Presentación
Perderse entre las montañas de los Dolomitas, en la región italiana del Tirol del Sur, puede ser una estupenda manera de pasar unas inolvidables vacaciones. Y, en ese caso, San Vigilio di Marebbe se dibuja como el destino ideal. Con 1.500 habitantes, es el núcleo urbano más grande del municipio de Marebbe, que incluye otros pueblos como Pieve di Marebbe, Longega o Rina. San Vigilio es un destino turístico de primer orden, uno de los más destacados de la zona. Forma parte de la estación de esquí Plan de Corones, por lo que es perfecto para una escapada en pleno invierno, cuando la zona se cubre con un hermoso manto blanco. Pero, además, la naturaleza salvaje que rodea al pueblo lo hace perfecto igualmente para unas vacaciones estivales.
La localidad de Marebbe pertenece (de mayor a menor) a la región Trentino-Alto Adige, a la provincia Bolzano y al distrito Marebbe.
La localidad de Marebbe cubre 161 km², tiene 2.912 habitantes (censo 2010) y una densidad de 18,09 habitantes por km². La altitud mínima es de 1.285 m, la altitud máxima es de 1.285 m.
El actual alcade de Marebbe es Alberto Palfrader.
El gentilicio para los habitantes de Marebbe es marebbani o maroi. El nombre francés de la localidad es Marebbe, el nombre inglés de la localidad es Mareo.
El Patrón de la localidad de Marebbe es San Vigilio. La página web de Marebbe es http://www.comune.marebbe.bz.it
Visitas destacadas
San Vigilio di Marebbe forma parte de la estación de esquí de Plan de Corones, situada en la cara sur de la montaña del mismo nombre (2.275 m sobre el nivel del mar). Esta estación se incluye en el famoso área esquiable de Dolomiti Superski. Desde San Vigilio, tomando alguno de los 12 remontes que arrancan desde allí (de los 36 de que dispone la estación), es posible acceder a las pistas de esquí de Plan de Corones que suponen un total de 116 emocionantes kilómetros. Además de esquiar, el invierno en la zona es proclive para el desarrollo de otras interesantes actividades, como practicar snowboard y rutas con raquetas de nieve. La zona cuenta con todos los servicios necesarios para que la estancia del turista sea cómoda y agradable, desde restaurantes y refugios, hasta puestos de alquiler de esquís y material de nieve, así como nueve escuelas para enseñar a niños y a principiantes en este deporte. La estación está abierta del 30 de noviembre hasta el 21 de abril. Más información en www.plandecorones.com
Practicar senderismo en esta privilegiada región, con una naturaleza tan bella e impresionante, es toda una experiencia, y una de las alternativas más interesantes para llevar a cabo en verano, cuando el buen tiempo acompaña. Por la parte superior del valle atraviesa un camino de unos 12 km. de longitud que conduce al refugio del monte Pederu, desde el cual arrancan dos pistas de tierra que llevan, tras unas dos horas de caminata, a los refugios de montaña de Fanes y Senes. Estas rutas discurren por el Parque Natural Fanes-Braies Senes, y son solo un ejemplo de las muchas que se encuentran en los dominios de San Vigilio di Marebbe, un paraíso para el senderista. Algunos de estos caminos llevan a las cumbres de las montañas circundantes o a lagos alpinos de la zona. No importa qué ruta tome el visitante, porque todas son de gran belleza y ninguna le defraudará.
Declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en el año 2009, el Parque Natural Fanes-Braies Senes es uno de los alicientes de visitar San Vigilio di Marebbe. Precisamente en el pueblo se localiza el centro de visitantes del parque, donde los turistas que se acercan a conocer semejante tesoro de la naturaleza pueden informarse sobre diferentes aspectos del parque relacionados con el medio ambiente, la geología de la zona, etc. El parque comienza en el propio límite de San Vigilio y se extiende por una amplia meseta alpina, rodeada de prados y lagos de montaña, y surcada por cientos de senderos que se abren paso entre una maravillosa vegetación. El paisaje es realmente impresionante. La zona cuenta con el distintivo de Parque Nacional desde 1982, que se le otorgó en un afán por proteger toda la maravillosa vida silvestre que allí se desarrolla. El acceso al parque sólo está permitido a pie o en bicicleta, y la entrada es gratuita. Cuenta con numerosas rutas de escalada, de senderismo y cicloturismo, etc. Otro aliciente para visitar el parque son las más de 200 cuevas que posee, algunas muy pequeñas y otras más grandes, que suponen un gran atractivo para los amantes de la espeleología.
No todo es naturaleza y deporte en San Vigilio di Marebbe. También hay interesantes monumentos y lugares que visitar, como su iglesia parroquial. Aunque en origen era de estilo gótico, fue reconstruida en estilo barroco tardío en torno a 1781, y es un verdadero tesoro artístico para el pueblo. De la estructura arquitectónica original, aún pervive la torre del campanario, gótica, que data del año 1512. Y si el exterior de la iglesia de San Vigilio es interesante, más lo es aún su interior, donde pueden contemplarse unos bellísimos frescos del artista Matthaüs Günther. También merece la pena detenerse a admirar los coros, bellísimos; el púlpito, de gran belleza; y las imágenes de las 14 estaciones del viacrucis de 1783, obra del pintor Karl Henrici.
Existe en el pueblo de San Vigilio di Marebbe una figura local muy conocida, más bien un personaje histórico célebre en la zona. Se trata de una joven que nació y vivió en San Vigilio allá por el año 1771. Su nombre era Catarina Lanz, y la hazaña que la hizo famosa fue la valiente lucha que protagonizó, armada únicamente con una horca, contra un grupo de soldados franceses en el transcurso de las llamadas Guerras Napoleónicas, en 1797. Desde hace algunos años el pueblo de San Vigilio di Marebbe honra la memoria de la joven Catarina Lanz con una estatua suya, realizada en bronce, obra del escultor Otto Irsara de Badia. El monumento se localiza muy cerca de la iglesia parroquial, y merece la pena detenerse a contemplarlo y a conocer la historia de la heroína local.
A sólo 4 km. de San Vigilio, está Pieve di Marebbe, el núcleo urbano más antiguo de los que componen el municipio. Se trata de un pueblo de 700 habitantes, con un bello casco antiguo, que conserva su forma de vida tradicional. Destaca la iglesia parroquial, dedicada a Nuestra Señora del Buen Consejo, que hace gala de una bellísima torre gótica de nada menos que 56 metros de altura. En el interior, un bellísimo altar mayor, de estilo renacentista, deja impresionados a los visitantes, y en el centro, destaca la estatua de Nuestra Señora. El templo es uno de los lugares de peregrinación más señalados y populares de la zona.
Se localiza a la entrada del valle de Marebbe y es un pueblo pequeño, aunque encantador. Cuando el viajero llega a Longega ya puede disfrutar de la primera panorámica de los espectaculares Dolomitas de Marebbe. Está situada entre dos ríos, de ahí que su nombre, en idioma ladino que es el que se habla en la zona, signifique “junto al agua”. Aunque no tiene grandes cosas que ver, el pueblo es sencillo y en él se respira un ambiente realmente gratificante. Pasear por sus callecitas y alrededores es toda una experiencia que merece la pena vivir.
Para terminar con los centros urbanos que componen el municipio de Marebbe, tenemos que hablar de Rina, un pueblo situado en las montañas, a nada menos que 1.450 metros de altitud, a los pies del monte Col dla Vedla. Está rodeado por un paisaje realmente cautivador. En verano, los verdes prados brillan al sol, mientras que en invierno la nieve lo cubre todo, otorgando al pueblo una apariencia mágica. Tiene tan solo 500 habitantes que llevan un modo de vida rural, basado en el campo y en la artesanía. La fisonomía de Rina es la de un pueblo alpino, cuyo centro urbano se organiza en torno a la iglesia parroquial.
Para descubrir y conocer cómo es la cultura ladina propia de esta zona del Tirol del Sur, nada mejor que visitar el Museo Ladino Ciastel de Tor, situado en Sant Martin in Thurn. Se creó en 1996, cuando las autoridades provinciales de Bolzano decidieron establecer en Ciastel de Tor un museo dedicado a la historia y cultura de la etnia ladina, que habitaba y habita en los cinco valles ladinos de los Dolomitas, uno de los cuales es el Val Badia (donde está Marebbe). La entrada general al museo son 8 €. Más información sobre pases y horarios en www.museumladin.it
¿Cómo llegar?
- En avión: para viajar en avión hasta el valle de Marebbe, existen varias alternativas: se puede volar al Aeropuerto de Bolzano, a 54 km. de San Vigilio, o al Aeropuerto de Innsbruck (Austria), que está a 75 km. Otra opción es llegar al Aeropuerto de Venecia-Treviso, a una distancia de unos 125 km.
- Por carretera: acceder a San Vigilio di Marebbe por carretera no es difícil, a pesar de su ubicación entre montañas. Se llega por la autopista A-22, Brenner, tomando la salida Brixen en dirección Val Pusteria. A continuación hay que tomar la carretera de Val Pusteria Brunico, y después de 20 km., girar a la derecha en San Lorenzo del Sebato, en dirección a Alta Badia. Continuando por la carretera de Longeva se llega hasta San Vigilio.
- En autobús: de Brunico (estación de autobuses, tel.: 0474 554 600) parten autobuses hacia la zona de Marebbe, y también a San Vigilio.
- En tren: San Vigilio cuenta con estación de trenes desde donde se puede viajar hasta las ciudades más destacadas de los alrededores.
- Transporte público: existe un servicio de autobús organizado que conecta el pueblo con los puntos de salida de los remontes para llegar sin problemas a las pistas de esquí.
Presentación
Perderse entre las montañas de los Dolomitas, en la región italiana del Tirol del Sur, puede ser una estupenda manera de pasar unas inolvidables vacaciones. Y, en ese caso, San Vigilio di Marebbe se dibuja como el destino ideal. Con 1.500 habitantes, es el núcleo urbano más grande del municipio de Marebbe, que incluye otros pueblos como Pieve di Marebbe, Longega o Rina. San Vigilio es un destino turístico de primer orden, uno de los más destacados de la zona. Forma parte de la estación de esquí Plan de Corones, por lo que es perfecto para una escapada en pleno invierno, cuando la zona se cubre con un hermoso manto blanco. Pero, además, la naturaleza salvaje que rodea al pueblo lo hace perfecto igualmente para unas vacaciones estivales.
La localidad de Marebbe pertenece (de mayor a menor) a la región Trentino-Alto Adige, a la provincia Bolzano y al distrito Marebbe.
La localidad de Marebbe cubre 161 km², tiene 2.912 habitantes (censo 2010) y una densidad de 18,09 habitantes por km². La altitud mínima es de 1.285 m, la altitud máxima es de 1.285 m.
El actual alcade de Marebbe es Alberto Palfrader.
El gentilicio para los habitantes de Marebbe es marebbani o maroi. El nombre francés de la localidad es Marebbe, el nombre inglés de la localidad es Mareo.
El Patrón de la localidad de Marebbe es San Vigilio. La página web de Marebbe es http://www.comune.marebbe.bz.it
Visitas destacadas
San Vigilio di Marebbe forma parte de la estación de esquí de Plan de Corones, situada en la cara sur de la montaña del mismo nombre (2.275 m sobre el nivel del mar). Esta estación se incluye en el famoso área esquiable de Dolomiti Superski. Desde San Vigilio, tomando alguno de los 12 remontes que arrancan desde allí (de los 36 de que dispone la estación), es posible acceder a las pistas de esquí de Plan de Corones que suponen un total de 116 emocionantes kilómetros. Además de esquiar, el invierno en la zona es proclive para el desarrollo de otras interesantes actividades, como practicar snowboard y rutas con raquetas de nieve. La zona cuenta con todos los servicios necesarios para que la estancia del turista sea cómoda y agradable, desde restaurantes y refugios, hasta puestos de alquiler de esquís y material de nieve, así como nueve escuelas para enseñar a niños y a principiantes en este deporte. La estación está abierta del 30 de noviembre hasta el 21 de abril. Más información en www.plandecorones.com
Practicar senderismo en esta privilegiada región, con una naturaleza tan bella e impresionante, es toda una experiencia, y una de las alternativas más interesantes para llevar a cabo en verano, cuando el buen tiempo acompaña. Por la parte superior del valle atraviesa un camino de unos 12 km. de longitud que conduce al refugio del monte Pederu, desde el cual arrancan dos pistas de tierra que llevan, tras unas dos horas de caminata, a los refugios de montaña de Fanes y Senes. Estas rutas discurren por el Parque Natural Fanes-Braies Senes, y son solo un ejemplo de las muchas que se encuentran en los dominios de San Vigilio di Marebbe, un paraíso para el senderista. Algunos de estos caminos llevan a las cumbres de las montañas circundantes o a lagos alpinos de la zona. No importa qué ruta tome el visitante, porque todas son de gran belleza y ninguna le defraudará.
Declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en el año 2009, el Parque Natural Fanes-Braies Senes es uno de los alicientes de visitar San Vigilio di Marebbe. Precisamente en el pueblo se localiza el centro de visitantes del parque, donde los turistas que se acercan a conocer semejante tesoro de la naturaleza pueden informarse sobre diferentes aspectos del parque relacionados con el medio ambiente, la geología de la zona, etc. El parque comienza en el propio límite de San Vigilio y se extiende por una amplia meseta alpina, rodeada de prados y lagos de montaña, y surcada por cientos de senderos que se abren paso entre una maravillosa vegetación. El paisaje es realmente impresionante. La zona cuenta con el distintivo de Parque Nacional desde 1982, que se le otorgó en un afán por proteger toda la maravillosa vida silvestre que allí se desarrolla. El acceso al parque sólo está permitido a pie o en bicicleta, y la entrada es gratuita. Cuenta con numerosas rutas de escalada, de senderismo y cicloturismo, etc. Otro aliciente para visitar el parque son las más de 200 cuevas que posee, algunas muy pequeñas y otras más grandes, que suponen un gran atractivo para los amantes de la espeleología.
No todo es naturaleza y deporte en San Vigilio di Marebbe. También hay interesantes monumentos y lugares que visitar, como su iglesia parroquial. Aunque en origen era de estilo gótico, fue reconstruida en estilo barroco tardío en torno a 1781, y es un verdadero tesoro artístico para el pueblo. De la estructura arquitectónica original, aún pervive la torre del campanario, gótica, que data del año 1512. Y si el exterior de la iglesia de San Vigilio es interesante, más lo es aún su interior, donde pueden contemplarse unos bellísimos frescos del artista Matthaüs Günther. También merece la pena detenerse a admirar los coros, bellísimos; el púlpito, de gran belleza; y las imágenes de las 14 estaciones del viacrucis de 1783, obra del pintor Karl Henrici.
Existe en el pueblo de San Vigilio di Marebbe una figura local muy conocida, más bien un personaje histórico célebre en la zona. Se trata de una joven que nació y vivió en San Vigilio allá por el año 1771. Su nombre era Catarina Lanz, y la hazaña que la hizo famosa fue la valiente lucha que protagonizó, armada únicamente con una horca, contra un grupo de soldados franceses en el transcurso de las llamadas Guerras Napoleónicas, en 1797. Desde hace algunos años el pueblo de San Vigilio di Marebbe honra la memoria de la joven Catarina Lanz con una estatua suya, realizada en bronce, obra del escultor Otto Irsara de Badia. El monumento se localiza muy cerca de la iglesia parroquial, y merece la pena detenerse a contemplarlo y a conocer la historia de la heroína local.
A sólo 4 km. de San Vigilio, está Pieve di Marebbe, el núcleo urbano más antiguo de los que componen el municipio. Se trata de un pueblo de 700 habitantes, con un bello casco antiguo, que conserva su forma de vida tradicional. Destaca la iglesia parroquial, dedicada a Nuestra Señora del Buen Consejo, que hace gala de una bellísima torre gótica de nada menos que 56 metros de altura. En el interior, un bellísimo altar mayor, de estilo renacentista, deja impresionados a los visitantes, y en el centro, destaca la estatua de Nuestra Señora. El templo es uno de los lugares de peregrinación más señalados y populares de la zona.
Se localiza a la entrada del valle de Marebbe y es un pueblo pequeño, aunque encantador. Cuando el viajero llega a Longega ya puede disfrutar de la primera panorámica de los espectaculares Dolomitas de Marebbe. Está situada entre dos ríos, de ahí que su nombre, en idioma ladino que es el que se habla en la zona, signifique “junto al agua”. Aunque no tiene grandes cosas que ver, el pueblo es sencillo y en él se respira un ambiente realmente gratificante. Pasear por sus callecitas y alrededores es toda una experiencia que merece la pena vivir.
Para terminar con los centros urbanos que componen el municipio de Marebbe, tenemos que hablar de Rina, un pueblo situado en las montañas, a nada menos que 1.450 metros de altitud, a los pies del monte Col dla Vedla. Está rodeado por un paisaje realmente cautivador. En verano, los verdes prados brillan al sol, mientras que en invierno la nieve lo cubre todo, otorgando al pueblo una apariencia mágica. Tiene tan solo 500 habitantes que llevan un modo de vida rural, basado en el campo y en la artesanía. La fisonomía de Rina es la de un pueblo alpino, cuyo centro urbano se organiza en torno a la iglesia parroquial.
Para descubrir y conocer cómo es la cultura ladina propia de esta zona del Tirol del Sur, nada mejor que visitar el Museo Ladino Ciastel de Tor, situado en Sant Martin in Thurn. Se creó en 1996, cuando las autoridades provinciales de Bolzano decidieron establecer en Ciastel de Tor un museo dedicado a la historia y cultura de la etnia ladina, que habitaba y habita en los cinco valles ladinos de los Dolomitas, uno de los cuales es el Val Badia (donde está Marebbe). La entrada general al museo son 8 €. Más información sobre pases y horarios en www.museumladin.it
¿Cómo llegar?
- En avión: para viajar en avión hasta el valle de Marebbe, existen varias alternativas: se puede volar al Aeropuerto de Bolzano, a 54 km. de San Vigilio, o al Aeropuerto de Innsbruck (Austria), que está a 75 km. Otra opción es llegar al Aeropuerto de Venecia-Treviso, a una distancia de unos 125 km.
- Por carretera: acceder a San Vigilio di Marebbe por carretera no es difícil, a pesar de su ubicación entre montañas. Se llega por la autopista A-22, Brenner, tomando la salida Brixen en dirección Val Pusteria. A continuación hay que tomar la carretera de Val Pusteria Brunico, y después de 20 km., girar a la derecha en San Lorenzo del Sebato, en dirección a Alta Badia. Continuando por la carretera de Longeva se llega hasta San Vigilio.
- En autobús: de Brunico (estación de autobuses, tel.: 0474 554 600) parten autobuses hacia la zona de Marebbe, y también a San Vigilio.
- En tren: San Vigilio cuenta con estación de trenes desde donde se puede viajar hasta las ciudades más destacadas de los alrededores.
- Transporte público: existe un servicio de autobús organizado que conecta el pueblo con los puntos de salida de los remontes para llegar sin problemas a las pistas de esquí.