Presentación
Itacaré se encuentra en Brasil, en la que se denomina Costa del Cacao, en el Estado de Bahía y al sur de su capital, Salvador. El municipio cuenta con 27.000 habitantes, un 50% de los cuales están concentrados en la zona rural. La diferentes razas – indios, negros y blancos – que dieron origen el pueblo brasileño componen un mosaico étnico y cultural rico y diverso que habita este bellísimo lugar de la costa, una franja que discurre entre la exuberante vegetación de la Mata Atlántica y una sucesión de maravillosas playas, muchas de ellas casi intactas. Aquí desemboca el río de las Contas, que nace en la Chapada Diamantina, la selva del interior del Estado. La riqueza de su diversidad, la explosión de colores y sonidos, aromas y sabores de la naturaleza es el mayor tesoro de la región. Y en ella está basada parte de su economía, que ha apostado por el turismo sostenible. Un turismo fuertemente ligado a la Pachamama.
La localidad de Itacaré pertenece (de mayor a menor) à la región Nordeste y al estado Bahia.
La localidad de Itacaré cubre 730,280 km², tiene 17.893 habitantes (censo 2006) y una densidad de 24,50 habitantes por km². La altitud media es de 29 m.
El actual alcade de Itacaré es Antônio de Anízio.
El gentilicio para los habitantes de Itacaré es Itacareense y el idioma oficial de Itacaré es Portugais. El nombre francés de la localidad es Itacaré.
Visitas destacadas
Itacaré está localizado en el litoral sur del Estado de Bahía y forma parte de uno de los trece destinos promocionados por el Gobierno, llamado Costa del Cacao, que recorre cerca de 180 km entre los municipios de Itacaré y Canavieiras. A Itacaré llegaron los portugueses alrededor de 1530. Por aquel entonces el lugar era una aldea indígena que basaba su subsistencia en la agricultura y la pesca. Con los siglos, estas actividades fueron sustituidas por la producción de cacao, una materia prima que generó gran riqueza, que fue a parar a las manos de unos cuantos “señores del cacao” que impusieron sus propias leyes en la zona. A mediados de los años 70 una plaga de vassoura de bruja (escoba de bruja) destruyó las plantaciones y así es como comienza el deterioro de toda la región sur de Bahía, que no remontará hasta décadas más tarde con nuevas plantaciones de híbridos de cacao resistentes a los ataques y también con la construcción en 1998 de la carretera BA-001, que facilita el acceso hasta este lugar hasta entonces “perdido”. Es el despegue de la región de Bahía como centro vacacional de primer orden, abanderando un concepto de turismo sostenible respetuoso con una naturaleza casi en estado puro, y también como destino de Ecoaventura, con una variedad de actividades para realizar en sus playas vírgenes o en tierra adentro, en plena selva.
La ciudad de Itacaré cuenta con ocho barrios: Porto de Trás, Marimbondo, Passagem, Centro, São Miguel, Pituba, Concha y Bairro Novo, cada uno con sus peculiaridades. Los principales monumentos históricos están en el centro, también la mayoría de los eventos y fiestas se desarrollan en esta zona de la ciudad y en Pituba. Pero toda Itacaré merece ser recorrida para descubrir la autenticidad de cada uno de sus rincones, tan diversos entre sí. Los principales monumentos que forman el casco histórico son la Iglesia Matriz (1723) y la Casa de los Jesuitas. La primera, consagrada a San Miguel Arcángel, está en pleno centro, frente a la desembocadura del Rio de Contas. Tiene casi 300 años y está comunicada con la Casa de los Jesuítas a través de un túnel que se construyó para huir al bosque en caso de ataques indígenas. En el centro también se concentran numerosos restaurantes y hoteles ubicados en edificios que antaño fueron antiguos caserones y hoy han sido recuperados para el turismo. Maravillosos edificios señoriales y mansiones coloniales construidas por los magnates de cacao desde 1.890 a 1940.
Franjas de arena dorada rodeadas de colinas tapizadas de vegetación y de coqueiros. Con un océano azul y bravío para deleite de los amantes de los deportes acuáticos, pero también con aguas tranquilas, las de esas otras playas resguardadas en pequeñas bahías, así como de calas casi desconocidas. Dentro de este tipo, hay varias playas urbanas y otras más alejadas de la ciudad. La de Coroinhase se trata más bien de un puerto, no muy adecuado para bañarse ni para tomar el sol, ya que su arena es basta y oscura. Está en el centro de Itacaré. También la playa da Concha, aunque esta es magnífica, con aguas tranquilas y buena infraestructura. Desde ella se ven los mejores atardeceres, especialmente si se camina hasta el faro. La bellísima playa da Ribeira está rodeada de vegetación. Un arroyo desciende de la sierra y forma cachoeiras (cascadas), hasta una represa, creando una piscina de agua dulce. La playa está unida por una senda con densa vegetación a la playa de Siriaco, tal vez la playa más secreta de Itacaré. Se trata de una bahía inmersa en un paisaje selvático con poca arena y muchas piedras a la que se llega tras quince minutos de caminata. Una experiencia inolvidable.
Los surfistas fueron los primeros en descubrir algunas de las más bellas playas del país. Además de estar enclavadas en lugares casi mágicos, su fuerte oleaje hace las delicias de todos los aficionados a cabalgar sobre el océano con su tabla de surf. La playa Tiririca está considerada el mejor “pico de olas” de Bahía. Otro lugar menos frecuentado pero también muy recomendable es la playa de Resende, pequeña ensenada con inmensos coqueiros, arena blanca, piscinas naturales y buenas olas para surfear. Está situada en un área de protección visual dónde esta prohibido cualquier tipo de construcción. "La Postal de Itacaré” es playa Prainha, una de las más lindas del Brasil. La ensenada tiene dos montes verdes en sus extremos y un bellísimo coqueiral. Se llega a pie por un sendero que sale de la playa de Ribeira y atraviesa la Mata Atlántica. Otra playa situada en un área de protección ambiental es la de São José, dentro del complejo ecoturístico Villas de São José. Para acceder se debe pagar una taxa que da derecho a las actividades del complejo. Gran parte del mismo fue transformado en un Ecoparque donde los visitantes tienen la oportunidad de conocer la fauna y la flora de la Mata Atlántica. Y cómo no mencionar las playas de Jeribucaçu, de Engenhoca, Havaizinho…
Se llama así a la selva tropical característica de la costa atlántica, la segunda mayor floresta brasileña, que combina selva con cascadas y playas que dan origen a uno de los paisajes más bellos del país. La Mata Atlántica es un santuario natural en el que viven muchas especies en peligro de extinción y uno de los ecosistemas con mayor diversidad de animales y vegetales del planeta. Está clasificada por la UNESCO como Reserva de la Biosfera. La franja comprendida entre los ríos Jequitinhonha y Contas conserva la cantidad más importante de Selva Atlántica del Nordeste brasileño. Las principales reservas y parques de conservación de la región son el APA de Itacaré-Serra Grande y el Parque Estatal de la Sierra de Condurú. El primero, con 18.000 hectáreas, es además Patrimonio de la Humanidad. El segundo, con 9.000 hectáreas, alberga una impresionante biodiversidad: hasta 456 especies diferentes de árboles por hectárea, un récord mundial. Entre las iniciativas privadas que colaboran con la preservación ambiental de la región están las de RPPN (Reserva Particular del Patrimonio Natural), que actúa en la Reserva Capitán, localizada a 13 km del centro urbano del municipio de Itacaré, y en Pedra do Sabiá, formando un conjunto de 1.300 hectáreas en el interior del Área de Protección Ambiental (APA) Itacaré – Serra Grande. Estas reservas son grandes atractivos para el visitante, que puede conocer de cerca las formas de producción local, así como su gran riqueza botánica y faunística. En todas ellas hay visitas guiadas: ¡imprescindibles!
El Rio de Contas nace a 1.500 metros de altitud en la Sierra de la Tromba, situada en la Chapada Diamantina (bella región de mesetas, valles, cavernas y cascadas en el interior de Bahía), y recorre 620 km antes de llegar a Itacaré. En ese largo recorrido atraviesa numerosos manglares, ecosistemas únicos y de vital importancia para el desarrollo de la región. Remontar este río mítico a bordo de una canoa, o practicar deportes extremos como el rafting o kayak son actividades turísticas que ofrecen las agencias de viaje de Itacaré. Nada como una puesta de sol reflejada en las aguas del río de Contas y con el verde de los manglares como telón de fondo...
A 28 km de Itacaré se encuentra esta pequeña localidad, importante centro de la producción de cacao en el pasado. Aunque está en el interior, la naturaleza en Taboquinhas es tan intensa y deslumbrante como a orillas del mar. Gracias a la cultura del cacao, su vegetación se ha conservado, ya que éste crece en árboles pequeños que han de ser cultivados a la sombra de otros mayores, por lo que los agricultores mantuvieron también las otras especies. Las antiguas explotaciones agrícolas -haciendas y casas, algunas con más de 300 años- están hoy abiertas al turismo y ofrecen a los viajeros un recorrido por “el mundo del chocolate”, que incluye también rutas por la Mata Atlântica. Y si se prefiere un turismo “de acción”, nada como este lugar para practicar rafting, tirolina, rappel, kayak…
La región de Itacaré tiene infinidad de torrentes, cataratas y saltos de agua ocultos por la vegetación de la Mata Atlántica. Las más populares están en La Lagoa Encantada, en el área de protección ambiental (APA). Son las cascadas del río Almada. Pueden alcanzar los 6 metros de altura y forman agujeros profundos en las rocas conocidos como calderas, piscinas naturales en las que bañarse es todo un placer. También en Lagoa Encantada está el salto de Apepique, ideal para practicar rappel, así como en la cascada Noré, con una caída de 15 metros, que se encuentra en Taboquinhas. Además, el camino hasta ella es maravilloso: hay que cruzar el río Contas en canoa y avanzar por un sendero entre plantaciones de cacao durante 10 minutos. Toda una aventura.
El pueblo Bahiano es festivo y hospitalario. Las alegres noches de Itacaré reúnen visitantes y locales en los bares de la calle principal, Pituba y en la playa de Coroinha bailando al ritmo del forró (música local típica de la región) y tomando capetas (bebida alcohólica a base guaraná) o caipiriñas. Dos de las mayores manifestaciones culturales afrobrasileras son la capoeira y el candomblé, ambos muy presentes en Itacaré. La capoeira es un arte que abarca danza, música, deporte y expresión corporal. El candomblé es un culto antiguo, derivado de una religión africana traída por los esclavos, cuyos dioses son los orixás. En ambas manifestaciones la música no falta: presenciar estos dos “espectáculos” en casi obligatorio si se viaja a la región de Bahía.
¿Cómo llegar?
Llegada en avión:
El aeropuerto mas próximo para realizar vuelos locales es el de Ilhéus (IOS). Actualmente recibe vuelos diarios de TAM, GOL, AZUL, TRIP y AVIANCA que vuelan de y hacia São Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Brasília, Vitória y Salvador.
El aeropuerto internacional más cercano es el de Salvador (SSA), capital del Estado. Llegada por carretera:
El acceso a Itacaré se hace por la BA 001, nueva carretera asfaltada que une Ilhéus con Camamu bordeando el litoral. Transporte en autobús:
Hay autobuses cada hora de Bom Despacho (isla de Itaparica) a Itacaré. El trayecto es de aproximadamente 5 horas. Águia Branca y Cidade Sol son las compañías de autobús más directas y rápidas. Hay otros autobuses a Itacaré de Ilhéus, Itabuna, Porto Seguro, Feira de Santana y de las principales ciudades de la región.
Presentación
Itacaré se encuentra en Brasil, en la que se denomina Costa del Cacao, en el Estado de Bahía y al sur de su capital, Salvador. El municipio cuenta con 27.000 habitantes, un 50% de los cuales están concentrados en la zona rural. La diferentes razas – indios, negros y blancos – que dieron origen el pueblo brasileño componen un mosaico étnico y cultural rico y diverso que habita este bellísimo lugar de la costa, una franja que discurre entre la exuberante vegetación de la Mata Atlántica y una sucesión de maravillosas playas, muchas de ellas casi intactas. Aquí desemboca el río de las Contas, que nace en la Chapada Diamantina, la selva del interior del Estado. La riqueza de su diversidad, la explosión de colores y sonidos, aromas y sabores de la naturaleza es el mayor tesoro de la región. Y en ella está basada parte de su economía, que ha apostado por el turismo sostenible. Un turismo fuertemente ligado a la Pachamama.
La localidad de Itacaré pertenece (de mayor a menor) à la región Nordeste y al estado Bahia.
La localidad de Itacaré cubre 730,280 km², tiene 17.893 habitantes (censo 2006) y una densidad de 24,50 habitantes por km². La altitud media es de 29 m.
El actual alcade de Itacaré es Antônio de Anízio.
El gentilicio para los habitantes de Itacaré es Itacareense y el idioma oficial de Itacaré es Portugais. El nombre francés de la localidad es Itacaré.
Visitas destacadas
Itacaré está localizado en el litoral sur del Estado de Bahía y forma parte de uno de los trece destinos promocionados por el Gobierno, llamado Costa del Cacao, que recorre cerca de 180 km entre los municipios de Itacaré y Canavieiras. A Itacaré llegaron los portugueses alrededor de 1530. Por aquel entonces el lugar era una aldea indígena que basaba su subsistencia en la agricultura y la pesca. Con los siglos, estas actividades fueron sustituidas por la producción de cacao, una materia prima que generó gran riqueza, que fue a parar a las manos de unos cuantos “señores del cacao” que impusieron sus propias leyes en la zona. A mediados de los años 70 una plaga de vassoura de bruja (escoba de bruja) destruyó las plantaciones y así es como comienza el deterioro de toda la región sur de Bahía, que no remontará hasta décadas más tarde con nuevas plantaciones de híbridos de cacao resistentes a los ataques y también con la construcción en 1998 de la carretera BA-001, que facilita el acceso hasta este lugar hasta entonces “perdido”. Es el despegue de la región de Bahía como centro vacacional de primer orden, abanderando un concepto de turismo sostenible respetuoso con una naturaleza casi en estado puro, y también como destino de Ecoaventura, con una variedad de actividades para realizar en sus playas vírgenes o en tierra adentro, en plena selva.
La ciudad de Itacaré cuenta con ocho barrios: Porto de Trás, Marimbondo, Passagem, Centro, São Miguel, Pituba, Concha y Bairro Novo, cada uno con sus peculiaridades. Los principales monumentos históricos están en el centro, también la mayoría de los eventos y fiestas se desarrollan en esta zona de la ciudad y en Pituba. Pero toda Itacaré merece ser recorrida para descubrir la autenticidad de cada uno de sus rincones, tan diversos entre sí. Los principales monumentos que forman el casco histórico son la Iglesia Matriz (1723) y la Casa de los Jesuitas. La primera, consagrada a San Miguel Arcángel, está en pleno centro, frente a la desembocadura del Rio de Contas. Tiene casi 300 años y está comunicada con la Casa de los Jesuítas a través de un túnel que se construyó para huir al bosque en caso de ataques indígenas. En el centro también se concentran numerosos restaurantes y hoteles ubicados en edificios que antaño fueron antiguos caserones y hoy han sido recuperados para el turismo. Maravillosos edificios señoriales y mansiones coloniales construidas por los magnates de cacao desde 1.890 a 1940.
Franjas de arena dorada rodeadas de colinas tapizadas de vegetación y de coqueiros. Con un océano azul y bravío para deleite de los amantes de los deportes acuáticos, pero también con aguas tranquilas, las de esas otras playas resguardadas en pequeñas bahías, así como de calas casi desconocidas. Dentro de este tipo, hay varias playas urbanas y otras más alejadas de la ciudad. La de Coroinhase se trata más bien de un puerto, no muy adecuado para bañarse ni para tomar el sol, ya que su arena es basta y oscura. Está en el centro de Itacaré. También la playa da Concha, aunque esta es magnífica, con aguas tranquilas y buena infraestructura. Desde ella se ven los mejores atardeceres, especialmente si se camina hasta el faro. La bellísima playa da Ribeira está rodeada de vegetación. Un arroyo desciende de la sierra y forma cachoeiras (cascadas), hasta una represa, creando una piscina de agua dulce. La playa está unida por una senda con densa vegetación a la playa de Siriaco, tal vez la playa más secreta de Itacaré. Se trata de una bahía inmersa en un paisaje selvático con poca arena y muchas piedras a la que se llega tras quince minutos de caminata. Una experiencia inolvidable.
Los surfistas fueron los primeros en descubrir algunas de las más bellas playas del país. Además de estar enclavadas en lugares casi mágicos, su fuerte oleaje hace las delicias de todos los aficionados a cabalgar sobre el océano con su tabla de surf. La playa Tiririca está considerada el mejor “pico de olas” de Bahía. Otro lugar menos frecuentado pero también muy recomendable es la playa de Resende, pequeña ensenada con inmensos coqueiros, arena blanca, piscinas naturales y buenas olas para surfear. Está situada en un área de protección visual dónde esta prohibido cualquier tipo de construcción. "La Postal de Itacaré” es playa Prainha, una de las más lindas del Brasil. La ensenada tiene dos montes verdes en sus extremos y un bellísimo coqueiral. Se llega a pie por un sendero que sale de la playa de Ribeira y atraviesa la Mata Atlántica. Otra playa situada en un área de protección ambiental es la de São José, dentro del complejo ecoturístico Villas de São José. Para acceder se debe pagar una taxa que da derecho a las actividades del complejo. Gran parte del mismo fue transformado en un Ecoparque donde los visitantes tienen la oportunidad de conocer la fauna y la flora de la Mata Atlántica. Y cómo no mencionar las playas de Jeribucaçu, de Engenhoca, Havaizinho…
Se llama así a la selva tropical característica de la costa atlántica, la segunda mayor floresta brasileña, que combina selva con cascadas y playas que dan origen a uno de los paisajes más bellos del país. La Mata Atlántica es un santuario natural en el que viven muchas especies en peligro de extinción y uno de los ecosistemas con mayor diversidad de animales y vegetales del planeta. Está clasificada por la UNESCO como Reserva de la Biosfera. La franja comprendida entre los ríos Jequitinhonha y Contas conserva la cantidad más importante de Selva Atlántica del Nordeste brasileño. Las principales reservas y parques de conservación de la región son el APA de Itacaré-Serra Grande y el Parque Estatal de la Sierra de Condurú. El primero, con 18.000 hectáreas, es además Patrimonio de la Humanidad. El segundo, con 9.000 hectáreas, alberga una impresionante biodiversidad: hasta 456 especies diferentes de árboles por hectárea, un récord mundial. Entre las iniciativas privadas que colaboran con la preservación ambiental de la región están las de RPPN (Reserva Particular del Patrimonio Natural), que actúa en la Reserva Capitán, localizada a 13 km del centro urbano del municipio de Itacaré, y en Pedra do Sabiá, formando un conjunto de 1.300 hectáreas en el interior del Área de Protección Ambiental (APA) Itacaré – Serra Grande. Estas reservas son grandes atractivos para el visitante, que puede conocer de cerca las formas de producción local, así como su gran riqueza botánica y faunística. En todas ellas hay visitas guiadas: ¡imprescindibles!
El Rio de Contas nace a 1.500 metros de altitud en la Sierra de la Tromba, situada en la Chapada Diamantina (bella región de mesetas, valles, cavernas y cascadas en el interior de Bahía), y recorre 620 km antes de llegar a Itacaré. En ese largo recorrido atraviesa numerosos manglares, ecosistemas únicos y de vital importancia para el desarrollo de la región. Remontar este río mítico a bordo de una canoa, o practicar deportes extremos como el rafting o kayak son actividades turísticas que ofrecen las agencias de viaje de Itacaré. Nada como una puesta de sol reflejada en las aguas del río de Contas y con el verde de los manglares como telón de fondo...
A 28 km de Itacaré se encuentra esta pequeña localidad, importante centro de la producción de cacao en el pasado. Aunque está en el interior, la naturaleza en Taboquinhas es tan intensa y deslumbrante como a orillas del mar. Gracias a la cultura del cacao, su vegetación se ha conservado, ya que éste crece en árboles pequeños que han de ser cultivados a la sombra de otros mayores, por lo que los agricultores mantuvieron también las otras especies. Las antiguas explotaciones agrícolas -haciendas y casas, algunas con más de 300 años- están hoy abiertas al turismo y ofrecen a los viajeros un recorrido por “el mundo del chocolate”, que incluye también rutas por la Mata Atlântica. Y si se prefiere un turismo “de acción”, nada como este lugar para practicar rafting, tirolina, rappel, kayak…
La región de Itacaré tiene infinidad de torrentes, cataratas y saltos de agua ocultos por la vegetación de la Mata Atlántica. Las más populares están en La Lagoa Encantada, en el área de protección ambiental (APA). Son las cascadas del río Almada. Pueden alcanzar los 6 metros de altura y forman agujeros profundos en las rocas conocidos como calderas, piscinas naturales en las que bañarse es todo un placer. También en Lagoa Encantada está el salto de Apepique, ideal para practicar rappel, así como en la cascada Noré, con una caída de 15 metros, que se encuentra en Taboquinhas. Además, el camino hasta ella es maravilloso: hay que cruzar el río Contas en canoa y avanzar por un sendero entre plantaciones de cacao durante 10 minutos. Toda una aventura.
El pueblo Bahiano es festivo y hospitalario. Las alegres noches de Itacaré reúnen visitantes y locales en los bares de la calle principal, Pituba y en la playa de Coroinha bailando al ritmo del forró (música local típica de la región) y tomando capetas (bebida alcohólica a base guaraná) o caipiriñas. Dos de las mayores manifestaciones culturales afrobrasileras son la capoeira y el candomblé, ambos muy presentes en Itacaré. La capoeira es un arte que abarca danza, música, deporte y expresión corporal. El candomblé es un culto antiguo, derivado de una religión africana traída por los esclavos, cuyos dioses son los orixás. En ambas manifestaciones la música no falta: presenciar estos dos “espectáculos” en casi obligatorio si se viaja a la región de Bahía.
¿Cómo llegar?
Llegada en avión:
El aeropuerto mas próximo para realizar vuelos locales es el de Ilhéus (IOS). Actualmente recibe vuelos diarios de TAM, GOL, AZUL, TRIP y AVIANCA que vuelan de y hacia São Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Brasília, Vitória y Salvador.
El aeropuerto internacional más cercano es el de Salvador (SSA), capital del Estado. Llegada por carretera:
El acceso a Itacaré se hace por la BA 001, nueva carretera asfaltada que une Ilhéus con Camamu bordeando el litoral. Transporte en autobús:
Hay autobuses cada hora de Bom Despacho (isla de Itaparica) a Itacaré. El trayecto es de aproximadamente 5 horas. Águia Branca y Cidade Sol son las compañías de autobús más directas y rápidas. Hay otros autobuses a Itacaré de Ilhéus, Itabuna, Porto Seguro, Feira de Santana y de las principales ciudades de la región.