Presentación
En la Costa Brava catalana, a dos pasos de la frontera con Francia, Tossa de Mar es una localidad turística que goza de un envidiable clima, una naturaleza prodigiosa entre el litoral y la montaña, y una rica historia que ha llenado de edificios y monumentos históricos sus calles, plazas y su bello entorno. Pertenece a la provincia española de Gerona y se encuentra enclavada en la comarca de La Selva. Su población de casi 6.000 habitantes se multiplica todos los veranos, convirtiéndose en punto de encuentro de turistas que llegan de cualquier punto del planeta, atraídos por las magníficas playas y por su paisaje, sus fiestas tradicionales y su enorme oferta cultural y de ocio. Además Tossa guarda un importante legado cultural que se remonta a tiempos prehistóricos, a la Turissa romana, a la época medieval y la barroca. Un crisol que merece la pena conocerse con detenimiento y placer.
Visitas destacadas
El Mediterráneo es el mar que baña esta costa jalonada de infinidad de estupendas playas y pequeñas calas, escondidas entre una vegetación característica de pinos, romero, lavanda… La platja Gran o playa Grande de Tossa ha recibido el galardón de Bandera Azul por la calidad de sus aguas y sus servicios. Es la más importante del municipio y una de las más fotografiadas, con el Cabo de Tossa y el recinto amurallado de la Vila Vella en uno de sus extremos. A continuación se encuentra la playa de Mar Menuda y su pequeña cala conocida como “la bañera de las mujeres” por carecer de profundidad y oleaje. Es un buen lugar para el baño de familias con niños. Siguiendo la costa hacia el sur y rodeando el Cabo de Tossa, está la playa de Es Codolar, una antigua playa de pescadores, y más al sur cala Figuera, en donde se practica el nudismo. Las playas de Llorell, la de Llevant y la de Garbí, están unidas prácticamente como una sola. La última de la zona sur es Cala Morisca, a unos 5 km de Tossa. Al norte, Cala Bona, Giverola, Futadera o Salions completan una oferta de zonas para bañarse, tomar el sol y disfrutar de la naturaleza de gran aguas azules y gran belleza paisajística.
El recinto amurallado delimita lo que fue el núcleo original de la localidad, la Vila Vella, de calles estrechas y deliciosas por las que merece la pena perderse. El centro urbano actual se ubica en las calles Socors, La Guàrdia, Plaza de España y Pou de la Vila. Extramuros hay que visitar el barrio antiguo de pescadores, que tuvo su primer desarrollo en el siglo XVI. Es el barrio de Sa Roqueda, entre las calles Estolt y Portal. Continuando por esta última se llega al centro ya mencionado y a la zona comercial de Tossa. Desde las murallas a la segunda playa de la localidad -la Mar Menuda- se puede dar un agradable paseo acompañado de maravillosas vistas. También hay que detenerse en la iglesia parroquial de San Vicente, que data de 1755, y es de estilo neoclásico. La nave central está decorada originalmente con retablos e imágenes de estilo barroco popular, muchos de ellos procedentes del taller local de Cas Fuster, quemados durante la Guerra Civil, que han sido restaurados. La iglesia de San Vicente está en Plaça de l’Església. La Capilla de la Virgen del Socorro, en la calle Socors, es el resultado de una remodelación llevada a cabo en el s. XVIII. Importante centro religioso, debido a la devoción de marineros y negociantes, es un lugar de visita inexcusable en la ciudad.
Es el único ejemplo de población medieval fortificada que todavía existe en el litoral catalán, esa es una de las razones por las que fue declarado monumento histórico-artístico nacional en el año 1931. Su estado de conservación es excelente, con la casi totalidad del perímetro original y sus almenas prácticamente intactas. Data de inicios del s. XIII y consta de cuatro torreones y tres torres cilíndricas rematadas por matacanes (d´en Joanàs, de las Horas, y de es Codolar o del Homenaje). Por un portal dovelado se accede a través del patio de armas a la Vila Vella, un dédalo de calles empedradas que fue el núcleo del pueblo hasta que empezó a crecer detrás de las murallas. Hay visitas guiadas para conocer toda la historia de las murallas en www.tossatourexperience.com. La torre de Can Magí, o de los Moros, está situada en la calle Tarull y se utilizaba para salvaguardar la costa mediterránea de las incursiones piratas. Edificada en el siglo XVI bajo el mandato de Felipe II, era una de las numerosas que se situaban en lugares estratégicos y se comunicaban con señales de humo o de luz, dependiendo de si era de día o de noche.
En sa Roqueta, típico barrio de pescadores, se puede ver esta masía, una de las primeras que se construyó fuera del recinto amurallado. Es un buen ejemplo de masía fortificada, para protegerla de los ataques a la costa. Además de su característico portal redondo y el matacán que se encuentra sobre el mismo, hay que destacar las ventanas góticas, bellamente esculpidas con angelotes. En el interior se conserva, todavía en perfectas condiciones, una fresquera excavada en la roca. Can Ganga está en la calle Codolar, 4. Otro ejemplo de masía fortificada es la de Mas Rabassa, del año 1500, que cuenta, además de con torre de vigilancia, pisos y barbacana, con una garita del siglo XVII. Está en la calle La Guárdia 56.
Otro interesante edificio es el antiguo Hospital de San Miguel, con un cuerpo rectangular de dos plantas ordenado alrededor de un claustro. Fundado en el año 1773 por el considerado precursor de los indianos, Tomás Vidal, fue un centro de caridad, y debe su nombre a la imagen del santo que preside el altar mayor y que es la advocación de los hospitales del siglo XVIII en Cataluña. La imagen es de factura barroca popular, obra del taller local de Cas Fuster y en uno de los laterales se encuentra su capilla.
Tossa está situada en un enclave maravilloso entre el mar y la montaña. Esta franja costera de la provincia de Gerona está flanqueada por el Macizo granítico de Cadiretes, que ocupa la casi totalidad del término municipal de Tossa y parte de los de Sant Feliu de Guíxols, Sta. Cristina de Aro, Llagostera, Vidreres y Lloret, y separa el mar del llano de la comarca de La Selva. Aunque no alcanza gran altura -el Puig de Cadiretes mide 519 m como cota máxima-, las montañas hacen de pantalla a los vientos de levante, por lo que hay un alto nivel de pluviosidad y esto origina una mezcla de elementos botánicos y faunísticos atlánticos y mediterráneos, una de las principales características ecológicas de la zona. Nada como recorrer la carretera de Sant Feliu de Guíxols a Tossa de Mar, que atraviesa el macizo de punta a punta en el litoral, para disfrutar de la zona plenamente. También es una buena opción conocer el Macizo de Cadiretes desde dentro, recorriendo a pie o en bicicleta de montaña los senderos señalizados del espacio natural. Una auténtica gozada.
Está a unos 15 km de Tossa y una forma de conocerlo es seguir la carretera desde Tossa de Mar a Sant Feliu de Guíxols. A la altura de la cala Salions y tomando la carretera que lleva hasta Llagostera, se atraviesa la montaña de Cadiretes en dirección oeste y se pasa por el santuario de Sant Grau. Además de la interesante historia del santuario, basado en una leyenda popular según la cual San Gerardo de Aurillac vivió aquí en el siglo IX, la visita merece la pena por las extraordinarias vistas de la costa. No hay que perdérselo.
Alrededor de la riera de Tossa, a unos 500 metros del núcleo urbano de la población, está este parque de gran valor natural y paisajístico. Una extensión con vegetación típicamente mediterránea de encinas, alcornoques y pinos; así como árboles de ribera de hoja caduca. Ademas de la riera, hay un pequeño estanque artificial que alberga plantas y animales de ambientes pantanosos y árboles monumentales y centenarios. Es una zona de esparcimiento con buenas instalaciones y numerosos servicios de ocio y deportivos.
Es el primer museo de arte contemporáneo del Estado Español, fundado en 1935 por un grupo de intelectuales que quisieron dejar constancia de la importancia de la localidad como polarizador de artistas de la vanguardia europea durante comienzos del siglo XX. Tossa fue durante los cinco primeros años de la década de los treinta lugar de encuentro de artistas como Rafael Benet o Pere Créixams, Marc Chagall, André Masson, Georges Kars, etc., que se instalaron y trabajaron en la población hasta que estalló la Guerra Civil. El Museo Municipal acoge una importante colección de arte y guarda también el legado arqueológico procedente del yacimiento de la villa de els Ametllers y Plaça Roig i Soler, 1 (Vila Vella)- Tel. 972 340 709 Visitas guiadas: www.tossatourexperience.com
En el punto más alto de la Vila Vella hubo en tiempos un pequeño castillo, cuyo lugar ocupa el actual faro. El faro de Tossa es todo un emblema en la ciudad, ya que a pesar de que su construcción se remonta a 1917, todavía sigue en activo. También es la sede del Centro de Interpretación de los Faros del Mediterráneo, un espacio museológico que acerca a la historia y a la tecnología del mundo de los faros, así como a la vida de los fareros. El espacio propiamente de museo permite contemplar diversas piezas relacionadas con este patrimonio marítimo. Passeig de Vila Vella – Tel. 972 343 359
¿Cómo llegar?
Los aeropuertos más cercanos a Tossa de Mar son el de Gerona-Costa Brava (a 38 km) y el Aeropuerto Internacional de Barcelona el Prat (a 107 km). Desde aquí se puede tomar tren, autobús o coche.
Tren: Desde Blanes, 21 km. Desde Gerona, 40 km. Desde Barcelona-Sants, 98 km.
Autobús: Sale d la estación del Norte de Barcelona. También hay conexiones desde la estación de autobuses de Lloret, a 12 km.
Coche: Autopista AP7, salida 9 y autopista C32, salida Blanes.
Barco: Se puede llegar a Tossa de Mar desde el puerto de Barcelona. En el puerto de Tossa parten barcos de excursiones turísticas.
Presentación
En la Costa Brava catalana, a dos pasos de la frontera con Francia, Tossa de Mar es una localidad turística que goza de un envidiable clima, una naturaleza prodigiosa entre el litoral y la montaña, y una rica historia que ha llenado de edificios y monumentos históricos sus calles, plazas y su bello entorno. Pertenece a la provincia española de Gerona y se encuentra enclavada en la comarca de La Selva. Su población de casi 6.000 habitantes se multiplica todos los veranos, convirtiéndose en punto de encuentro de turistas que llegan de cualquier punto del planeta, atraídos por las magníficas playas y por su paisaje, sus fiestas tradicionales y su enorme oferta cultural y de ocio. Además Tossa guarda un importante legado cultural que se remonta a tiempos prehistóricos, a la Turissa romana, a la época medieval y la barroca. Un crisol que merece la pena conocerse con detenimiento y placer.
Visitas destacadas
El Mediterráneo es el mar que baña esta costa jalonada de infinidad de estupendas playas y pequeñas calas, escondidas entre una vegetación característica de pinos, romero, lavanda… La platja Gran o playa Grande de Tossa ha recibido el galardón de Bandera Azul por la calidad de sus aguas y sus servicios. Es la más importante del municipio y una de las más fotografiadas, con el Cabo de Tossa y el recinto amurallado de la Vila Vella en uno de sus extremos. A continuación se encuentra la playa de Mar Menuda y su pequeña cala conocida como “la bañera de las mujeres” por carecer de profundidad y oleaje. Es un buen lugar para el baño de familias con niños. Siguiendo la costa hacia el sur y rodeando el Cabo de Tossa, está la playa de Es Codolar, una antigua playa de pescadores, y más al sur cala Figuera, en donde se practica el nudismo. Las playas de Llorell, la de Llevant y la de Garbí, están unidas prácticamente como una sola. La última de la zona sur es Cala Morisca, a unos 5 km de Tossa. Al norte, Cala Bona, Giverola, Futadera o Salions completan una oferta de zonas para bañarse, tomar el sol y disfrutar de la naturaleza de gran aguas azules y gran belleza paisajística.
El recinto amurallado delimita lo que fue el núcleo original de la localidad, la Vila Vella, de calles estrechas y deliciosas por las que merece la pena perderse. El centro urbano actual se ubica en las calles Socors, La Guàrdia, Plaza de España y Pou de la Vila. Extramuros hay que visitar el barrio antiguo de pescadores, que tuvo su primer desarrollo en el siglo XVI. Es el barrio de Sa Roqueda, entre las calles Estolt y Portal. Continuando por esta última se llega al centro ya mencionado y a la zona comercial de Tossa. Desde las murallas a la segunda playa de la localidad -la Mar Menuda- se puede dar un agradable paseo acompañado de maravillosas vistas. También hay que detenerse en la iglesia parroquial de San Vicente, que data de 1755, y es de estilo neoclásico. La nave central está decorada originalmente con retablos e imágenes de estilo barroco popular, muchos de ellos procedentes del taller local de Cas Fuster, quemados durante la Guerra Civil, que han sido restaurados. La iglesia de San Vicente está en Plaça de l’Església. La Capilla de la Virgen del Socorro, en la calle Socors, es el resultado de una remodelación llevada a cabo en el s. XVIII. Importante centro religioso, debido a la devoción de marineros y negociantes, es un lugar de visita inexcusable en la ciudad.
Es el único ejemplo de población medieval fortificada que todavía existe en el litoral catalán, esa es una de las razones por las que fue declarado monumento histórico-artístico nacional en el año 1931. Su estado de conservación es excelente, con la casi totalidad del perímetro original y sus almenas prácticamente intactas. Data de inicios del s. XIII y consta de cuatro torreones y tres torres cilíndricas rematadas por matacanes (d´en Joanàs, de las Horas, y de es Codolar o del Homenaje). Por un portal dovelado se accede a través del patio de armas a la Vila Vella, un dédalo de calles empedradas que fue el núcleo del pueblo hasta que empezó a crecer detrás de las murallas. Hay visitas guiadas para conocer toda la historia de las murallas en www.tossatourexperience.com. La torre de Can Magí, o de los Moros, está situada en la calle Tarull y se utilizaba para salvaguardar la costa mediterránea de las incursiones piratas. Edificada en el siglo XVI bajo el mandato de Felipe II, era una de las numerosas que se situaban en lugares estratégicos y se comunicaban con señales de humo o de luz, dependiendo de si era de día o de noche.
En sa Roqueta, típico barrio de pescadores, se puede ver esta masía, una de las primeras que se construyó fuera del recinto amurallado. Es un buen ejemplo de masía fortificada, para protegerla de los ataques a la costa. Además de su característico portal redondo y el matacán que se encuentra sobre el mismo, hay que destacar las ventanas góticas, bellamente esculpidas con angelotes. En el interior se conserva, todavía en perfectas condiciones, una fresquera excavada en la roca. Can Ganga está en la calle Codolar, 4. Otro ejemplo de masía fortificada es la de Mas Rabassa, del año 1500, que cuenta, además de con torre de vigilancia, pisos y barbacana, con una garita del siglo XVII. Está en la calle La Guárdia 56.
Otro interesante edificio es el antiguo Hospital de San Miguel, con un cuerpo rectangular de dos plantas ordenado alrededor de un claustro. Fundado en el año 1773 por el considerado precursor de los indianos, Tomás Vidal, fue un centro de caridad, y debe su nombre a la imagen del santo que preside el altar mayor y que es la advocación de los hospitales del siglo XVIII en Cataluña. La imagen es de factura barroca popular, obra del taller local de Cas Fuster y en uno de los laterales se encuentra su capilla.
Tossa está situada en un enclave maravilloso entre el mar y la montaña. Esta franja costera de la provincia de Gerona está flanqueada por el Macizo granítico de Cadiretes, que ocupa la casi totalidad del término municipal de Tossa y parte de los de Sant Feliu de Guíxols, Sta. Cristina de Aro, Llagostera, Vidreres y Lloret, y separa el mar del llano de la comarca de La Selva. Aunque no alcanza gran altura -el Puig de Cadiretes mide 519 m como cota máxima-, las montañas hacen de pantalla a los vientos de levante, por lo que hay un alto nivel de pluviosidad y esto origina una mezcla de elementos botánicos y faunísticos atlánticos y mediterráneos, una de las principales características ecológicas de la zona. Nada como recorrer la carretera de Sant Feliu de Guíxols a Tossa de Mar, que atraviesa el macizo de punta a punta en el litoral, para disfrutar de la zona plenamente. También es una buena opción conocer el Macizo de Cadiretes desde dentro, recorriendo a pie o en bicicleta de montaña los senderos señalizados del espacio natural. Una auténtica gozada.
Está a unos 15 km de Tossa y una forma de conocerlo es seguir la carretera desde Tossa de Mar a Sant Feliu de Guíxols. A la altura de la cala Salions y tomando la carretera que lleva hasta Llagostera, se atraviesa la montaña de Cadiretes en dirección oeste y se pasa por el santuario de Sant Grau. Además de la interesante historia del santuario, basado en una leyenda popular según la cual San Gerardo de Aurillac vivió aquí en el siglo IX, la visita merece la pena por las extraordinarias vistas de la costa. No hay que perdérselo.
Alrededor de la riera de Tossa, a unos 500 metros del núcleo urbano de la población, está este parque de gran valor natural y paisajístico. Una extensión con vegetación típicamente mediterránea de encinas, alcornoques y pinos; así como árboles de ribera de hoja caduca. Ademas de la riera, hay un pequeño estanque artificial que alberga plantas y animales de ambientes pantanosos y árboles monumentales y centenarios. Es una zona de esparcimiento con buenas instalaciones y numerosos servicios de ocio y deportivos.
Es el primer museo de arte contemporáneo del Estado Español, fundado en 1935 por un grupo de intelectuales que quisieron dejar constancia de la importancia de la localidad como polarizador de artistas de la vanguardia europea durante comienzos del siglo XX. Tossa fue durante los cinco primeros años de la década de los treinta lugar de encuentro de artistas como Rafael Benet o Pere Créixams, Marc Chagall, André Masson, Georges Kars, etc., que se instalaron y trabajaron en la población hasta que estalló la Guerra Civil. El Museo Municipal acoge una importante colección de arte y guarda también el legado arqueológico procedente del yacimiento de la villa de els Ametllers y Plaça Roig i Soler, 1 (Vila Vella)- Tel. 972 340 709 Visitas guiadas: www.tossatourexperience.com
En el punto más alto de la Vila Vella hubo en tiempos un pequeño castillo, cuyo lugar ocupa el actual faro. El faro de Tossa es todo un emblema en la ciudad, ya que a pesar de que su construcción se remonta a 1917, todavía sigue en activo. También es la sede del Centro de Interpretación de los Faros del Mediterráneo, un espacio museológico que acerca a la historia y a la tecnología del mundo de los faros, así como a la vida de los fareros. El espacio propiamente de museo permite contemplar diversas piezas relacionadas con este patrimonio marítimo. Passeig de Vila Vella – Tel. 972 343 359
¿Cómo llegar?
Los aeropuertos más cercanos a Tossa de Mar son el de Gerona-Costa Brava (a 38 km) y el Aeropuerto Internacional de Barcelona el Prat (a 107 km). Desde aquí se puede tomar tren, autobús o coche.
Tren: Desde Blanes, 21 km. Desde Gerona, 40 km. Desde Barcelona-Sants, 98 km.
Autobús: Sale d la estación del Norte de Barcelona. También hay conexiones desde la estación de autobuses de Lloret, a 12 km.
Coche: Autopista AP7, salida 9 y autopista C32, salida Blanes.
Barco: Se puede llegar a Tossa de Mar desde el puerto de Barcelona. En el puerto de Tossa parten barcos de excursiones turísticas.