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Históricos y vistosos edificios
Fue fundada en 1252 por la Orden Teutónica (orden medieval de carácter religioso-militar fundada en Palestina), por lo que tiene mucha historia que contar. Los edificios de Klaipeda tienen una estructura pintoresca, similar a la de Alemania, Inglaterra y Dinamarca. En la Ciudad Vieja hay casas construidas en los siglos XVIII y XIX, que tiene como principal característica una estructura de madera recubierta de piedra. Puede comenzar el recorrido por la Plaza del Teatro, que se ha convertido en punto de encuentro para foráneos y habitantes. En ella se suelen celebrar ferias y festivales. Antes de irse eche un vistazo a dos símbolos de la ciudad: la fuente de Simon Dach y la estatua de Anika de Torava. Uno de sus edificios más vistosos es el de la Oficina de Correos, en el que puede hacer una parada para escuchar los conciertos del carillón (los domingos por la mañana). Busque un sitio cómodo porque duran hasta media hora. Las ruinas del Castillo Memelburg están al oeste de la ciudad. El castillo ha pasado por incendios, pillaje, bombardeos y multitud de modernizaciones y reconstrucciones que lo han dejado maltrecho, pero aún así vale la pena ver su Museo, ubicado dentro de la única torre que se conserva. En la exposición hay objetos de todas las épocas desde 1252.
Museos sorprendentes
Klaipeda cuenta con muchas galerías y museos, cuyas colecciones son muy originales. No se pueden perder el Museo del Reloj, en el que hay muestras muy antiguas; una sala especial está dedicada a un reloj construido en el siglo XVI. Le sorprenderá saber que hay relojes de agua y de fuego, y por supuesto, verá cronómetros de sol y arena que le sorprenderán. Le parecerá mentira cómo nuestros ancestros calculaban la hora. Otro de los más populares es Museo de Herrería, una artesanía nacional muy valorada y querida que puede calificarse de verdaderas obras de arte: verjas, cruces de iglesia, candelabros, joyas.... El Museo funciona también para la exposición y venta de trabajos de maestros modernos, que pueden ser un recuerdo único de su viaje a Klaipeda. Otra curiosidad es el Paseo de las Esculturas, con excelentes trabajos de maestros locales y extranjeros. Cada año se le añaden obras nuevas de las que disfrutar respirando aire fresco. El Museo Marítimo de Lituania es el más grande de su tipo en Europa, antes fue un fuerte prusiano. Allí hay acuarios, numerosas especies de mamíferos marinos y aves, así con el Delfinario donde hacen presentaciones con delfines y leones marinos. Se llega en ferry hasta el istmo de Curlandia, donde se encuentra ubicado (www.muziejus.lt/en).
Una costa espectacular: lago, istmo y playas
El istmo de Curlandia es una franja de arena de 98 kilómetros de longitud y una anchura variable de unos 400 metros, justo al sur de Klaipeda. Recorre territorio Lituano y de Kaliningrado (Rusia). Dentro de esta franja de tierra se encuentra la llamada Laguna Curonian, un bonito lugar de veraneo tranquilo y con el aroma de los pinos en el ambiente sobre unas increíbles playas de arena blanca. La laguna está clasificada como salobre y tiene una profundidad media de 3,8 metros
Es una zona muy agradable con pueblos de pescadores desarrollados como centros turísticos, por ejemplo Juodkrante, famosa por la Colina de las Brujas, en la que se pueden ver estatuas de madera de héroes legendarios o Nida, lugar conocido por sus magníficas dunas de hasta 60 metros de altura. Hoy es el Parque Nacional Kursiu Nerija que protege los ecosistemas del istmo y la laguna. En el extremo septentrional del istmo hay un paso hacia el Mar Báltico. Es uno de los mayores atractivos turísticos de este joven país, las zonas pertenecientes a Klaipeda y Palanga, son de los lugares que más visitantes reciben. Además, puede pasar por la Casa-Museo de Thomas Mann, donde el escritor alemán y Premio Nobel tenía una casa de verano. Por supuesto hay lugares para comer y comprar recuerdos de todo tipo. www.nerija.lt/en
Palanga, playas y mucho más
Palanga es una ciudad costera en el oeste de Lituania, en la costa del Mar Báltico. Es el centro turístico más concurrido de verano en Lituania y cuenta con playas de arena (18 km de largo y hasta 300 m) y dunas hermosas de arena. Oficialmente Palanga tiene el estatus de un municipio de la ciudad e incluye ventoji, Nemirseta, los asentamientos Bting y otros, que se consideran parte de la ciudad de Palanga. Palanga está situada a unos 25 kilómetros al norte de Klaipeda. Los veraneantes se sorprenden de que el agua del mar Báltico no esté tan fría como esperaban. Además de las playas, merece la pena visitar el Jardín Botánico del Palacio Tiskeviciai, que también alberga el Museo del Ámbar del que hacemos mención especial aparte. El Jardín Botánico fue construido y organizado entre 1897, y en él crecen más de 200 especies diferentes de árboles y arbustos, si bien los expertos creen que los fundadores llegaron a plantar hasta 500 tipos. Hay 7 esculturas y varias estructuras arquitectónicas alrededor y el parque tiene sistemas de agua y luz decorativas. En la ciudad, deje tiempo para una caminata por el Boulevard Basanavicius, donde hay variedad de cafés y restaurantes, y que desemboca en el muelle, un lugar excelente para despedir al sol, pasear y descansar. El muelle renovado es uno de los actuales símbolos de la ciudad.
Una escapada a la capital, Vilnius
Muchos dicen que es una de las ciudades más bonitas del Báltico, por algo fue reconocida en 1994 como Patrimonio de la Unesco. Su centro histórico es un precioso entramado de callejuelas de antiguo barroco, el más grande la Europa del Este. Es como pasear por una antigua ciudad italiana. Le llevara media jornada pasear por su gran cantidad de monumentos, edificios e iglesias, y si se quieren detener y entrar en ellas, tendrán que echar el día entero. Vale la pena. Pueden comenzar por la Plaza de la Catedral, que debe su nombre a la Catedral de San Estanislao y San Vladislav, custodiada por la Torre de la Campana. Un lugar muy fotografiado. Detrás de la Catedral se encuentra el Palacio de los Grandes Duques de Lituania y la Estatua del Gran Duque Gediminas, fundador de la urbe. Desde aquí es un buen punto para subir al Castillo y a la Torre de Gediminas a través del parque Serikiskiu. Desde lo alto de la colina se puede admirar, desde un lado gran parte del casco antiguo y desde el otro el llamado nuevo Vilnius, un barrio moderno. Es recomendable bajar de la colina en el funicular que les dejará justo en el Museo Nacional de Lituani (www.lnm.lt/en) con arqueología, historia y etnografía del país. Actualmente es una ciudad culturalmente activa, con teatro, música o ballet como principales pilares de dicha cultura. www.vilnius-tourism.lt/en/tourism.
El ámbar, joya lituana
Es uno de los recuerdos que más gustan a los viajeros de Lituania. Este país es el segundo mayor productor de ámbar del mundo, por detrás de Rusia. Se recomienda comprarlo en los centros comerciales grandes o tiendas especializadas, ya que los mercadillos pueden ofrecer falsificaciones. El Museo de Ámbar más importante se encuentra en la vecina Palanga, en el Palacio de estilo neo-renacentista. La visita nos revela las maravillas del oro del Báltico con su inmensa colección: 28.000 piezas de ámbar, de las cuales la mitad tienen plantas y animales en su interior. Comienza por el origen y pasa por ejemplos de uso en todas las épocas. www.pgm.lt/index_en.htm
Kaliningrado, un enclave ruso
A 120 km de Klaipeda está la ciudad de Kaliningrado, capital de óblast Kaliningrado, una región rusa aislada del resto de su territorio principal ya que hace frontera con Lituania al norte y Polonia al sur. Se trata de la antigua Konigsberg prusiana, y ahora una ciudad portuaria rusa desde 1945 y el único puerto ruso del Mar Báltico libre de hielo todo el año. Un lugar históricamente muy peculiar, con interesantes visitas culturales. Por ejemplo, la magnífica Catedral de Konigsberg, de estilo gótico o la Iglesia de Cristo el Salvador, la mayor de Kaliningrado. Visite también alguna de las numerosas puertas monumentales de la muralla que rodeaba la ciudad en el siglo XIX. www.klgd.ru/
La duna de Parnidis
Es uno de los lugares favoritos de los visitantes. Fue incluida en el libro de Patricia Schultz: “1.000 lugares para ver antes de morir”. En ella se puede ver el camino que recorre el sol del día a la noche: a medida que sube fuera del agua por las mañanas y luego se hunde en el agua por la noche. Una plataforma de observación en la cima permite admirar unas espectaculares vistas del entorno. Los paseos por las dunas sólo se permiten por senderos. No deje de observar el reloj de sol de granito, que consiste en un pilar de 13,8 metros y 36 toneladas, y al lado, unas losas de granito en las que se han esculpido las horas, los meses, los solsticios...
El Día del Mar, un espectáculo en Klaipeda
Un acontecimiento atrayente en la vida cultural de la ciudad es la celebración del Día del Mar Europeo que tiene lugar anualmente en segunda mitad de mayo. En Klaipeda lo celebran por todo lo alto desde hace más de cincuenta años, y el programa crece y mejora cada año. Un espectacular desfile de barcos es uno de los mayores atractivos, al que se acompañan, procesiones, espectáculos musicales, competiciones, ferias y concursos. Las calles de la ciudad se engalanan con atributos marítimos y en las plazas principales se montan juegos para los niños, y casetas de comida y bebida ofrecen sobre todo las delicias nacionales.
Redactor :
Anne Chabot
