Presentación
Aalst, también conocido como Alost en francés y Oilsjt en el dialecto local, es una pacífica ciudad belga a cerca de 30 kilómetros al noroeste del río Dender, conocida por su carnaval, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y una disputa ancestral con el cercano pueblo de Dendermonde. La ciudad está llena de arquitectura deslumbrante sacada de los cuentos de hadas de Grimm, con tiendas que venden textiles producidos localmente y flores frescas del campo a sus alrededores. Hay también una pujante tradición cervecera, con lúpulos meciéndose en los campos alrededor de la ciudad y varias cervecerías en Aalst. La moneda es el euro y el huso horario es el de Europa central, UTC+1. Traiga consigo un paraguas en invierno y bloqueador en verano; Aalst disfruta de distintas estaciones.
La localidad de Alost pertenece (de mayor a menor) a la región Région Flamande, a la provincia Flandre Orientale, al distrito Alost y al cantón Alost.
La localidad de Alost tiene 81.062 habitantes.
El actual alcade de Alost es Christoph D'Haese (N-VA).
El gentilicio para los habitantes de Alost es Alostois y el idioma oficial de Alost es Idioma neerlandés. El nombre francés de la localidad es Alost, el nombre inglés de la localidad es Aalst.
La página web de Alost es http://www.aalst.be
Visitas destacadas
Explore la historia católica de Bélgica con una visita al Béguinage. El nombre se refiere a los pequeños grupos de edificios usados por los Beguines, conjuntos de grupos de mujeres laicas dentro de la iglesia católica que vivían en pequeñas comunidades para servir mejor a dios sin retirarse por completo del mundo ni convertirse en monjas. Los Beguines fueron comunes en los Países Bajos en la tardía Edad Media y estas comunidades semimonásticas buscaban imitar la vida de Cristo mediante la pobreza voluntaria, limosnas a los pobres, el cuidado de los enfermos y la oración. En Aalst se construyó una pequeña plaza rodeada de pequeñas casas simples en 1261 por orden de un rico ciudadano local. A pesar de que queda poco de las estructuras originales, no fue hasta la Segunda Guerra Mundial que el estilo de vida de los Beguines finalmente terminó. La iglesia de Santa Catarina, construida en 1787, aún está de pie, al igual que la diminuta capilla en honor de San Antonio de Padua, construida sobre la tumba de Johanna Dedemaecker, una beguine que murió en la peste de 1631. La tradición local habla de que después de su muerte muchos milagros tuvieron lugar alrededor de su tumba.
Esta famosa iglesia de estilo gótico se empezó a construir en 1480, aunque nunca se terminó por completo y la construcción finalmente se detuvo 180 años más tarde. No obstante, es un perfecto ejemplo del gótico de Brabante y usted conocer cómo el arquitecto pretendía que se viera la iglesia originalmente con el modelo a escala en el museo de sitio Het Gasthuys. Sin embargo, la verdadera razón por la que los visitantes se arremolinan aquí es la obra de uno de los grandes maestros flamencos, Peter Paul Rubens. La pintura “San Roque como patrón de la peste” se comisionó por ricos mercaderes de lúpulo y cerveza locales. Otras obras importantes incluyen la lápida de Dirk Martens, muchas hermosas ventanas con vitrales y un gran órgano Van Peteghem. Los visitantes con buena vista notarán una franja de cobre que corre por el suelo, y si usted visita a mediodía, verá el sol filtrarse por un diminuto agujero en uno de los vitrales y alinearse con esa franja. Éste es un rasgo común en las iglesias belgas y se usó para establecer los horarios de nuevos trenes en 1832.
Dirección: Priester Daensplein.
Ubicado en el Grote Markt, este hermoso edificio es una de las más antiguas casas de regidores en los Países Bajos, construido en 1225 con un techo alto y torres redondas en las esquinas que sirvieron de modelo para ayuntamientos medievales posteriores. Se ha reconstruido parcialmente dos veces; la primera después del daño recibido durante una guerra en 1380, y otra más después de un accidente con fuegos artificiales en 1879. La mayor atracción del edificio es la impresionante torre del campanario, completada en 1460 y en un principio equipado con campanas de Mechelen. Obviamente, las repican bastante porque las campanas actuales son el sexto grupo, un carillón de 52 campanas. La torre lleva la inscripción del rey Felipe II de España, que gobernaba la zona en 1555: “sin esperanza, sin miedo”. Al frente del edificio hay una pequeña extensión gótica que parece una catedral encogida que sobresale en la plaza y se agregó en el siglo XV; adornada con cinco estatuas de tamaño natural, vale la pena entrar y dirigirse a los sótanos, que alguna vez fueron cámaras de tortura.
Algunos de los más famosos residentes de Aalst se han inmortalizado con estatuas en la ciudad y vale la pena visitarlas si usted goza de una tarde libre para pasear por la ciudad. Quizá la famosa es la estatua de Dirk Martens, el hombre que trajo la tecnología de la imprenta a la ciudad. En 1473, el abrió la primera imprenta en Aalst, lo que trajo la literatura a las masas como nunca antes con las obras impresas de Erasmo y Thomas Moore. Su estatua se levantó en el Grote Markt en 1856: una figura de bronce negro verduzco hecha por Jean Geefs. En el Oude Vismarkt usted puede encontrar un lugareño notable, Louis Paul Boon, un novelista e historiador local que obtuvo su inspiración de la vida y la época de su ciudad de Aalst. En el Oud Schepenhuis puede usted encontrar varios condes de Flandes y condes de Aalst, cuyas representaciones observan la plaza. También se encuentra la Dama de la Justica con su espada y su balanza, el emperador Carlos V y el pintor de su corte Pieter Coecke van Aelst y Cornelius De Schrijver, el famoso humanista y poeta latino.
Si está en la ciudad el martes de carnaval, entonces la pasará de maravilla mientras Aalst celebra su propia versión de Mardi Gras, un espectáculo de tres días que la UNESCO reconoció en 2010 como una tradición cultural de importancia mundial. Las calles rebozan de gente que come algodón de azúcar y salchichas y lucha para llegar al frente. Más de 70 diferentes grupos, todos de Aalst, desfilan en disfraces fantásticos, que a menudo hacen burla de personajes políticos y sucesos actuales, mientras bandas de música, grupos de samba y bateristas llenan el aire de sonido. Desde travestis con pelucas de dos metros de largo hasta bebés gigantes de papel mache, marionetas de payasos de seis metros a balsas doradas gigantes, el día entero es un banquete para los sentidos. Si se perdió del carnaval, no se preocupe, la Feria Invernal tiene lugar a finales de febrero y es una preparación ideal. Con más de cien ruedas de la fortuna, juegos pirotécnicos y deliciosas donas smaâbol, será un grandioso día para la familia. El sitio web (en holandés) es: http://www.carnaval.oilsjt.be/.
Quizá usted es más un torpe ciclista que un Lance Armstrong, pero no deje que eso le impida intentar participar en la famosa ruta ciclista de Ronde van Vlaanderen. Entre pequeñas calles empedradas y colinas accidentadas, riberas pacíficas y bosques sombreados, usted ha de encontrar la sección de la ruta que mejor se acomoda a sus habilidades. La carrera ha tenido lugar desde 1913, y si usted es más un espectador que un ciclista, puede ver la carrera cada primavera. Sitio web: http://www.rondevanvlaanderen.be/en.
Ypres, o “Wipers” como lo conocían las tropas británicas en la Primera Guerra Mundial, fue el centro de algunas de las más sangrientas batallas que Europa haya visto y este maravilloso museo se aloja en la majestuosa Sala de Paños en el centro de Ypres, que ofrece una mirada sin paralelo a los más oscuros días de la historia europea del siglo XX. Con un historiador como curador, el museo ofrece una serie de exposiciones itinerantes que recrean los horrores de la “Gran Guerra”. Sitio web: http://www.inflandersfields.be/en.
Si le place salir del barullo de la ciudad y disfrutar del tranquilo campo alrededor de Aalst, entonces, ¿por qué no disfrutar de un paseo por el río? Los barcos salen de Aalst todos los días en viajes a St Amands y Mariakerke, Temse o Rupelmonde, el lugar de nacimiento del famoso geógrafo Mercator. Convenientemente, es también posible disfrutar de un paseo en bicicleta desde Aalst a Baasrode por la mañana antes de regresar a Aalst en barco. O disfrute de un crucero nocturno con un aperitivo gratis. Visite el sitio web de River Tours para más información: http://www.rivertours.be/EN/index.php.
Esta hermosa ciudad flamenca es un destino ideal para un viaje de un día, ya que está a 30 minutos en coche de o 20 en tren y reboza de cosas que hacer y ver. Los amantes de la arquitectura amarán los edificios históricos como el campanario de Ghent, la catedral de San Bavo y la iglesia de San Nicolás. Los amantes de la cocina enloquecerán con los platillos locales como los panecillos mastel, chocolates praliné, mostaza tierenteyn y el delicioso guiso Stoverij. Además de museos como el Museo voor Schone Kunsten, que exhibe arte de clase mundial de artistas como Hieronymous Bosch y Peter Paul Rubens.
¿Cómo llegar?
Con una grandiosa ubicación en el este de Flandes, es muy fácil llegar a Aalst desde Ghent o desde la capital, Bruselas, que está a sólo 25 minutos en tren. Bélgica es una joya de país con excelente transporte público, carreteras de calidad y una población móvil. Muchos visitantes vuelan a la capital del país, Bruselas, que es un crisol de culturas. El Aeropuerto de Bruselas tiene más de 19 millones de visitantes todos los años, con vuelos directos a países que incluyen Italia, Austria, Alemania y Gran Bretaña, al igual que Estados Unidos, Rusia y África del Norte. Una vez que llega a Aalst, es fácil caminar a todas partes y hay autobuses frecuentes que cruzan las zonas importantes de la ciudad. Los taxis y el alquiler de coches pueden ser caros, pero quizá sean más convenientes. O alquile un bakfiet, la icónica bicicleta de estilo holandés, y explore los senderos del río Dender con un día de campo de pan, cerveza y quesos locales en su canasta; ¡qué placer!
Presentación
Aalst, también conocido como Alost en francés y Oilsjt en el dialecto local, es una pacífica ciudad belga a cerca de 30 kilómetros al noroeste del río Dender, conocida por su carnaval, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y una disputa ancestral con el cercano pueblo de Dendermonde. La ciudad está llena de arquitectura deslumbrante sacada de los cuentos de hadas de Grimm, con tiendas que venden textiles producidos localmente y flores frescas del campo a sus alrededores. Hay también una pujante tradición cervecera, con lúpulos meciéndose en los campos alrededor de la ciudad y varias cervecerías en Aalst. La moneda es el euro y el huso horario es el de Europa central, UTC+1. Traiga consigo un paraguas en invierno y bloqueador en verano; Aalst disfruta de distintas estaciones.
La localidad de Alost pertenece (de mayor a menor) a la región Région Flamande, a la provincia Flandre Orientale, al distrito Alost y al cantón Alost.
La localidad de Alost tiene 81.062 habitantes.
El actual alcade de Alost es Christoph D'Haese (N-VA).
El gentilicio para los habitantes de Alost es Alostois y el idioma oficial de Alost es Idioma neerlandés. El nombre francés de la localidad es Alost, el nombre inglés de la localidad es Aalst.
La página web de Alost es http://www.aalst.be
Visitas destacadas
Explore la historia católica de Bélgica con una visita al Béguinage. El nombre se refiere a los pequeños grupos de edificios usados por los Beguines, conjuntos de grupos de mujeres laicas dentro de la iglesia católica que vivían en pequeñas comunidades para servir mejor a dios sin retirarse por completo del mundo ni convertirse en monjas. Los Beguines fueron comunes en los Países Bajos en la tardía Edad Media y estas comunidades semimonásticas buscaban imitar la vida de Cristo mediante la pobreza voluntaria, limosnas a los pobres, el cuidado de los enfermos y la oración. En Aalst se construyó una pequeña plaza rodeada de pequeñas casas simples en 1261 por orden de un rico ciudadano local. A pesar de que queda poco de las estructuras originales, no fue hasta la Segunda Guerra Mundial que el estilo de vida de los Beguines finalmente terminó. La iglesia de Santa Catarina, construida en 1787, aún está de pie, al igual que la diminuta capilla en honor de San Antonio de Padua, construida sobre la tumba de Johanna Dedemaecker, una beguine que murió en la peste de 1631. La tradición local habla de que después de su muerte muchos milagros tuvieron lugar alrededor de su tumba.
Esta famosa iglesia de estilo gótico se empezó a construir en 1480, aunque nunca se terminó por completo y la construcción finalmente se detuvo 180 años más tarde. No obstante, es un perfecto ejemplo del gótico de Brabante y usted conocer cómo el arquitecto pretendía que se viera la iglesia originalmente con el modelo a escala en el museo de sitio Het Gasthuys. Sin embargo, la verdadera razón por la que los visitantes se arremolinan aquí es la obra de uno de los grandes maestros flamencos, Peter Paul Rubens. La pintura “San Roque como patrón de la peste” se comisionó por ricos mercaderes de lúpulo y cerveza locales. Otras obras importantes incluyen la lápida de Dirk Martens, muchas hermosas ventanas con vitrales y un gran órgano Van Peteghem. Los visitantes con buena vista notarán una franja de cobre que corre por el suelo, y si usted visita a mediodía, verá el sol filtrarse por un diminuto agujero en uno de los vitrales y alinearse con esa franja. Éste es un rasgo común en las iglesias belgas y se usó para establecer los horarios de nuevos trenes en 1832.
Dirección: Priester Daensplein.
Ubicado en el Grote Markt, este hermoso edificio es una de las más antiguas casas de regidores en los Países Bajos, construido en 1225 con un techo alto y torres redondas en las esquinas que sirvieron de modelo para ayuntamientos medievales posteriores. Se ha reconstruido parcialmente dos veces; la primera después del daño recibido durante una guerra en 1380, y otra más después de un accidente con fuegos artificiales en 1879. La mayor atracción del edificio es la impresionante torre del campanario, completada en 1460 y en un principio equipado con campanas de Mechelen. Obviamente, las repican bastante porque las campanas actuales son el sexto grupo, un carillón de 52 campanas. La torre lleva la inscripción del rey Felipe II de España, que gobernaba la zona en 1555: “sin esperanza, sin miedo”. Al frente del edificio hay una pequeña extensión gótica que parece una catedral encogida que sobresale en la plaza y se agregó en el siglo XV; adornada con cinco estatuas de tamaño natural, vale la pena entrar y dirigirse a los sótanos, que alguna vez fueron cámaras de tortura.
Algunos de los más famosos residentes de Aalst se han inmortalizado con estatuas en la ciudad y vale la pena visitarlas si usted goza de una tarde libre para pasear por la ciudad. Quizá la famosa es la estatua de Dirk Martens, el hombre que trajo la tecnología de la imprenta a la ciudad. En 1473, el abrió la primera imprenta en Aalst, lo que trajo la literatura a las masas como nunca antes con las obras impresas de Erasmo y Thomas Moore. Su estatua se levantó en el Grote Markt en 1856: una figura de bronce negro verduzco hecha por Jean Geefs. En el Oude Vismarkt usted puede encontrar un lugareño notable, Louis Paul Boon, un novelista e historiador local que obtuvo su inspiración de la vida y la época de su ciudad de Aalst. En el Oud Schepenhuis puede usted encontrar varios condes de Flandes y condes de Aalst, cuyas representaciones observan la plaza. También se encuentra la Dama de la Justica con su espada y su balanza, el emperador Carlos V y el pintor de su corte Pieter Coecke van Aelst y Cornelius De Schrijver, el famoso humanista y poeta latino.
Si está en la ciudad el martes de carnaval, entonces la pasará de maravilla mientras Aalst celebra su propia versión de Mardi Gras, un espectáculo de tres días que la UNESCO reconoció en 2010 como una tradición cultural de importancia mundial. Las calles rebozan de gente que come algodón de azúcar y salchichas y lucha para llegar al frente. Más de 70 diferentes grupos, todos de Aalst, desfilan en disfraces fantásticos, que a menudo hacen burla de personajes políticos y sucesos actuales, mientras bandas de música, grupos de samba y bateristas llenan el aire de sonido. Desde travestis con pelucas de dos metros de largo hasta bebés gigantes de papel mache, marionetas de payasos de seis metros a balsas doradas gigantes, el día entero es un banquete para los sentidos. Si se perdió del carnaval, no se preocupe, la Feria Invernal tiene lugar a finales de febrero y es una preparación ideal. Con más de cien ruedas de la fortuna, juegos pirotécnicos y deliciosas donas smaâbol, será un grandioso día para la familia. El sitio web (en holandés) es: http://www.carnaval.oilsjt.be/.
Quizá usted es más un torpe ciclista que un Lance Armstrong, pero no deje que eso le impida intentar participar en la famosa ruta ciclista de Ronde van Vlaanderen. Entre pequeñas calles empedradas y colinas accidentadas, riberas pacíficas y bosques sombreados, usted ha de encontrar la sección de la ruta que mejor se acomoda a sus habilidades. La carrera ha tenido lugar desde 1913, y si usted es más un espectador que un ciclista, puede ver la carrera cada primavera. Sitio web: http://www.rondevanvlaanderen.be/en.
Ypres, o “Wipers” como lo conocían las tropas británicas en la Primera Guerra Mundial, fue el centro de algunas de las más sangrientas batallas que Europa haya visto y este maravilloso museo se aloja en la majestuosa Sala de Paños en el centro de Ypres, que ofrece una mirada sin paralelo a los más oscuros días de la historia europea del siglo XX. Con un historiador como curador, el museo ofrece una serie de exposiciones itinerantes que recrean los horrores de la “Gran Guerra”. Sitio web: http://www.inflandersfields.be/en.
Si le place salir del barullo de la ciudad y disfrutar del tranquilo campo alrededor de Aalst, entonces, ¿por qué no disfrutar de un paseo por el río? Los barcos salen de Aalst todos los días en viajes a St Amands y Mariakerke, Temse o Rupelmonde, el lugar de nacimiento del famoso geógrafo Mercator. Convenientemente, es también posible disfrutar de un paseo en bicicleta desde Aalst a Baasrode por la mañana antes de regresar a Aalst en barco. O disfrute de un crucero nocturno con un aperitivo gratis. Visite el sitio web de River Tours para más información: http://www.rivertours.be/EN/index.php.
Esta hermosa ciudad flamenca es un destino ideal para un viaje de un día, ya que está a 30 minutos en coche de o 20 en tren y reboza de cosas que hacer y ver. Los amantes de la arquitectura amarán los edificios históricos como el campanario de Ghent, la catedral de San Bavo y la iglesia de San Nicolás. Los amantes de la cocina enloquecerán con los platillos locales como los panecillos mastel, chocolates praliné, mostaza tierenteyn y el delicioso guiso Stoverij. Además de museos como el Museo voor Schone Kunsten, que exhibe arte de clase mundial de artistas como Hieronymous Bosch y Peter Paul Rubens.
¿Cómo llegar?
Con una grandiosa ubicación en el este de Flandes, es muy fácil llegar a Aalst desde Ghent o desde la capital, Bruselas, que está a sólo 25 minutos en tren. Bélgica es una joya de país con excelente transporte público, carreteras de calidad y una población móvil. Muchos visitantes vuelan a la capital del país, Bruselas, que es un crisol de culturas. El Aeropuerto de Bruselas tiene más de 19 millones de visitantes todos los años, con vuelos directos a países que incluyen Italia, Austria, Alemania y Gran Bretaña, al igual que Estados Unidos, Rusia y África del Norte. Una vez que llega a Aalst, es fácil caminar a todas partes y hay autobuses frecuentes que cruzan las zonas importantes de la ciudad. Los taxis y el alquiler de coches pueden ser caros, pero quizá sean más convenientes. O alquile un bakfiet, la icónica bicicleta de estilo holandés, y explore los senderos del río Dender con un día de campo de pan, cerveza y quesos locales en su canasta; ¡qué placer!