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Las playas de Cabo Frío
Son, probablemente, el mayor encanto que tiene la ciudad. Un tesoro natural que convierte a Cabo Frío en un destino único para turistas de todas las edades y procedencias. Y es que, aunque la costa de Brasil posee rincones maravillosos, Cabo Frío resulta realmente especial. La ciudad tiene playas que dan al Atlántico, con un fuerte oleaje, y otras que dan a la laguna de Araruama, más tranquilas. Una de las playas más importantes de Cabo frío es la Praia do Forte, también conocida como Praia da Barra. Tiene nada menos que 7,5 km. de longitud y cuenta con todas las instalaciones necesarias para que los turistas que se acercan hasta allí puedan disfrutar intensamente de una gran jornada playera. La Praia das Conchas es también muy especial, sobre todo para los amantes de la pesca que tienen allí un auténtico paraíso. Junto a ella está la Praia do Peró, casi en el centro de la ciudad. Un arenal muy largo, de aguas cálidas y cristalinas. Una playa pequeña, pero realmente bonita, es la Praia Sao Bento. Aunque no llega a tener una extensión de 400 metros, se localiza en un lugar precioso, con unas vistas increíbles. Y, en el lado interior del cabo, hacia la laguna de Araruama, está la Praia do Siqueira, tranquila y con un bello paisaje rocoso.
La Capilla de Nuestra Señora de Guía
Aunque los tesoros naturales son las auténticas maravillas de Cabo frío, la ciudad cuenta con algunos lugares de interés que merece la pena visitar. Como la Capilla de Nuestra Señora de Guía, construida en la ciudad en el año 1740 por la orden de los frailes franciscanos. Cuenta la leyenda que la imagen de Nuestra Señora de Guía, guardada en el convento de Nuestra Señora de los Ángeles, aparecía siempre en el monte de la Guía. Y, a pesar de que se la devolvía continuamente a su lugar, volvía a aparecer en el monte. Por esta razón, se decidió construir una capilla en la cima de la ciudad para guardar a la imagen de la Virgen. Desde su privilegiado emplazamiento en lo que se conoce como Morro da Guia, la parte más alta de la ciudad, se puede disfrutar de unas espectaculares vistas de todo Cabo Frío, así como de las playas circundantes. Aunque la iglesia abre solamente en determinadas ocasiones festivas, el mirador sí permanece abierto al público.
El Fuerte de San Mateo
Situado en la Praia do Forte, el Fuerte de San Mateo es uno de los atractivos de la ciudad. Una antigua fortaleza construida en el siglo XVII por orden del gobernador de Río de Janeiro Constantino Menelao, quien pensó que el fuerte anterior, el de San Ignacio, no era suficiente defensa para la ciudad de Cabo Frío. De esta manera, la primitiva fortaleza fue demolida en el año 1617 y en su lugar, en lo alto de un promontorio rocoso, se inició la construcción de un nuevo fuerte, el de San Mateo con una mayor capacidad defensiva. Se trataba de un edificio defensivo de mampostería de piedra, cuya estructura presenta planta cuadrangular, con dos baterías defensivas, una caseta de vigilancia en el lado que da al mar, y varios cuarteles en el lado terrestre. Con el paso del tiempo, el fuerte cayó en desuso. En el año 1930 estaba completamente en ruinas, y así permaneció hasta 1957 cuando las autoridades de la ciudad decidieron reconstruirlo y el fuerte fue restaurado por primera vez. Posteriormente ha sufrido otros procesos de rehabilitación. De hecho, en 1972 se rehabilitó con el objetivo de instalar allí un museo. En 1977 se organizaban exposiciones de artistas locales. El Fuerte de San Mateo no ha vuelto a caer en el abandono. Entre 1983 y 1992, y también con posterioridad, ha ido experimentando nuevas mejoras que lo han convertido en el lugar turístico que es en la actualidad.
El barrio de Passagem y la iglesia de San Benito
Por su gran valor histórico y por sus tesoros arquitectónicos, el barrio de Passagem es uno de los más importantes de la ciudad de Cabo Frío, si no el que más. Con sus callejuelas estrechas y sus casas de aire colonial, es un lugar muy atractivo para los turistas. Desprende un marcado aire bohemio, quizá porque es el lugar de trabajo y residencia de numerosos artistas locales. Es típico en este barrio que los bares pongan sus terrazas en la calle, donde suelen celebrarse espectáculos y conciertos en directo de jazz y música brasileña. Allí, en una plaza situada en el corazón del barrio, se alza la iglesia de San Benito, el monumento más importante del barrio del Passagem. Fue construida a principios del siglo XVIII, concretamente en el año 1701, con un objetivo muy peculiar. Dado que en aquella época el racismo era una actitud común, se decidió construir la iglesia de San Benito para ofrecer misas católicas para los negros que vivían en la ciudad, y que estaban totalmente discriminados en otros templos. La iglesia está dedicada al Santinho Preto, el santo negro, muy conocido en todo el país.
Bucear en Cabo Frío
Es la experiencia estrella en Cabo Frío. La actividad que no podemos dejar de hacer si visitamos la ciudad, ya que la zona es una de las mejores del mundo para practicar este deporte tan especial. Puede que sea por el cruce de corrientes frías y cálidas que se produce en la zona; el caso es que, tanto en Cabo Frío, como en Búzios y Arraial do Cabo, las aguas son turbulentas y agitadas, lo que permite que se de el ecosistema perfecto para la vida marina en sus múltiples formas. Así, buceando en estas costas se asiste a un espectáculo sin igual, de belleza inolvidable. Eso sin mencionar la gran visibilidad que ofrecen sus aguas, cristalinas como hay pocas. Además, la zona cuenta con diversos puntos de buceo con diferentes niveles de dificultad, para que todos puedan aprovechar al máximo la experiencia, tanto los principiantes como los buceadores más expertos. Así, la profundidad de los lugares de buceo oscila entre los 6 y los 40 metros, y siempre hay que contra con la ayuda de un guía local, ya que existen algunos riesgos que hay que controlar. En cualquier caso, existen en la ciudad numerosas empresas que organizan excursiones de buceo, e incluso imparten clases para novatos, por lo que no resulta difícil disfrutar de este increíble deporte. La experiencia no defraudará.
Arraial do Cabo, un paraíso bajo el mar
Muy cerca de Cabo Frío, a solamente 32 km., está Arraial do Cabo, una ciudad pequeña que tiene a gala ser uno de los mejores lugares de Brasil para practicar el buceo. En este deporte tan especial reside el interés turístico del lugar, además de en sus magníficas playas de aguas turquesas y finísima arena, que ya por sí solas merecen una visita. Al igual que sucede en Cabo frío, se convierten en un auténtico aliciente para visitar esta la ciudad, cuya poderosa naturaleza la rodea y le brinda su tesoro más impresionante.
Búzios, un complejo turístico de primer orden
Además de una oferta hotelera impresionante, con un increíble panorama de alojamientos y servicios pensados para el turista, la ciudad de Armaçao dos Búzios dispone de más de una veintena de maravillosas playas, perfectas en cualquier época del año. Algunas se abren a mar abierto y son especialmente buenas para practicar actividades náuticas como el surf y el windsurf. Las playas orientadas al oeste, mucho más tranquilas, son las preferidas por las familias con niños pequeños. Y después de disfrutar del sol y del mar, nada como pasear por la Rua das Pedras, la calle más conocida dl centro urbano, repleta de tiendas y restaurantes. En el paseo marítimo se puede contemplar una estatua de Brigitte Bardot, quien solía viajar a la ciudad en los años 60. A sólo 24 km. de Cabo Frío.
El Parque Nacional de la Restinga da Jurubatiba
Es un lugar único en Brasil. Un parque natural que se estableció para proteger y preservar uno de los ecosistemas más especiales que existen, el del banco de arena. El de Jurubatiba parece ser el mejor conservado de estos hábitats en todo el país. Se trata de una franja de costa de nada menos que 44 kilómetros de longitud, situado en el norte del estado de Río de Janeiro. Es el banco de arena más grande de Brasil, con enormes dunas, estanques y diversos tipos de vegetación, desde arbustos hasta frondosos bosques. El parque fue reconocido como Reserva de la Biosfera por la Unesco en 1992.
Macaé, la princesa del Atlántico
Cerca de Cabo frío está Macaé, a 80 km. Una ciudad especial, con más de 23 kilómetros de maravillosa costa. Su belleza es tan impresionante, que se la conoce como la “princesa del Atlántico”. Merece la pena acercarse a descubrirla desde Cabo frío, si queremos seguir disfrutando de los muchos y maravillosos emplazamientos al borde del mar que posee Brasil. Macaé es, sin duda, uno de los más especiales. Allí se puede disfrutar del Campamento de Sana, un entorno natural repleto de bosques y maravillosas cascadas. También merece la pena visitar el Solar Monte Elysium, un edificio histórico de 1852 de estilo neoclásico; el fuerte Marechal Hermes, fortaleza que data de 1761; o el Faro de Macaé, construido en 1880.
Redactor :
Marion Rouillot
