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La ciudad de Skiathos
En el extremo oriental de la isla se halla la capital, cuyo corazón es un puerto bien protegido en el que durante el verano atracan todo tipo de embarcaciones, desde pequeños barcos de pesca de poco más de tres metros de eslora a lanchas rápidas o inmensos y lujosos yates a motor. Alrededor del puerto, en la colina se arraciman casitas bajas de uno o dos alturas con sus paredes blancas y tejados rojos. Skiathos es un centro cosmopolita, pujante y que bulle de animación durante la época estival. Aquí se puede encontrar de todo: durante el día, magníficas playas que todavía gozan del privilegio de una relativa soledad. Excepto las más conocidas, es posible encontrar pequeñas calas cerca del pueblo, aisladas y deliciosas, donde bañarse con tranquilidad o tomar el sol sin que la sombrilla del vecino invada el espacio ajeno. Cuando cae la noche la oferta de ocio es infinita, con propuestas para todos los públicos. Los amantes de la gastronomía podrán degustar la afamada cocina griega en sus magníficos restaurantes, los entusiastas del baile mover el esqueleto en sus discotecas, los locos por las compras recorrer las calles comerciales en busca de artesanía, joyas, ropa… Quien no se divierte es porque no quiere en la ciudad de Skiathos.
El Kastro medieval
Bajo el dominio bizantino, a mediados del siglo XV se construyó el castillo en la parte más alta de la isla. Las sucesivas incursiones piratas obligaron a la población a refugiarse en esta construcción fortificada situada en el pico de un acantilado al norte de la isla. La comunicación entre el castillo y la tierra se hacía mediante un puente de madera que lo unía con una colina cercana. Dentro del castillo se construyeron numerosas casas, muy pegadas unas a las otras, y también un buen número de iglesias, llegando a ser la ciudad fortificada más grande de la isla. En el apogeo de su prosperidad, el kastro medieval tenía 300 viviendas y 22 ermitas, de las que queda solo una, así como algunos restos de la muralla defensiva con huecos suficientes para disponer los cañones que habrían de disuadir al enemigo. Quien se tome la molestia de subir a la cima disfrutará de impresionantes vistas panorámicas: en el horizonte, el continente, el norte de la vecina isla de Skopelos y la pintoresca playa son absolutamente impresionantes. Numerosas embarcaciones atracan en estas aguas que forman un bellísimo caleidoscopio cromático.
La Casa-Museo Papadiamantis
Alexandros Papadiamantis fue el mayor prosista de la Grecia moderna. Nacido en la isla de Skiathos, sus obras recogen numerosas referencias a este lugar. La casa en la que vivió durante muchos años y en la que pasó los últimos momentos de su vida en el invierno de 1911 se convirtió en museo a su muerte. La primera planta se conserva como vivienda, con sus muebles originales y objetos de la época. En la entrada hay una pequeña sala donde se guardan las vestimentas religiosas y los libros del padre del autor, que fue un pope ortodoxo. La otra planta se ha destinado a sala de exposiciones de diversos objetos tradicionales de Skiathos. El museo Papadiamantis es también un ejemplo de arquitectura popular de la isla. Con dos pisos, la casa está construida en piedra y también de “tsatma”, una combinación de madera y yeso. El techo inclinado está cubierto con azulejos bizantinos. Las puertas y ventanas son de madera, así como la escalera y los suelos, que conservan el color tradicional original. En 1954 el edificio fue comprado por el estado y desde entonces pertenece al municipio de Skiathos.
La fortaleza y la escuela de Bourtzi
Bourtzi es una pequeña península que divide el puerto de Skiathos en dos. En el pasado fue una fortaleza fundada por los hermanos Gizi, que ocuparon Skiathos en el siglo XIII, rodeada por troneras y almenas y con dos torres circulares a los lados de la puerta. Las ruinas de la muralla dan algunas pistas sobre la altura que alcanzaban, aunque no es posible determinarla con exactitud. También se sabe que en la fortaleza se levantaba la pequeña iglesia de Agios Georgios, protector de los venecianos. Debido a la existencia de esa iglesia, Bourtzi fue también llamado Kastelli tou Agiou Georgiou - Castillo de San Jorge. La fortaleza fue destruida en 1660, cuando el Almirante Fransesco Morozini invadió la isla, pero sin embargo en 1823 los habitantes lograron repeler la incursión del militar otomano Topal Osman Pasha. En 1906 se construyó una escuela de primaria en el centro de la península, donada por Andreas Syngros. En la entrada de la misma luce un busto del padre de las letras griegas,Alexandros Papadiamantis. Hoy, la vieja escuela se ha convertido en un lugar pintoresco muy visitado. Merece la pena acercarse hasta Bourtzi y disfrutar de sus pinares, de su olor, de sus vistas y de las ruinas de la antigua fortaleza y la iglesia de Agios Georgios.
La playa más famosa
Koukounarias es la playa más famosa de Skiathos y una de las mejores del Egeo y de todo el Mediterráneo. Cubierta por una arena fina y dorada y protegida por un bello pinar, del que le viene el nombre, tiene aproximadamente un kilómetro de longitud y está rodeada de densos bosques de coníferas, higueras y de una laguna de aguas cristalinas y azules. Además dispone de magníficos servicios: chiringuitos, escuelas para practicar deportes acuáticos, quioscos de bebidas, etc. La zona entre la playa y la carretera es una reserva natural protegida, especialmente por su variedad de aves, que se salvó a duras penas de ser convertida en un campo de golf. En la actualidad es una preciosa área verde en la que pasear alrededor del lago, conectado al mar por un estrecho canal, disfrutar del intenso aroma del pinar o de las espectaculares puestas de sol. En Koukounarias está el segundo complejo turístico más grande después del pueblo de Skiathos. A lo largo de la carretera se suceden los hoteles, muchos de ellos con piscinas, supermercados, restaurantes, bares… Pero además de Koukounarias, en Skiathos se pueden disfrutar de muchas otras playas. Estas son las más conocidas:
Lalaria, esculturas en roca
Skiathos ocupa una superficie de aproximadamente 19 km2 y tiene más de 60 playas. Algunas son las mejores de toda Grecia. ¿Cómo recomendar una u otra? Es difícil. Pero si hay que elegir una, esa sería la de Lalaria, la más mágica y fotografiada de toda la isla. Situada en el lado norte, solo se puede llegar por mar, ya que está rodeada de grandes rocas con formas caprichosas y arcos esculpidos por el mar. Pero más allá de esta zona rocosa, se encontrará el agua más clara y bella que pueda existir, con todas las variedades de azul, desde el turquesa al cobalto. Un baño aquí es un lujo al alcance de muy pocos.
Un anfitrión de excepción en la playa de Mandraki
Mandraki Elias Beach es otra de las playas más bonitas y tranquilas de Skiathos. Aquí hay arena dorada como en Koukounarias, agua poco profunda, dunas como en Tsoungria… y un anfitrión de excepción que cuida de la zona y dirige una taberna donde se pueden comer las especialidades mas sencillas y caseras de la gastronomía local: Elias (Ilias). Este lugar maravilloso no sería lo mismo sin él. Mandraki no es una playa nudista. La mayoría de los turistas son textiles, pero bañarse desnudo es una opción que a nadie ofende, aunque quienes la practican suelen hacerlo en el extremo derecho de la playa.
La isla de Tsougriá
Frente a Skiathos hay un grupo de islas deshabitadas que ofrecen hermosas playas y un ambiente muy relajado para pasar el día de excursión. La mayor es Tsougriá. Su playa más conocida está protegida por una bahía de aguas claras color turquesa que no cubren, por lo que resulta muy segura para los niños. Y junto a Tsougria, está Tsougriaki, islote rocoso donde anidan aves. No tiene playas notables, pero es un lugar único en el que se puede disfrutar -como si de un naufrago se tratara- del mar y del sol en una total soledad.
Laguna Strofilia
Strofilia es una laguna pequeña pero que ofrece gran interés botánico por la variada flora que alberga, entre la que se encuentra el lirio de mar, y por la cantidad de aves migratorias que tienen aquí su hábitat. Zancos, garzas, cormoranes, fochas, flamencos, cigüeñas, gansos … junto a docenas de tortugas y peces de agua dulce y de salinas, como salmonetes, anguilas, etc. Se trata de un humedal de gran valor ecológico que alberga también cinco especies de mamíferos y siete especies de anfibios.
Redactor :
Marion Rouillot
