Presentación
Arlon es una bella ciudad que se enclava en el sureste de Bélgica, a muy pocos kilómetros de la frontera con Luxemburgo. Una urbe cultural donde las haya que, además, tiene a gala ser la ciudad más antigua de todo el país. Aunque de origen celta, se han encontrado numerosos vestigios arqueológicos de la ocupación romana de la ciudad (en el siglo I d.C.). En la actualidad es un destino turístico muy relevante en Bélgica, por la belleza de su casco antiguo y de sus muchos y especiales monumentos. En Arlon residen más de 26.500 personas. Aunque en cualquier época del año la ciudad se dibuja como un destino atractivo y brillante, es buena idea visitarla en febrero durante la celebración del Carnaval, ya que está considerado como uno de los mejores de Bélgica.
La localidad de Arlon pertenece (de mayor a menor) a la región Région Wallonne, a la provincia Luxembourg, al distrito Arlon y al cantón Arlon.
La localidad de Arlon tiene 26.548 habitantes.
El actual alcade de Arlon es Vincent Magnus (Centre démocrate humaniste).
El gentilicio para los habitantes de Arlon es Arlonais. El nombre inglés de la localidad es Arlon, el nombre español es Arlon.
La página web de Arlon es http://www.arlon.be
Visitas destacadas
Aunque Arlon es una ciudad de origen romano, posee un fuerte carácter medieval que se respira en todos sus rincones. Y, además de monumentos y edificios medievales, hay numerosas iglesias de diferentes épocas y estilos que merece la pena visitar, por lo que programar una ruta para conocerlas será una magnífica idea. Para empezar, conviene visitar la iglesia de San Martín, construida entre 1907 y 1914 por deseo de Leopoldo II. Muestra un estilo gótico radiante y posee una torre de casi 100 metros de altura. También hay que destacar la iglesia de San Donato, que se edificó sobre las ruinas de un monasterio de los Padres Capuchinos del siglo XVII. Conviene visitar también la Sinagoga de Arlon, construida por los judíos en 1860, y que ostenta el título de ser la primera sinagoga de Bélgica. Muestra una bellísima fachada de estilo oriental, aunque su arquitectura es fundamentalmente romano-bizantina. No podemos olvidarnos de la iglesia del Sagrado Corazón cuya construcción, que se debió a los jesuitas, se inició en 1895. Por último, citaremos la abadía de Clairefontaine en la que, además de las ruinas de la vieja abadía, encontramos una pequeña capilla del siglo XIX.
Una cita con la cultura en esta ciudad no puede estar completa sin una visita al Museo Arqueológico de Arlon, localizado en el número 13 de Rue des Martyrs. Dado que la urbe es muy antigua (ya hemos mencionado que se la considera la ciudad más antigua de Bélgica), sus orígenes se remontan a un tiempo anterior a la ocupación romana, por lo que son muchos los hallazgos arqueológicos de relevancia encontrados en los alrededores de la ciudad. Por eso se necesitaba un lugar en el que depositar estos tesoros y donde pudiesen estar al alcance de todos aquellos que deseasen conocerlos. Con este objetivo nació el Museo Arqueológico de Arlon, donde pueden verse un interminable repertorio de restos arqueológicos de la época romana, desde esculturas hasta monumentos funerarios. También hay algunas ruinas de la antigua muralla romana de la ciudad, y una gran cantidad de vasijas de barro y objetos de cerámica. El museo organiza exposiciones temporales, visitas guiadas en varios idiomas, conferencias y actos culturales y actividades para niños.
Horario: de martes a sábado, de 9:00 a 12:00 h. y de 13:30 a 17:30 h. Además, desde el 15 de abril y hasta el 15 de septiembre, abre también domingos y festivos, de 13:30 a 17:30 h. Tel.: +32 (0) 63/21 28 49 E-mail: musee.archeologique @ province.luxembourg.be Precio: entrada adultos, 4 €. Niños, 1 €. Menores de 6 años, gratis.
Los enamorados del ciclismo y el mundo de la bicicleta encontrarán en Arlon un lugar apasionante, el Museo de la Bicicleta (Rue de Stehnen, 44), creado por Philippe Tibesar Weyler. Es el mejor lugar para conocer y comprender el significado que este artilugio de dos ruedas tiene en Bélgica, país en el que es realmente popular. Además de analizar y divulgar la historia de la bicicleta desde que fuese inventada en 1817 por el barón Kartl von Drais, el museo muestra la magnífica colección privada de Weyler que incluye más de un centenar de bicicletas que datan desde 1818 hasta la época actual. Algunas de ellas, además, tienen la particularidad de haber pertenecido a grandes ciclistas como el francés Jacques Anquetil, el holandés Joop Zoetemelk o el inglés Chris Boardman. Las primeras bicicletas que existieron no eran más que dos ruedas unidas por una horquilla metálica. Después se les añadirían los pedales, unidos a la rueda delantera, y posteriormente la cadena y los engranajes que presentan hoy. Esta paulatina transformación culmina en torno a 1879, cuando se crea la primera bicicleta tal y como es en la actualidad… salvando las distancias en cuanto a diseño y materiales.
Horario: con cita previa. Precio: entrada adultos, 3 €. Niños, 2 €.
El centro histórico es una de las joyas que posee la ciudad de Arlon. Un entramado de calles y plazas que merece la pena recorrer sin prisas, disfrutando de su ambiente medieval. Un recorrido por esta parte de la ciudad podría comenzar en la Grand Place, una plaza rodeada de bellos edificios que es el lugar perfecto para hacer un descanso. No hay nada como sentarse en alguna de sus cafeterías para observar con detenimiento cómo discurre la vida de la ciudad. Muy cerca está la Torre Romana, un resto de las antiguas murallas de la época de los romanos que aún pervive. Otra de las plazas que no podemos dejar de visitar en un recorrido por las calles de Arlon es la Place Leopold, en la que se localizan algunos de los edificios más destacados de la ciudad. Como el Antiguo Palacio de Justicia, del siglo XIX. Se trata de un imponente edificio de estilo gótico que fue construido entre los años 1864 y 1866. También destaca el Palacio Provincial como una de las construcciones civiles más sobresalientes de Arlon, que es considerada capital de la provincia belga de Luxemburgo desde el año 1839. La ciudad estaba viviendo una época de esplendor y de muchos cambios. El arquitecto oficial era Jamot, quien se encargó de la urbanización de esta ciudad en crecimiento. El Palacio Provincial terminó de construirse en el año 1849, aunque a lo largo de su historia sufrió numerosas modificaciones, obras y restauraciones: fue pasto de las llamas en dos ocasiones, reconstruido en 1947 y ampliado en 1975.
A pesar de su pasado histórico tan remoto, Arlon es una ciudad viva y dinámica, que posee un espíritu muy alegre. Prueba de ello son los muchos eventos lúdicos, culturales y, cómo no, festivos que se celebran en la ciudad a lo largo del año. Y entre todas las fiestas señaladas, destaca una por se la más especial: el Carnaval de Arlon, uno de los mejores de Bélgica y de Europa. Tiene lugar entre finales de febrero y principios de marzo y es uno de los acontecimientos más importantes de la ciudad. Durante estos días se celebran desfiles callejeros, fiestas de disfraces y bailes. El pistoletazo de salida es la elección del Príncipe de la Ciudad (por votación popular entre los jóvenes de la ciudad) y la entrega de las llaves de la misma. Después de eso son muchas las tradiciones que encierra esta fiesta tan colorista y divertida, aunque lo mejor son, sin duda, los especialísimos desfiles de Carnaval. Un poco más tarde, el cuarto domingo de mayo, la ciudad vuelve a vestirse de fiesta con la celebración del Festival Maitrank. Durante dos días la Plaza Leopoldo, en el casco antiguo, se convierte en el centro de todas las miradas. Se celebran conciertos, eventos lúdicos para grandes y pequeños, y, sobre todo, degustaciones del tradicional maitrank, una bebida local elaborada con vino blanco, una planta llamada woodruff y azúcar.
Es uno de los emplazamientos religiosos más importantes de los alrededores de Arlon. Se localiza a tan sólo 4 kilómetros de la ciudad, muy cerca de la frontera con Luxemburgo, y dada su cercanía, merece la pena acercarse al lugar. Allí se pueden ver las ruinas de la vieja abadía, una capilla que data del siglo XIX y que fue construida por los jesuitas para albergar una imagen de Nuestra Señora de Clairefontaine, y un bello jardín de plantas medicinales cuyos orígenes se remontan a tiempos medievales. En la capilla está enterrada la condesa Emersinde, que fue la verdadera artífice de la abadía en el siglo XIII.
Este paraje natural tan bello que se localiza entre Arlon y Martelange fue catalogado como Parque Nacional en julio de 1994. Cerca de 7.100 hectáreas de terreno en las que se da una especial riqueza paisajística, y también desde el punto de vista de la flora y la fauna. El lugar, que es una zona de gran interés biológico, está atravesado por el río Attert antes de su desembocadura en el Rhin, del que es afluente. El parque está protegido por medidas especiales que tratan de garantizar el desarrollo sostenible de la biodiversidad y del medioambiente. Pertenece a la red de Parques Naturales de Valonia.
Entre las muchas cosas que pueden hacerse en la zona de Arlon, destaca la de disfrutar de la música clásica en plena naturaleza. Eso es lo que persigue el Festival de Música en el Valle, ofrecer a los visitantes la oportunidad de comprobar lo bien que suena la música clásica con los verdes paisajes del Valle del Attert como telón de fondo. Este evento cultural se celebra cada año a finales de agosto, y suele durar hasta finales de septiembre. Un mes de conciertos ejecutados por prestigiosos artistas. En la iniciativa participan cinco de los pueblos del valle: Attert en Bélgica, y Beckerich, Ell, Préizerdaul y Redange en Luxemburgo.
Localizado en el pueblo del mismo nombre, a unos xx km. de Arlon, es uno de los monumentos estrella de esta parte del país. Fue construido en el siglo XIV, concretamente en la segunda mitad. En 1413 sufrió graves desperfectos en una batalla y tuvo que ser reconstruido en 1432. Después se mantuvo en bastante buen estado hasta que en 1983 fue destruido por un incendio. La reconstrucción no comenzó hasta 1998. Después de visitar este impresionante castillo, merece la pena deambular un poco por el pueblo medieval de Autelbas, que data de los tiempos medievales.
¿Cómo llegar?
- Por carretera: la red de carreteras de Bélgica es muy práctica y cómoda, y llegar a Arlon es sencillo. Desde ciudades como Brujas o Lieja, hay que conducir por la Carretera Nacional 4, o por la autopista E411/E25/A4, tomando la salida 31. Para llegar desde Luxemburgo hay que coger la misma autopista E411/E25/A4, pero tomar la salida 32. Desde Francia se llega por la Carretera Nacional 81.
- En avión: para llegar a Arlon en avión la alternativa más práctica es volar al Aeropuerto de Luxemburgo, que se localiza a sólo 45 km. de la ciudad.
- En autobús: es posible llegar a Arlon tomando uno de los autobuses que van de Namur a Luxemburgo.
- En tren: es muy fácil llegar a Arlon en tren, ya que se encuentra en el eje ferroviario que conecta Bruselas con Luxemburgo, pasando por Namur. Esta línea fue inaugurada en el año 1858. También existe otra línea que pasa por Arlon, y que une la ciudad con otras como Athus, Bertrix, Libramont y Dinant en Bélgica, y Rodange en Luxemburgo.
- Transporte público y taxis: para descubrir el centro histórico de la ciudad no se requiere ningún medio de transporte, más que los pies, ya que pasear por sus calles será la mejor manera de conocerlo en profundidad. Si queremos movernos por los alrededores, conviene considerar la bicicleta como el transporte idóneo, ya que es uno de los medios más empleados en todo el país. También podemos tomar un taxi, una opción más cara y menos ecológica.
Presentación
Arlon es una bella ciudad que se enclava en el sureste de Bélgica, a muy pocos kilómetros de la frontera con Luxemburgo. Una urbe cultural donde las haya que, además, tiene a gala ser la ciudad más antigua de todo el país. Aunque de origen celta, se han encontrado numerosos vestigios arqueológicos de la ocupación romana de la ciudad (en el siglo I d.C.). En la actualidad es un destino turístico muy relevante en Bélgica, por la belleza de su casco antiguo y de sus muchos y especiales monumentos. En Arlon residen más de 26.500 personas. Aunque en cualquier época del año la ciudad se dibuja como un destino atractivo y brillante, es buena idea visitarla en febrero durante la celebración del Carnaval, ya que está considerado como uno de los mejores de Bélgica.
La localidad de Arlon pertenece (de mayor a menor) a la región Région Wallonne, a la provincia Luxembourg, al distrito Arlon y al cantón Arlon.
La localidad de Arlon tiene 26.548 habitantes.
El actual alcade de Arlon es Vincent Magnus (Centre démocrate humaniste).
El gentilicio para los habitantes de Arlon es Arlonais. El nombre inglés de la localidad es Arlon, el nombre español es Arlon.
La página web de Arlon es http://www.arlon.be
Visitas destacadas
Aunque Arlon es una ciudad de origen romano, posee un fuerte carácter medieval que se respira en todos sus rincones. Y, además de monumentos y edificios medievales, hay numerosas iglesias de diferentes épocas y estilos que merece la pena visitar, por lo que programar una ruta para conocerlas será una magnífica idea. Para empezar, conviene visitar la iglesia de San Martín, construida entre 1907 y 1914 por deseo de Leopoldo II. Muestra un estilo gótico radiante y posee una torre de casi 100 metros de altura. También hay que destacar la iglesia de San Donato, que se edificó sobre las ruinas de un monasterio de los Padres Capuchinos del siglo XVII. Conviene visitar también la Sinagoga de Arlon, construida por los judíos en 1860, y que ostenta el título de ser la primera sinagoga de Bélgica. Muestra una bellísima fachada de estilo oriental, aunque su arquitectura es fundamentalmente romano-bizantina. No podemos olvidarnos de la iglesia del Sagrado Corazón cuya construcción, que se debió a los jesuitas, se inició en 1895. Por último, citaremos la abadía de Clairefontaine en la que, además de las ruinas de la vieja abadía, encontramos una pequeña capilla del siglo XIX.
Una cita con la cultura en esta ciudad no puede estar completa sin una visita al Museo Arqueológico de Arlon, localizado en el número 13 de Rue des Martyrs. Dado que la urbe es muy antigua (ya hemos mencionado que se la considera la ciudad más antigua de Bélgica), sus orígenes se remontan a un tiempo anterior a la ocupación romana, por lo que son muchos los hallazgos arqueológicos de relevancia encontrados en los alrededores de la ciudad. Por eso se necesitaba un lugar en el que depositar estos tesoros y donde pudiesen estar al alcance de todos aquellos que deseasen conocerlos. Con este objetivo nació el Museo Arqueológico de Arlon, donde pueden verse un interminable repertorio de restos arqueológicos de la época romana, desde esculturas hasta monumentos funerarios. También hay algunas ruinas de la antigua muralla romana de la ciudad, y una gran cantidad de vasijas de barro y objetos de cerámica. El museo organiza exposiciones temporales, visitas guiadas en varios idiomas, conferencias y actos culturales y actividades para niños.
Horario: de martes a sábado, de 9:00 a 12:00 h. y de 13:30 a 17:30 h. Además, desde el 15 de abril y hasta el 15 de septiembre, abre también domingos y festivos, de 13:30 a 17:30 h. Tel.: +32 (0) 63/21 28 49 E-mail: musee.archeologique @ province.luxembourg.be Precio: entrada adultos, 4 €. Niños, 1 €. Menores de 6 años, gratis.
Los enamorados del ciclismo y el mundo de la bicicleta encontrarán en Arlon un lugar apasionante, el Museo de la Bicicleta (Rue de Stehnen, 44), creado por Philippe Tibesar Weyler. Es el mejor lugar para conocer y comprender el significado que este artilugio de dos ruedas tiene en Bélgica, país en el que es realmente popular. Además de analizar y divulgar la historia de la bicicleta desde que fuese inventada en 1817 por el barón Kartl von Drais, el museo muestra la magnífica colección privada de Weyler que incluye más de un centenar de bicicletas que datan desde 1818 hasta la época actual. Algunas de ellas, además, tienen la particularidad de haber pertenecido a grandes ciclistas como el francés Jacques Anquetil, el holandés Joop Zoetemelk o el inglés Chris Boardman. Las primeras bicicletas que existieron no eran más que dos ruedas unidas por una horquilla metálica. Después se les añadirían los pedales, unidos a la rueda delantera, y posteriormente la cadena y los engranajes que presentan hoy. Esta paulatina transformación culmina en torno a 1879, cuando se crea la primera bicicleta tal y como es en la actualidad… salvando las distancias en cuanto a diseño y materiales.
Horario: con cita previa. Precio: entrada adultos, 3 €. Niños, 2 €.
El centro histórico es una de las joyas que posee la ciudad de Arlon. Un entramado de calles y plazas que merece la pena recorrer sin prisas, disfrutando de su ambiente medieval. Un recorrido por esta parte de la ciudad podría comenzar en la Grand Place, una plaza rodeada de bellos edificios que es el lugar perfecto para hacer un descanso. No hay nada como sentarse en alguna de sus cafeterías para observar con detenimiento cómo discurre la vida de la ciudad. Muy cerca está la Torre Romana, un resto de las antiguas murallas de la época de los romanos que aún pervive. Otra de las plazas que no podemos dejar de visitar en un recorrido por las calles de Arlon es la Place Leopold, en la que se localizan algunos de los edificios más destacados de la ciudad. Como el Antiguo Palacio de Justicia, del siglo XIX. Se trata de un imponente edificio de estilo gótico que fue construido entre los años 1864 y 1866. También destaca el Palacio Provincial como una de las construcciones civiles más sobresalientes de Arlon, que es considerada capital de la provincia belga de Luxemburgo desde el año 1839. La ciudad estaba viviendo una época de esplendor y de muchos cambios. El arquitecto oficial era Jamot, quien se encargó de la urbanización de esta ciudad en crecimiento. El Palacio Provincial terminó de construirse en el año 1849, aunque a lo largo de su historia sufrió numerosas modificaciones, obras y restauraciones: fue pasto de las llamas en dos ocasiones, reconstruido en 1947 y ampliado en 1975.
A pesar de su pasado histórico tan remoto, Arlon es una ciudad viva y dinámica, que posee un espíritu muy alegre. Prueba de ello son los muchos eventos lúdicos, culturales y, cómo no, festivos que se celebran en la ciudad a lo largo del año. Y entre todas las fiestas señaladas, destaca una por se la más especial: el Carnaval de Arlon, uno de los mejores de Bélgica y de Europa. Tiene lugar entre finales de febrero y principios de marzo y es uno de los acontecimientos más importantes de la ciudad. Durante estos días se celebran desfiles callejeros, fiestas de disfraces y bailes. El pistoletazo de salida es la elección del Príncipe de la Ciudad (por votación popular entre los jóvenes de la ciudad) y la entrega de las llaves de la misma. Después de eso son muchas las tradiciones que encierra esta fiesta tan colorista y divertida, aunque lo mejor son, sin duda, los especialísimos desfiles de Carnaval. Un poco más tarde, el cuarto domingo de mayo, la ciudad vuelve a vestirse de fiesta con la celebración del Festival Maitrank. Durante dos días la Plaza Leopoldo, en el casco antiguo, se convierte en el centro de todas las miradas. Se celebran conciertos, eventos lúdicos para grandes y pequeños, y, sobre todo, degustaciones del tradicional maitrank, una bebida local elaborada con vino blanco, una planta llamada woodruff y azúcar.
Es uno de los emplazamientos religiosos más importantes de los alrededores de Arlon. Se localiza a tan sólo 4 kilómetros de la ciudad, muy cerca de la frontera con Luxemburgo, y dada su cercanía, merece la pena acercarse al lugar. Allí se pueden ver las ruinas de la vieja abadía, una capilla que data del siglo XIX y que fue construida por los jesuitas para albergar una imagen de Nuestra Señora de Clairefontaine, y un bello jardín de plantas medicinales cuyos orígenes se remontan a tiempos medievales. En la capilla está enterrada la condesa Emersinde, que fue la verdadera artífice de la abadía en el siglo XIII.
Este paraje natural tan bello que se localiza entre Arlon y Martelange fue catalogado como Parque Nacional en julio de 1994. Cerca de 7.100 hectáreas de terreno en las que se da una especial riqueza paisajística, y también desde el punto de vista de la flora y la fauna. El lugar, que es una zona de gran interés biológico, está atravesado por el río Attert antes de su desembocadura en el Rhin, del que es afluente. El parque está protegido por medidas especiales que tratan de garantizar el desarrollo sostenible de la biodiversidad y del medioambiente. Pertenece a la red de Parques Naturales de Valonia.
Entre las muchas cosas que pueden hacerse en la zona de Arlon, destaca la de disfrutar de la música clásica en plena naturaleza. Eso es lo que persigue el Festival de Música en el Valle, ofrecer a los visitantes la oportunidad de comprobar lo bien que suena la música clásica con los verdes paisajes del Valle del Attert como telón de fondo. Este evento cultural se celebra cada año a finales de agosto, y suele durar hasta finales de septiembre. Un mes de conciertos ejecutados por prestigiosos artistas. En la iniciativa participan cinco de los pueblos del valle: Attert en Bélgica, y Beckerich, Ell, Préizerdaul y Redange en Luxemburgo.
Localizado en el pueblo del mismo nombre, a unos xx km. de Arlon, es uno de los monumentos estrella de esta parte del país. Fue construido en el siglo XIV, concretamente en la segunda mitad. En 1413 sufrió graves desperfectos en una batalla y tuvo que ser reconstruido en 1432. Después se mantuvo en bastante buen estado hasta que en 1983 fue destruido por un incendio. La reconstrucción no comenzó hasta 1998. Después de visitar este impresionante castillo, merece la pena deambular un poco por el pueblo medieval de Autelbas, que data de los tiempos medievales.
¿Cómo llegar?
- Por carretera: la red de carreteras de Bélgica es muy práctica y cómoda, y llegar a Arlon es sencillo. Desde ciudades como Brujas o Lieja, hay que conducir por la Carretera Nacional 4, o por la autopista E411/E25/A4, tomando la salida 31. Para llegar desde Luxemburgo hay que coger la misma autopista E411/E25/A4, pero tomar la salida 32. Desde Francia se llega por la Carretera Nacional 81.
- En avión: para llegar a Arlon en avión la alternativa más práctica es volar al Aeropuerto de Luxemburgo, que se localiza a sólo 45 km. de la ciudad.
- En autobús: es posible llegar a Arlon tomando uno de los autobuses que van de Namur a Luxemburgo.
- En tren: es muy fácil llegar a Arlon en tren, ya que se encuentra en el eje ferroviario que conecta Bruselas con Luxemburgo, pasando por Namur. Esta línea fue inaugurada en el año 1858. También existe otra línea que pasa por Arlon, y que une la ciudad con otras como Athus, Bertrix, Libramont y Dinant en Bélgica, y Rodange en Luxemburgo.
- Transporte público y taxis: para descubrir el centro histórico de la ciudad no se requiere ningún medio de transporte, más que los pies, ya que pasear por sus calles será la mejor manera de conocerlo en profundidad. Si queremos movernos por los alrededores, conviene considerar la bicicleta como el transporte idóneo, ya que es uno de los medios más empleados en todo el país. También podemos tomar un taxi, una opción más cara y menos ecológica.