Presentación
Maresias es uno de los resort más populares del estado de Sao Paulo. Pertenece al municipio de San Sebastián y se halla a 170 km de la megaciudad más importante de Brasil. Su playa es una de las muchas que componen todo el litoral norte, un rosario que se extiende desde Guaruja hasta Ubatuba, de increíble belleza. Pero la de Maresias es especialmente popular por ser un verdadero paraíso de surf y por su proverbial vida nocturna. Más de 5 km de arena blanca y fina, aguas turquesas... la playa de Maresias ocupa una larga franja rectilínea entre la montaña y el océano. Pespunteada por palmeras y rodeada por el verde de la Serra do Mar, la Mata Atlántica del Estado de Sao Paulo, es un destino maravilloso: una postal del paraíso en la tierra.
Visitas destacadas
Olas tubulares y una buena corriente: ¿que más pueden pedir los amantes del surf? Hasta esta conocida playa llegan muchos jóvenes atraídos por tan magníficos reclamos. En Maresias practican el deporte que más les gusta y lucen palmito, otra de sus grandes aficiones. De día, medio desnudos sobre una tabla sorteando el encabritado mar. De noche, en los muchos locales nocturnos que se concentran en el paseo marítimo y en el resto del pueblo. Emociones fuertes, diversión y música no faltan en Maresias. Pero, ojo, esta no es una playa para principiantes; a menudo las condiciones del mar suponen un peligro si no se tiene la suficiente experiencia. Además, Maresias es lo que los brasileños llaman “tombo”, playa con gran desnivel que cubre a poco de adentrarse en el agua. Bañarse aquí exige mucha precaución y respetar las medidas de seguridad. Para evitar estos problemas, la playa cuenta con un servicio de salvamento que patrulla constantemente y está vigilante a bañistas imprudentes. Disfrutar de las olas, sí, pero sin más riesgos de los necesarios.
Maresias debe parte de su belleza a la densa vegetación que la rodea: la Mata Altántica, nombre en portugués del Bosque Atlántico, formidable espacio natural declarado Reserva Mundial de la Biosfera. El área de dominio de la Mata Atlántica comprende 1,3 millones de kilómetros cuadrados, el 15% del territorio brasileño en el que vive el 70% de los 190 millones de habitantes del país.Verdadero pulmón del continente, se divide en varias ecorregiones con distintas características: bosques húmedos y secos tropicales y subtropicales, praderas, sabanas y matorrales y bosques de manglares. En la actualidad el Bosque Atlántico se extiende por 17 Estados, desde Rio Grande do Sul, y acompaña el litoral de Brasil con diversos tipos de vegetación, clima, relieve, ecosistemas y fauna. Además contiene gran número de especies en peligro de desaparición: tití león, nutrias, jaguar, armadillo gigante, guacamayo glauco.. También concentra un impresionante números de endemismos. Más del 40% de sus plantas y el 60% de sus vertebrados no se encuentran en ninguna otra parte del mundo.
Hoy la Mata Atlántica es uno de los ‘hotspot” (zonas en peligro) del planeta. Un edén a punto de extinguirse por la acción del hombre...
Enclavado en Sao Sebastiao, este litoral concentra una cadena de playas maravillosas en las que el mar y la montaña se unen evocando un paisaje de ensueño. Las sorpresas se descubren a cada paso: lagunas, enseñadas, islas, bosques, cascadas... La Costa dos Alcatrazes se extiende desde Boracéia hasta Barequeçaba, en el extremo norte, con playas muy diferentes entre sí. He aquí las más conocidas de la zona sur: Boracéia. Playa ideal para ir con niños y practicar todo tipo de deportes. Con un entorno casi virgen, en la zona de Silveira se puede visitar -previo permiso a la comunidad indigena guaraní que allí vive- una imponente cascada que se desploma en la montaña. Boracéia también es muy conocida por su Festival del Salmonete, que atrae muchos visitantes en el mes de julio.
Juréia es un verdadero santuario ecológico, un paisaje casi intacto en el que se respira paz y belleza. La playa está bordeada por dos colinas cubiertas por la Mata Atlántica, y en la esquina norte de Juréia hay un hermoso lago de agua oscura donde se pueden ver gazas y otras aves acuáticas.
Siguiendo la línea costera hacia el norte se encuentran las playas de Barra do Una, Juquehy, Camburri y Boiçucanga.
Barra do Una toma su nombre del río que desemboca en la punta norte de esta playa, magnífica para la práctica del buceo y la pesca. Su Club Naútico es uno de los más grandes de la costa.
Juquehy ofrece un ambiente familiar y relajado. Se conoce como la joya de la Costa Norte de Sao Paulo. Es también un importante centro gastronómico, con populares platos de cocina regional, como el pescado Cambucu y los camarones en calabaza.
La playa de Camburi es de una belleza extraordinaria. Rodeada por el bosque que le da nombre, su exhuberante vegetación invita a descubrir sendas y caminos entre ríos y granjas antiguas. Es un lugar de descanso habitual de artistas y actores de cine brasileños que han encontrado aquí un remanso de paz entre el mar y la selva.
Boiçucanga. En esta playa todavía se pueden ver las pequeñas embarcaciones de los pescadores locales. Los alrededores son espectaculares por la unión del Atlántico con las cascadas de la UIT Ribeirao.
Las playas que rodean la localidad de Maresias se caracterizan por su fuerte oleaje y la riqueza de unos fondos marinos que hacen de ellas lugares excepcionales para la pesca y el submarinismo.
Praia Brava es accesible solo por mar o a pie. Su nombre hace honor a la fiereza de sus aguas, solo aptas para surfistas experimentados.
Justo al otro lado de Maresias se encuentra la playa de Paúba. Este enclave ofrece gran interés, no solo por ser uno de los mejoros puntos para realizar inmersiones submarinas, también por su encantador pueblo de pescadores. Además, Paúba concentra una importante oferta hotelera y de ocio.
Toque-Toque pequeña y Toque-Toque grande son dos playas consecutivas con aldeas de pescadores, casitas pintorescas y bellas iglesias. Frente a la última está la Illha de Toque-Toque Grande, de arrecifes y aguas cristalinas.
Guaecá. Muy concurrida en verano, alterna días de aguas tranquilas con otros de olas altas y fuerte corriente. El cerro de Las Sietes Vueltas, muy cerca de la playa, se utiliza como punto de despegue de parapentes y alas delta. Barequeçaba es una playa tranquila, ideal para nadar y pasar unas vacaciones familiares. De arena dura, fue elegida por el Ayuntamiento de Sao Sebastian sede de los Juegos de Verano.
Punto de encuentro de jóvenes, empresarios y artistas que buscan diversión en su famosa playa y emociones fuertes al caer la tarde, Maresias es uno de los centros turísticos más sofisticados de Brasil. La ciudad concentra gran variedad de restaurantes, bares y lugares de ocio nocturno, abiertos hasta bien entrada la madrugada. Con sus villas suntuosas y sus hoteles de lujo, este resort es, sin duda, la zona más chic del litoral paulista.
Frente a la playa de Maresias, el archipiélago de Ilhabela bien merece una visita de varios días. Está formado por una isla grande llamada de São Sebastião, donde se encuentra la localidad de Ilhabela, y otras de menor superficie: Ilha dos Búzios, Pescadores, Vitória, Cabras, Castelhanos, Enchovas, Figueira, Lagoa y Serraria. Más de cuatrocientos cursos de agua forman una red fluvial que atraviesa São Sebastião, creando espectaculares cascadas entre la densa vegetación. La isla cuenta con excelentes infraestructuras enfocadas al turismo ecológico, ofreciendo numerosas propuestas para disfrutar de una naturaleza casi en estado puro.
Creado en el año 1977, el Parque Estadual de Ilhabela preserva una extensa área natural que constituye gran parte de la Mata Atlántica. Este espacio, excepcional muestra los distintos ecosistemas, concentra árboles de 20 y 30 metros de altura, playas exuberantes, picos cubiertos de vegetación, millares de arroyos y ríos que discurren desde la montaña a la costa, islas, islotes... Para recorrerlo, nada mejor que su red de senderos y sus visitas organizadas, que acercan este impresionante legado natural al turismo. Y lo hacen de forma controlada y sostenible.
El principal atractivo del Parque Estadual de Ilhabela son sus cascadas y piscinas naturales de aguas cristalinas. La primera de ellas es el Poço da Pedra, que se encuentra a 100 metros del inicio del Paseo del Água Branca. A 500 metros de este, el Poço da Escada, y por último, a 1.400 metros del inicio del sendero, se halla el Poço do Jabuti. El Paseo del Água Branca está señalizado en toda su extensión. Pero se puede visitar en grupo con un guía especializado. Horarios: 9 a 16:30 hora Sede administrativa: Morro da Cruz 608, en el barrio Itaguaçú de la localidad de Ilhabela.
¿Cómo llegar?
En avión: El aeropuerto más cercano es el Guarulhos, en la ciudad de Sao Paulo (www.gru.com.br). Desde allí hasta Maresias se tarda de 3-4 horas por carretera.
Por carretera: Saliendo del aeropuerto, se toma la rodovia Ayrton Senna en dirección a Rio de Janeiro. Al cruzar con la SP-088, salida a la derecha en dirección a Mogi das Cruces. Desde allí se empalma con la SP-098 que llega hasta el mar. Al llegar al mar, girar a la izquierda en dirección norte para toma la Rio-Santos (SP-055, también identificada como BR-101). Maresias está en esa carretera, antes de llegar a São Sebastião.
En autobús: La empresa Litorânea (www.litoranea.com.br) va hasta Maresias saliendo desde la terminal Tietê del Aeropuerto Internacional de Guarulhos a la Terminal Tietê. Hay salidas regulares cada media hora o una hora desde las 07:30 a las 18:30 h. Para desplazarse por la región existe el Ecobus, transporte colectivo que recorre la Costa dos Alcatrazes (www.ecobus.com.br)
Presentación
Maresias es uno de los resort más populares del estado de Sao Paulo. Pertenece al municipio de San Sebastián y se halla a 170 km de la megaciudad más importante de Brasil. Su playa es una de las muchas que componen todo el litoral norte, un rosario que se extiende desde Guaruja hasta Ubatuba, de increíble belleza. Pero la de Maresias es especialmente popular por ser un verdadero paraíso de surf y por su proverbial vida nocturna. Más de 5 km de arena blanca y fina, aguas turquesas... la playa de Maresias ocupa una larga franja rectilínea entre la montaña y el océano. Pespunteada por palmeras y rodeada por el verde de la Serra do Mar, la Mata Atlántica del Estado de Sao Paulo, es un destino maravilloso: una postal del paraíso en la tierra.
Visitas destacadas
Olas tubulares y una buena corriente: ¿que más pueden pedir los amantes del surf? Hasta esta conocida playa llegan muchos jóvenes atraídos por tan magníficos reclamos. En Maresias practican el deporte que más les gusta y lucen palmito, otra de sus grandes aficiones. De día, medio desnudos sobre una tabla sorteando el encabritado mar. De noche, en los muchos locales nocturnos que se concentran en el paseo marítimo y en el resto del pueblo. Emociones fuertes, diversión y música no faltan en Maresias. Pero, ojo, esta no es una playa para principiantes; a menudo las condiciones del mar suponen un peligro si no se tiene la suficiente experiencia. Además, Maresias es lo que los brasileños llaman “tombo”, playa con gran desnivel que cubre a poco de adentrarse en el agua. Bañarse aquí exige mucha precaución y respetar las medidas de seguridad. Para evitar estos problemas, la playa cuenta con un servicio de salvamento que patrulla constantemente y está vigilante a bañistas imprudentes. Disfrutar de las olas, sí, pero sin más riesgos de los necesarios.
Maresias debe parte de su belleza a la densa vegetación que la rodea: la Mata Altántica, nombre en portugués del Bosque Atlántico, formidable espacio natural declarado Reserva Mundial de la Biosfera. El área de dominio de la Mata Atlántica comprende 1,3 millones de kilómetros cuadrados, el 15% del territorio brasileño en el que vive el 70% de los 190 millones de habitantes del país.Verdadero pulmón del continente, se divide en varias ecorregiones con distintas características: bosques húmedos y secos tropicales y subtropicales, praderas, sabanas y matorrales y bosques de manglares. En la actualidad el Bosque Atlántico se extiende por 17 Estados, desde Rio Grande do Sul, y acompaña el litoral de Brasil con diversos tipos de vegetación, clima, relieve, ecosistemas y fauna. Además contiene gran número de especies en peligro de desaparición: tití león, nutrias, jaguar, armadillo gigante, guacamayo glauco.. También concentra un impresionante números de endemismos. Más del 40% de sus plantas y el 60% de sus vertebrados no se encuentran en ninguna otra parte del mundo.
Hoy la Mata Atlántica es uno de los ‘hotspot” (zonas en peligro) del planeta. Un edén a punto de extinguirse por la acción del hombre...
Enclavado en Sao Sebastiao, este litoral concentra una cadena de playas maravillosas en las que el mar y la montaña se unen evocando un paisaje de ensueño. Las sorpresas se descubren a cada paso: lagunas, enseñadas, islas, bosques, cascadas... La Costa dos Alcatrazes se extiende desde Boracéia hasta Barequeçaba, en el extremo norte, con playas muy diferentes entre sí. He aquí las más conocidas de la zona sur: Boracéia. Playa ideal para ir con niños y practicar todo tipo de deportes. Con un entorno casi virgen, en la zona de Silveira se puede visitar -previo permiso a la comunidad indigena guaraní que allí vive- una imponente cascada que se desploma en la montaña. Boracéia también es muy conocida por su Festival del Salmonete, que atrae muchos visitantes en el mes de julio.
Juréia es un verdadero santuario ecológico, un paisaje casi intacto en el que se respira paz y belleza. La playa está bordeada por dos colinas cubiertas por la Mata Atlántica, y en la esquina norte de Juréia hay un hermoso lago de agua oscura donde se pueden ver gazas y otras aves acuáticas.
Siguiendo la línea costera hacia el norte se encuentran las playas de Barra do Una, Juquehy, Camburri y Boiçucanga.
Barra do Una toma su nombre del río que desemboca en la punta norte de esta playa, magnífica para la práctica del buceo y la pesca. Su Club Naútico es uno de los más grandes de la costa.
Juquehy ofrece un ambiente familiar y relajado. Se conoce como la joya de la Costa Norte de Sao Paulo. Es también un importante centro gastronómico, con populares platos de cocina regional, como el pescado Cambucu y los camarones en calabaza.
La playa de Camburi es de una belleza extraordinaria. Rodeada por el bosque que le da nombre, su exhuberante vegetación invita a descubrir sendas y caminos entre ríos y granjas antiguas. Es un lugar de descanso habitual de artistas y actores de cine brasileños que han encontrado aquí un remanso de paz entre el mar y la selva.
Boiçucanga. En esta playa todavía se pueden ver las pequeñas embarcaciones de los pescadores locales. Los alrededores son espectaculares por la unión del Atlántico con las cascadas de la UIT Ribeirao.
Las playas que rodean la localidad de Maresias se caracterizan por su fuerte oleaje y la riqueza de unos fondos marinos que hacen de ellas lugares excepcionales para la pesca y el submarinismo.
Praia Brava es accesible solo por mar o a pie. Su nombre hace honor a la fiereza de sus aguas, solo aptas para surfistas experimentados.
Justo al otro lado de Maresias se encuentra la playa de Paúba. Este enclave ofrece gran interés, no solo por ser uno de los mejoros puntos para realizar inmersiones submarinas, también por su encantador pueblo de pescadores. Además, Paúba concentra una importante oferta hotelera y de ocio.
Toque-Toque pequeña y Toque-Toque grande son dos playas consecutivas con aldeas de pescadores, casitas pintorescas y bellas iglesias. Frente a la última está la Illha de Toque-Toque Grande, de arrecifes y aguas cristalinas.
Guaecá. Muy concurrida en verano, alterna días de aguas tranquilas con otros de olas altas y fuerte corriente. El cerro de Las Sietes Vueltas, muy cerca de la playa, se utiliza como punto de despegue de parapentes y alas delta. Barequeçaba es una playa tranquila, ideal para nadar y pasar unas vacaciones familiares. De arena dura, fue elegida por el Ayuntamiento de Sao Sebastian sede de los Juegos de Verano.
Punto de encuentro de jóvenes, empresarios y artistas que buscan diversión en su famosa playa y emociones fuertes al caer la tarde, Maresias es uno de los centros turísticos más sofisticados de Brasil. La ciudad concentra gran variedad de restaurantes, bares y lugares de ocio nocturno, abiertos hasta bien entrada la madrugada. Con sus villas suntuosas y sus hoteles de lujo, este resort es, sin duda, la zona más chic del litoral paulista.
Frente a la playa de Maresias, el archipiélago de Ilhabela bien merece una visita de varios días. Está formado por una isla grande llamada de São Sebastião, donde se encuentra la localidad de Ilhabela, y otras de menor superficie: Ilha dos Búzios, Pescadores, Vitória, Cabras, Castelhanos, Enchovas, Figueira, Lagoa y Serraria. Más de cuatrocientos cursos de agua forman una red fluvial que atraviesa São Sebastião, creando espectaculares cascadas entre la densa vegetación. La isla cuenta con excelentes infraestructuras enfocadas al turismo ecológico, ofreciendo numerosas propuestas para disfrutar de una naturaleza casi en estado puro.
Creado en el año 1977, el Parque Estadual de Ilhabela preserva una extensa área natural que constituye gran parte de la Mata Atlántica. Este espacio, excepcional muestra los distintos ecosistemas, concentra árboles de 20 y 30 metros de altura, playas exuberantes, picos cubiertos de vegetación, millares de arroyos y ríos que discurren desde la montaña a la costa, islas, islotes... Para recorrerlo, nada mejor que su red de senderos y sus visitas organizadas, que acercan este impresionante legado natural al turismo. Y lo hacen de forma controlada y sostenible.
El principal atractivo del Parque Estadual de Ilhabela son sus cascadas y piscinas naturales de aguas cristalinas. La primera de ellas es el Poço da Pedra, que se encuentra a 100 metros del inicio del Paseo del Água Branca. A 500 metros de este, el Poço da Escada, y por último, a 1.400 metros del inicio del sendero, se halla el Poço do Jabuti. El Paseo del Água Branca está señalizado en toda su extensión. Pero se puede visitar en grupo con un guía especializado. Horarios: 9 a 16:30 hora Sede administrativa: Morro da Cruz 608, en el barrio Itaguaçú de la localidad de Ilhabela.
¿Cómo llegar?
En avión: El aeropuerto más cercano es el Guarulhos, en la ciudad de Sao Paulo (www.gru.com.br). Desde allí hasta Maresias se tarda de 3-4 horas por carretera.
Por carretera: Saliendo del aeropuerto, se toma la rodovia Ayrton Senna en dirección a Rio de Janeiro. Al cruzar con la SP-088, salida a la derecha en dirección a Mogi das Cruces. Desde allí se empalma con la SP-098 que llega hasta el mar. Al llegar al mar, girar a la izquierda en dirección norte para toma la Rio-Santos (SP-055, también identificada como BR-101). Maresias está en esa carretera, antes de llegar a São Sebastião.
En autobús: La empresa Litorânea (www.litoranea.com.br) va hasta Maresias saliendo desde la terminal Tietê del Aeropuerto Internacional de Guarulhos a la Terminal Tietê. Hay salidas regulares cada media hora o una hora desde las 07:30 a las 18:30 h. Para desplazarse por la región existe el Ecobus, transporte colectivo que recorre la Costa dos Alcatrazes (www.ecobus.com.br)