no se realizaron de forma exacta. Este es lugar de culto de todos los Católicos armenios y aquí se celebran las eucaristías y muchas otras celebraciones religiosas. En general, todo el país y toda la historia de Armenia está cargada de un fuerte sentimiento religioso que podemos observar en casi todos sus lugares turísticos.
El Museo de Arte Moderno
Fue ya en 2012 cuando el Museo de Arte Moderno de Armenia celebró su 40 aniversario. Así que son muchos años los que lleva este espacio llenando de cultura y arte la capital del país. A su creación, este Museo era el único de su especie en el territorio de la Unión Soviética y además tenía amplias salas dedicadas a las colecciones sobre tradiciones, lo que lo hacía especial y diferente al resto. Con el tiempo se llenó de salas con exposiciones permanentes y colecciones temporales que dan un punto cosmopolita y abierto al ambiente de la capital armenia. Sin duda, un lugar que gracias a las visitas que recibe se mantiene al día con las obras que expone y las colecciones que renueva cada cierto tiempo. Si ha decidido pasar unos días en Ereván puede visitar este Museo que le sorprenderá gratamente y entenderá el arte armenio de la segunda mitad del siglo XX. Además, podrá hacer algo un tanto diferente y comprender, a través del arte, las emociones y sensaciones de los habitantes de este país.
El Museo Nacional de Historia
El Museo Nacional de Historia de Ereván te introduce de lleno en el corazón de la civilización armenia con sus colecciones arqueológicas y etnológicas. Se trata del museo principal de la ciudad y está situado en la plaza de la República, justo en el centro neurálgico de Ereván. En el mismo edificio del museo encontramos también la Galería Nacional de Armenia. Visitar sólo el edificio ya vale la pena, si además lo visita durante la mañana pero también con la iluminación de una noche despejada se llevará la sensación de que valió la pena. Pero si además, quiere saber algo más de la historia de este pueblo, de sus idas y venidas no dude en entrar porque de un vistazo puede comprender el carácter pausado y amable de los armenios. El sentimiento de nostalgia que muchos arrastran por años en el exilio, por tantos armenios que se fueron y no regresaron y muchas otras cosas. Todas las civilizaciones que han pasado por este país han dejado su huella y así te lo muestran en este museo. Con objetos, imágenes y reconstrucciones del día a día de cada una de ellas. Así podemos llegar, al final, a la construcción de la Armenia que hoy vemos.
El templo de Garni
El pueblo de Garni está situado a unos 30 kilómetros de la capital de Armenia y es muy famoso por su complejo de fortificaciones. Además, queda en la misma carretera que lleva al Monasterio de Geghard, lugar también muy turístico a tan sólo 7 kilómetros de Garni, por lo que muchos turistas hacen aquí su primera parada. Las primeras fortificaciones de este lugar datan del siglo VIII a.C., y sirvieron para defender el territorio. Se encontraban en una zona accesible a orillas del río. A partir de este se empezaron a construir muchos más con infinidad de usos como baños, palacio del rey o Partenón. Ahora todos se pueden visitar si decidimos parar en este pueblo lleno de historia.
El Monasterio de Geghard
Este Monasterio se encuentra a unos 40 kilómetros de Ereván y se trata de una construcción arquitectónica única en todo el país. Se encuentra parcialmente excavada en la montaña que tiene detrás y a la vez rodeada de acantilados. Este Monasterio junto con el valle alto del Azat están incluidos en el Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde el año 2000. El Monasterio por dentro es impresionante y además de estar en un enclave privilegiado ofrece unas vistas únicas, rodeado de naturaleza, sin duda un lugar muy especial.
El lago Seván
Este lago es el más grande de Armenia y está protegido como Parque Nacional Seván. Es un lugar maravilloso para encontrarse con la naturaleza, con multitud de opciones de ocio. Desde una simple visita al monasterio que se encuentra dentro de su territorio a actividades de senderismo, pasar ratos en las playas del lago, contemplar la flora y la fauna que lo habitan y sobre todo disfrutar del entorno. No encontrará un lugar más bello tan cerca de Ereván. Con las montañas de fondo, los paisajes verdes llenos de naturaleza y un ambiente relajado y lleno de paz para pasar un día tranquilo.
El valle Ararat
El valle Ararat es la seña de identidad de esta ciudad. Un lugar tranquilo con la imagen siempre presente de ese monte con el mismo nombre que parece no dejar nunca de mirarte, de cuidarte. El monte impresiona por su belleza pero también por todo el peso que la historia le ha otorgado, es el bíblico Monte Ararat, allí donde llegó Noé cuando dejó de llover. Y este monte ahora está en alfombras, tapices y por todas partes en el país, incluso es la marca de un coñac, el favorito de Churchill. Sin lugar a dudas, uno no puede dejar el país sin acercarse al monte o por lo menos, mirarlo de frente y sentir su presencia milenaria.
Redactor :
Anne Chabot
