Visitas destacadas
La mejor arquitectura civil de Albacete
Albacete es una ciudad que tiene mucho que ofrecer. Uno de estos tesoros es su rico patrimonio arquitectónico, con grandes construcciones de tipo civil que se desarrollaron, sobre todo, a lo largo de los siglos XIX y XX. Sin embargo hay algunos monumentos anteriores como la Posada del Rosario, que fue construida en el siglo XVI. Entre los rasgos que definen esta gran casa manchega destaca especialmente la mezcla de estilos arquitectónicos de la que hace gala: gótico, mudéjar y renacentista. Se localiza en pleno centro urbano albaceteño y actualmente alberga la Oficina de Turismo de Albacete y la biblioteca universitaria. Aunque se cree que fue construida como residencia de algún hidalgo del lugar, en el siglo XVIII fue convertida en posada, de donde le viene el nombre actual. Por la belleza de sus líneas arquitectónicas, la Posada del Rosario fue declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional. Se trata de un gran edificio de dos alturas, con planta cuadrada y un gran patio central con columnas. Otro de los edificios más interesantes de la ciudad es la Casa del Hortelano, proyectada por el arquitecto Daniel Rubio a principios del siglo XX. Es un palacete de estilo modernista, residencia del albaceteño Joaquín Hortelano, que pasó a manos municipales en el siglo XX, concretamente en la década de los años 80. Su fachada verde de brillantes azulejos y pináculos de estilo gótico es realmente especial. Desde 2004 es la sede del Museo de la Cuchillería de Albacete.
El Teatro Circo, un símbolo cultural
El especial valor de esta construcción reside en que es uno de los seis teatros circos del siglo XIX que existen en el mundo. Se localiza en la calle Isaac Peral, muy próximo a la Plaza del Altozano, y fue construido entre los años 1886 y 1887 a instancias de la Sociedad del Teatro Circo, con el fin de servir de lugar de exhibición para obras de teatro y espectáculos circenses. Se trata de un teatro de estilo neomudéjar que tenía una capacidad para 1.000 espectadores. En realidad su arquitectura combina el estilo europeo con el árabe, presente en sus preciosas arquerías. A lo largo de la historia, el Teatro Circo ha ido asumiendo diferentes reformas y rehabilitaciones, siendo la más importante la del año 1919, cuando el patio de butacas se dotó de palcos principales y también de un sistema de calefacción. Desde el año 1924, el Teatro Circo se convirtió en la sede del Ateneo Albatecense, celebrándose numerosas representaciones teatrales. En 1985 pasó a manos del Ayuntamiento de Albacete, quien lo rehabilitó en 1999. Fue reinaugurado en el año 2002 y en julio de 2013 este monumento fue declarado Bien de Interés Cultural.
El Pasaje de Lodares, maravilla modernista
Es uno de los monumentos más especiales de la ciudad. Una galería comercial y residencial que se localiza en pleno centro, entre las calles Tinte y Mayor, y que es uno de los más bellos ejemplos de la arquitectura modernista de principios del siglo XX, obra del arquitecto valenciano Buenaventura Ferrando Castells, quien lo creó en 1925. El pasaje recibió el nombre de Gabriel Lodares porque fue él quien lo mandó construir al estilo de las galerías italianas, con tres plantas de residencias para las familias adineradas de la ciudad, y locales comerciales en la planta baja. Se cubre con un tragaluz de arcos de hierro y cristal y cuenta con fachadas monumentales, en especial la que da a la calle del Tinte. En los dos extremos del pasaje hay una gran puerta de forja decorada en cuya parte superior se ven las letras G.L., iniciales de Gabriel Lodares. En su interior, los locales comerciales se separan por columnas de estilo renacentista. Abunda la ornamentación modernista y neobarroca en los herrajes y las esculturas, con numerosas referencias a Mercurio, dios del comercio. La importancia del Pasaje de Lodares es indiscutible, ya que en España hay sólo tres galerías de este tipo. Las otras dos son el Pasaje Gutiérrez en Valladolid, y el Pasaje del Ciclón en Zaragoza.
La Catedral de San Juan Bautista
Aunque construida sobre los restos de un templo mudéjar anterior, el que es el más importante monumentos religioso de la ciudad se edificó a principios del siglo XVI, aunque no fue hasta 1959 cuando se puede dar por finalizada la obra tal como hoy la conocemos. En su exterior dominan los estilos neorrománico y neogótico. El primero se hace patente en la fachada sur, con su portada de arcos de medio punto y columnas simples. El estilo neogótico corresponde a la fachada principal, con el arco apuntado de su portada, el rosetón y la torre del campanario. El tímpano de la portada está decorado con un relieve relativo al bautismo. La catedral posee planta de tres naves separadas por altas columnas jónicas creadas por Diego de Siloé. También destacan las capillas, todas ellas cubiertas por bóvedas de crucería. Las naves se cierran con bóvedas barrocas del siglo XVII. Destacan las grandes vidrieras de la capilla mayor dedicadas a San Juan Bautista, la Visitación y el Bautismo de Jesús. Merece la pena recorrer las capillas de la catedral, cada una con sus peculiaridades. La capilla de la Virgen de los Llanos, por ejemplo, cuenta con una especial bóveda de crucería con linterna superior. Otra de las capillas posee columnas helicoidales de finales del gótico, y otra una bella cúpula estrellada.
El Parque Abelardo Sánchez, pulmón de Albacete
Porque no todo en Albacete es visitar monumentos, resulta muy recomendable dedicar un tiempo a pasear por alguna de las zonas verdes con que cuenta la ciudad. Y entre ellas destaca especialmente el parque Abelardo Sánchez, por ser el más grande y, probablemente, también el más bello. Tiene una extensión de 101.695 metros cuadrados y fue proyectado y construido en 1911. En aquel momento se plantaron la friolera de 12.400 árboles, de los que la gran mayoría eran pinos. Aunque al principio se le bautizó con el nombre de Parque de Canalejas, durante la época franquista se le conoció como el Parque de los Mártires. Con la transición y la llegada de la democracia, el parque adoptó su nombre actual, en honor a Abelardo Sánchez, el alcalde de Albacete que hizo posible su creación. Además de los miles de pinos que posee, el terreno está surcado por grandes avenidas flanqueadas de plátanos, y también pueden encontrarse otras especies como el castaño de Indias, cipreses, ciruelos, higueras, saúcos, etc. También hay grandes rosaledas y numerosas plantas y flores. Además, el parque cuenta con grandes y monumentales fuentes, como la Fuente Larga, la Fuente del Espejo o la Fuente del Jarrón. Hasta el año 1968 existió un estanque lleno de patos en un terreno en el que hoy se asienta el Museo de Albacete. Entre las muchas aves que pueblan este espacio natural destacan especies comunes como las palomas o los gorriones, pero también mirlos, petirrojos y verdecillos.
Los yacimientos arqueológicos de la provincia
En Lezuza, a 50 kilómetros de Albacete, se encuentra el yacimiento arqueológico de Libisosa que fue en tiempos de los romanos la ciudad fortificada Libisosa Forum Augusta. En otoño se realizan jornadas de puertas abiertas en las que es posible descubrir vestigios prerromanos de más de 2.800 años de antigüedad. Hay vasijas y objetos iberos, restos de algunas obras de ingeniería romanas y un castillo de la Edad Media. Más información en www.libisosa.ua.es o en el tel. 967 35 40 01. Otro yacimiento fundamental es el Parque Arqueológico Tolmo de Minateda, en Hellín, a 65 km. de Albacete, con restos de diversas construcciones romanas, íberas y musulmanas, e incluso una basílica visigoda. Tel. de información: 967 54 15 20.
El Parque Natural de las Lagunas de Ruidera
La ciudad de Albacete está rodeada de parajes naturales de increíble belleza. Uno de ellos es el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, a 96 kilómetros de la ciudad, un espacio protegido desde 1933, que fue catalogado como parque natural en 1979. En sus dominios podemos encontrar 15 maravillosas lagunas que se comunican entre sí (11 de ellas están en la provincia de Albacete). Merece la pena visitarlas en otoño o en primavera, las estaciones más lluviosas. Es entonces cuando las numerosas cascadas del lugar aparecen más bellas y cuando el paisaje alcanza todo su esplendor.
El Castillo de Almansa
En lo alto del Cerro del Águila, junto a la ciudad de Almansa, se alza este castillo de origen almohade, uno de los mejor conservados de toda la provincia. Se trata de una fortaleza muy antigua de carácter defensivo con una impresionante torre del homenaje. Es especialmente importante fijarse en los elementos de cantería de la escalera de caracol que sube a la parte superior de la torre, y que están considerados una maravilla del gótico. El castillo puede visitarse de octubre a abril, de 10:00 a 14:00 h. y de 17:00 a 19:00 h.; y de mayo a septiembre, de 10:00 a 14:00 y de 18:00 a 20:00 h. Más información en el tel. 967 34 47 71.
El Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima
Este espacio protegido se localiza en la Sierra del Segura y ocupa cerca de 19.200 hectáreas de terreno. Merece la pena visitarlo sólo por contemplar la cascada del río Mundo, que con sus 300 metros de caída es una de las más bellas del país. El parque está surcado por una compleja red de galerías subterráneas y cuevas (de las cuales se han explorado unas 85). Esta a unos 130 kilómetros de la ciudad de Albacete, por lo que programar una excursión desde la ciudad es algo realmente sencillo.
