Presentación
Esch-sur-Alzette se encuentra en el valle del río Alzette (uno de los siete ríos más grandes de Luxemburgo), en la región Gutland (“buen país”) al sudoeste del país, a unos 15 kilómetros de la capital, la ciudad de Luxemburgo, y no lejos de la frontera francesa. Es una comunidad que ha adquirido el estatus de ciudad, y con sus casi treinta mil habitantes, ahora es la segunda ciudad de Luxemburgo con más población, aunque no siempre fue así. Esch-sur-Alzette, a menudo llamada simplemente “Esch”, empezó como una pequeña ciudad de agricultura, pero un hallazgo de mineral de hierro en el área en 1850 convirtió Esch en un centro industrial de acero y aumentó su población en casi diez veces en dos décadas. Durante un siglo, la ciudad jugó una parte importante en la economía nacional, hasta la crisis del acero en 1970. Cuando la crisis estalló, la ciudad tuvo que reaccionar.
La localidad de Esch-sur-Alzette pertenece (de mayor a menor) al distrito Luxembourg, al cantón Esch-sur-Alzette y al municipio Esch-sur-Alzette.
La localidad de Esch-sur-Alzette cubre 14,35 km², tiene 30.863 habitantes (censo 2012) y una densidad de 2.150,73 habitantes por km². La altitud mínima es de 279 m, la altitud máxima es de 426 m.
El actual alcade de Esch-sur-Alzette es Lydia Mutsch.
El gentilicio para los habitantes de Esch-sur-Alzette es Eschois. El nombre francés de la localidad es Esch-sur-Alzette, el nombre inglés de la localidad es Esch-sur-Alzette.
La página web de Esch-sur-Alzette es http://www.esch.lu
Visitas destacadas
El siglo XX fue en su mayor parte una era de industria, y la industria del acero ayudó a Esch a mantener su modernidad. Todas las crisis son un reto, pero los retos pueden contemplarse como una oportunidad, y eso es exactamente lo que ocurrió en Esch: Las áreas abandonadas por fábricas de acero fueron gradualmente convertidas en algo más, y, por así decirlo, ¡se modernizaron! La industria empezó a ser reemplazada por tecnología y ciencia. Nuevas instalaciones mejoraron la calidad de la vivienda, se permitieron logros tecnológicos para obtener más ocio de lo que se tenía que proveer. Esch se encontraba en la primera línea de este re-desarrollo, como demuestra Belval. Belval es el vecindario de la parte oeste de Esch, que era el cuerpo y alma de la industria del acero. Cuando los altos hornos dejaron el área, diversos edificios llegaron para reemplazarlos. Pisos, escuelas, un centro comercial... estas añadiduras al área colmaron las necesidades diarias de la población. El cine Utopolis de Belval y la sala de conciertos Rockhal contribuyeron a la experiencia cultural de la gente. El último paso en esta dirección es un traslado programado de las facultades de la Universidad de Luxemburgo a Belval, mientras que la educación/ciencia combinada con cultura completará la transformación y definitivamente el área dará la bienvenida al siglo XXI.
Obviamente, Belval no es la única zona de Esch con una fuerte presencia cultural. Entre otros proyectos culturales, vale la pena mencionar el “Kulturfabrik” (literalmente, “Fábrica cultural”) que emergió en el lugar del viejo matadero público. Empezó en 1982 con varios artistas de teatro que redecoraron las instalaciones para adaptarlas para ensayos y representaciones, y en la siguiente década el nuevo centro de artes se estableció lo suficiente como para acoger todo un abanico de actividades culturales. En la actualidad es un proyecto arraigado y reconocido por el estado, repartido en unos 4500 metros cuadrados, con varias salas de concierto, 6 salas de ensayo para músicos, una galería de arte, un cine, 3 talleres de teatro y muchos otros espacios diseñados con fines artísticos. La Kulturfabrik es miebro de redes tan internacionales como la “Federación Europea de Centros de Poesía, la “Federación del teatro” y “Trans Europe Halls”. Además, es un centro aprobado por el National Youth Service y un Centre for Appreticeship, certificado por la Cámara de Comercio de Luxemburgo. Entre sus misiones están: apoyar la aparición de jóvenes talentos, aportar plataformas innovadoras para desarrollo sostenible y poner en marcha proyectos pedagógicos. También colabora con proyectos transfronterizos. Si recordamos que todo esto se ha erigido de un matadero, en sentido figurado, ¡es muy impresionante! Y probablemente, digno de ver (teléfono # 26 17 59 74).
Bien establecido por ahora, el Kulturfabrik no es el único teatro en Esch, y ni tan solo el principal. Theatre d’Esch, dirigido por Charles Mulles también trabaja con diversos géneros, que incluyen óperas, operettas, espectáculos de variedades, musicales, jazz y recitales de poesía. Por ejemplo, en el transcurso de la semana de comienzos de Mayo, acogió una noche cultural (3 de Mayo, entre 17:00 y 01:00), un concierto de obras maestras de gigantes de la música como Bach, Beethoven, Chopin, Debussy, Ravel (7 de Mayo a las 20:00) y un festival de flamenco (9 de mayo a las 20:00). Esch es también la capital no oficial de deportes del país, en particular del deporte del pueblo, el fútbol. Los primeros clubs de fútbol en Luxemburgo se fundaron aquí en lugar de en la ciudad de Luxemburgo. Uno de ellos, Jeunesse, ha recolectado a lo largo de su historia de más de 100 años una impresionante selección de trofeos, 27 campeonatos y 12 copas nacionales. Para venir de un país pequeño, Jeunesse es, sin sorprender, mucho menos exitoso en el escenario europeo, aunque los aficionados locales al fútbol pueden estar orgullosos de que es el club de Esch que primero viene a la cabeza cuando se menciona Luxemburgo al hablar de deportes. Otra cosa a destacar en la historia deportiva de la ciudad es su conexión con el mundialmente famoso Tour de France: en 2006 Esch acogió una de las etapas de la carrera.
Una ciudad moderna inmersa en cultura, deportes, educación… Esch no parece olvidar su pasado industrial. Muy a menudo, la industria fomenta su conciencia social, y no sorprende que el Museo Nacional de Resistencia de Luxemburgo decidiera abrir en la antigua capital del acero del país. Ya a finales de los años 40 se concibió la idea de un museo dedicado a las víctimas de la ocupación nazi y empezó la colecta de fondos. El 22 de julio de 1956, se inauguró el museo, tras una renovación de 3 años (de 1984 a 1987), se promocionó a status “nacional”, y a partir de 2009 (un año después de que el antiguo profesor de arte Frank Schroeder se convirtiera en el gerente del museo) añadió exposiciones temporales a su colección permanente. Las últimas se centran en los campos de concentración que, en particular, están representados por la pintura de Foni Tissen “Hinzert Concentration Camp”, y los dibujos de Yvonne Useldinger del campo de Ravensbruck. Las exposiciones temporales tratan de temas muy variados, como, por ejemplo, fotos recientes de los supervivientes de la guerra o pinturas al óleo por Madeleine Weis-Bauler, quien ella misma fue un antiguo miembro de la resistencia y una deportada política. Todos los temas son importantes socialmente, aunque no todos ellos tienen que ver con la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo la exposición más actual (inaugurada en el mes de mayo de 2014), está dedicada a Nelson Mandela. El museo abre de martes a domingo de 14:00 a 18:00. No se paga entrada.
Aunque sea muy pequeño, ¡Esch también puede presumir de tener un parque de mini atracciones! Por ahora solo cuenta con una atracción, una vía férrea en miniatura (tres veces más pequeña que una normal), aunque la experiencia es muy real. Además de la estación, también hay túneles y puentes, y dos vías, (1 kilómetro y 350 metros de largo, correspondientemente) para elegir o combinar. Tres trenes y un tranvía están a disposición de los visitantes. La atracción fue construida en 1997, y funciona entre mayo y octubre los domingos y días festivos. Incluso aunque muchos adultos disfruten de los parques de atracciones, el concepto se desarrolló predominantemente para niños. Obviamente, solo una atracción abre el apetito de más. Afortunadamente, si los niños y/o sus padres tienen más ganas de diversión, el cercano Dudelange (solo a 15 minutos en coche) ofrece un Parque de aventuras totalmente profesional con diversas atracciones con nombres como Bambini, Kid, Discovery, Adventure, Sensation, Extreme. Antes de que los visitantes menores puedan entrar en una atracción, tienen que asistir a una sesión informativa.
Este gran parque de aventuras de Luxemburgo puede en contrarse en rue du Parc 203, L-3542 Dudelange. Abre de 10:00 a 20:00. El número de teléfono es 29 82 95 55.
Ubicado en la cuenca de un río, Esch ofrece diversas visitas guiadas que conectan a los visitantes de la ciudad con la naturaleza. Uno de ellos es la visita Schifflange, que empieza desde la estación de tren de Schifflange. El sendero nacional Sentier du Sud deambula por el bosque hasta el Gaalgebierg, visita brevemente la frontera francesa, regresa al parque municipal y termina en la propia estación de tren de Esch. La visita ofrece vistas impresionantes. Otra visita empieza en el párking cerca del parque de la ciudad y lleva a la escuela de ingeniería forestal. Una vez más, sigue el Sentier du Sud y pasa el Gaalgebieg a la vuelta.
Las visitas guiadas tradicionales también están disponibles en Esch. Empiezan cada día a las 08:00 y continúan durante todo el día. Cada visita dura de una a dos horas y está disponible es 5 idiomas ni más ni menos: luxemburgués, francés, alemán, inglés e incluso ruso. Reservar con antelación es necesario, y existe la posibilidad de organizar talleres para adolescentes y adultos. En comparación, la ciudad de Luxemburgo ofrece una visita similar en autobús (el precio es de 70 euros por 2 horas), mientras que las pequeñas ciudades como Pfaffenthal, Clausen y Grund, y el pintoresco valle de Petrusse puede visitarse durante una visita en bicicleta (el precio es el mismo, 70 euros, y hay una visita para más de 20 personas).
La vista natural más impresionante de Luxemburgo es el parque natural “Our”, un nombre que puede sonar confuso para una persona inglesa. El parque fue oficialmente creado en 2005 para acentuar el desarrollo económico de la región y la calidad de vida de su población, que se extiende sobre 306 kilómetros cuadrados y toca 7 comunidades, Clerf, Kiischpelt, Parque Hosingen, Putscheid, Tandel, Ulflingen y Vianden, con una población total de 16.000 personas. Es uno de los destinos turísticos preferidos, gracias a sus increíbles y variados senderos: para caminar y de naturaleza, para ir en todo tipo de bici, e incluso caminatas nórdicas; literalmente todo el mundo podrá encontrar aquí algo que les guste.
Una de las atracciones principales hechas por el hombre de la vecindad del parque es el Castillo Vianden, una destacada estructura de 310 metros de alto que se encuentra en un promontorio. El castillo con su construcción auxiliar se extiende a lo largo de 90 metros y data de la Edad media, mientras que su predecesor remonta su historia a la época de los romanos. Durante siglos, el castillo sirvió como asentamiento a los gobernantes locales. Desde el siglo XV en adelante el castillo ha atravesado un deterioro temporal y una restauración parcial. A día de hoy está abierto para los visitantes durante todo el año, los siete días de la semana. El horario de apertura es de 10:00 a 16:00 (en verano el castillo cierra a las 18:00).
¿Cómo llegar?
Es fácil suponer que en un pequeño país en el medio de Europa todo está prácticamente al alcance de la mano. El mejor modo de llegar a Esch es volar hasta Luxemburgo, su aeropuerto está a 45 minutos y unos 12 euros. Las capitales europeas y aeropuertos centrales están un poco más lejos, y el viaje es aún más caro. Por ejemplo, lleva casi 5 horas y unos 75 euros viajar a Esch desde Frankfurt, en Alemania. París está más cerca, solo a dos horas de la ciudad de Luxemburgo, gracias al llamado “tren bala/de gran velocidad” (TGV –Tren Grand Vitesse). Viajar en Esch es práctico y no es caro. Los billetes de corta distancia que sirven 2 horas cuestan solo 2 euros. Por pagar como mucho el doble, se puede adquirir un billete de todos los transportes válido hasta las 08:00 del día siguiente. Vale la pena viajar en grupos grandes porque tanto 5 billetes de todos los transportes como 10 billetes normales cuestan 16 euros en lugar de 20. Viajar en bicicleta es otra buena opción. Luxemburgo es un país en el que el uso de la bicicleta está muy arraigado, y el transporte de bicicletas es gratis teniendo en cuenta que hay mucho espacio. Los que tengan la tarjeta especial para turistas (la llamada Tarjeta Luxemburgo), están exentos de pagar transporte. Pueden hacerse consultas especiales en la oficina de información en la estación de Luxemburgo entre las 06:00 y las 22:00.
Presentación
Esch-sur-Alzette se encuentra en el valle del río Alzette (uno de los siete ríos más grandes de Luxemburgo), en la región Gutland (“buen país”) al sudoeste del país, a unos 15 kilómetros de la capital, la ciudad de Luxemburgo, y no lejos de la frontera francesa. Es una comunidad que ha adquirido el estatus de ciudad, y con sus casi treinta mil habitantes, ahora es la segunda ciudad de Luxemburgo con más población, aunque no siempre fue así. Esch-sur-Alzette, a menudo llamada simplemente “Esch”, empezó como una pequeña ciudad de agricultura, pero un hallazgo de mineral de hierro en el área en 1850 convirtió Esch en un centro industrial de acero y aumentó su población en casi diez veces en dos décadas. Durante un siglo, la ciudad jugó una parte importante en la economía nacional, hasta la crisis del acero en 1970. Cuando la crisis estalló, la ciudad tuvo que reaccionar.
La localidad de Esch-sur-Alzette pertenece (de mayor a menor) al distrito Luxembourg, al cantón Esch-sur-Alzette y al municipio Esch-sur-Alzette.
La localidad de Esch-sur-Alzette cubre 14,35 km², tiene 30.863 habitantes (censo 2012) y una densidad de 2.150,73 habitantes por km². La altitud mínima es de 279 m, la altitud máxima es de 426 m.
El actual alcade de Esch-sur-Alzette es Lydia Mutsch.
El gentilicio para los habitantes de Esch-sur-Alzette es Eschois. El nombre francés de la localidad es Esch-sur-Alzette, el nombre inglés de la localidad es Esch-sur-Alzette.
La página web de Esch-sur-Alzette es http://www.esch.lu
Visitas destacadas
El siglo XX fue en su mayor parte una era de industria, y la industria del acero ayudó a Esch a mantener su modernidad. Todas las crisis son un reto, pero los retos pueden contemplarse como una oportunidad, y eso es exactamente lo que ocurrió en Esch: Las áreas abandonadas por fábricas de acero fueron gradualmente convertidas en algo más, y, por así decirlo, ¡se modernizaron! La industria empezó a ser reemplazada por tecnología y ciencia. Nuevas instalaciones mejoraron la calidad de la vivienda, se permitieron logros tecnológicos para obtener más ocio de lo que se tenía que proveer. Esch se encontraba en la primera línea de este re-desarrollo, como demuestra Belval. Belval es el vecindario de la parte oeste de Esch, que era el cuerpo y alma de la industria del acero. Cuando los altos hornos dejaron el área, diversos edificios llegaron para reemplazarlos. Pisos, escuelas, un centro comercial... estas añadiduras al área colmaron las necesidades diarias de la población. El cine Utopolis de Belval y la sala de conciertos Rockhal contribuyeron a la experiencia cultural de la gente. El último paso en esta dirección es un traslado programado de las facultades de la Universidad de Luxemburgo a Belval, mientras que la educación/ciencia combinada con cultura completará la transformación y definitivamente el área dará la bienvenida al siglo XXI.
Obviamente, Belval no es la única zona de Esch con una fuerte presencia cultural. Entre otros proyectos culturales, vale la pena mencionar el “Kulturfabrik” (literalmente, “Fábrica cultural”) que emergió en el lugar del viejo matadero público. Empezó en 1982 con varios artistas de teatro que redecoraron las instalaciones para adaptarlas para ensayos y representaciones, y en la siguiente década el nuevo centro de artes se estableció lo suficiente como para acoger todo un abanico de actividades culturales. En la actualidad es un proyecto arraigado y reconocido por el estado, repartido en unos 4500 metros cuadrados, con varias salas de concierto, 6 salas de ensayo para músicos, una galería de arte, un cine, 3 talleres de teatro y muchos otros espacios diseñados con fines artísticos. La Kulturfabrik es miebro de redes tan internacionales como la “Federación Europea de Centros de Poesía, la “Federación del teatro” y “Trans Europe Halls”. Además, es un centro aprobado por el National Youth Service y un Centre for Appreticeship, certificado por la Cámara de Comercio de Luxemburgo. Entre sus misiones están: apoyar la aparición de jóvenes talentos, aportar plataformas innovadoras para desarrollo sostenible y poner en marcha proyectos pedagógicos. También colabora con proyectos transfronterizos. Si recordamos que todo esto se ha erigido de un matadero, en sentido figurado, ¡es muy impresionante! Y probablemente, digno de ver (teléfono # 26 17 59 74).
Bien establecido por ahora, el Kulturfabrik no es el único teatro en Esch, y ni tan solo el principal. Theatre d’Esch, dirigido por Charles Mulles también trabaja con diversos géneros, que incluyen óperas, operettas, espectáculos de variedades, musicales, jazz y recitales de poesía. Por ejemplo, en el transcurso de la semana de comienzos de Mayo, acogió una noche cultural (3 de Mayo, entre 17:00 y 01:00), un concierto de obras maestras de gigantes de la música como Bach, Beethoven, Chopin, Debussy, Ravel (7 de Mayo a las 20:00) y un festival de flamenco (9 de mayo a las 20:00). Esch es también la capital no oficial de deportes del país, en particular del deporte del pueblo, el fútbol. Los primeros clubs de fútbol en Luxemburgo se fundaron aquí en lugar de en la ciudad de Luxemburgo. Uno de ellos, Jeunesse, ha recolectado a lo largo de su historia de más de 100 años una impresionante selección de trofeos, 27 campeonatos y 12 copas nacionales. Para venir de un país pequeño, Jeunesse es, sin sorprender, mucho menos exitoso en el escenario europeo, aunque los aficionados locales al fútbol pueden estar orgullosos de que es el club de Esch que primero viene a la cabeza cuando se menciona Luxemburgo al hablar de deportes. Otra cosa a destacar en la historia deportiva de la ciudad es su conexión con el mundialmente famoso Tour de France: en 2006 Esch acogió una de las etapas de la carrera.
Una ciudad moderna inmersa en cultura, deportes, educación… Esch no parece olvidar su pasado industrial. Muy a menudo, la industria fomenta su conciencia social, y no sorprende que el Museo Nacional de Resistencia de Luxemburgo decidiera abrir en la antigua capital del acero del país. Ya a finales de los años 40 se concibió la idea de un museo dedicado a las víctimas de la ocupación nazi y empezó la colecta de fondos. El 22 de julio de 1956, se inauguró el museo, tras una renovación de 3 años (de 1984 a 1987), se promocionó a status “nacional”, y a partir de 2009 (un año después de que el antiguo profesor de arte Frank Schroeder se convirtiera en el gerente del museo) añadió exposiciones temporales a su colección permanente. Las últimas se centran en los campos de concentración que, en particular, están representados por la pintura de Foni Tissen “Hinzert Concentration Camp”, y los dibujos de Yvonne Useldinger del campo de Ravensbruck. Las exposiciones temporales tratan de temas muy variados, como, por ejemplo, fotos recientes de los supervivientes de la guerra o pinturas al óleo por Madeleine Weis-Bauler, quien ella misma fue un antiguo miembro de la resistencia y una deportada política. Todos los temas son importantes socialmente, aunque no todos ellos tienen que ver con la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo la exposición más actual (inaugurada en el mes de mayo de 2014), está dedicada a Nelson Mandela. El museo abre de martes a domingo de 14:00 a 18:00. No se paga entrada.
Aunque sea muy pequeño, ¡Esch también puede presumir de tener un parque de mini atracciones! Por ahora solo cuenta con una atracción, una vía férrea en miniatura (tres veces más pequeña que una normal), aunque la experiencia es muy real. Además de la estación, también hay túneles y puentes, y dos vías, (1 kilómetro y 350 metros de largo, correspondientemente) para elegir o combinar. Tres trenes y un tranvía están a disposición de los visitantes. La atracción fue construida en 1997, y funciona entre mayo y octubre los domingos y días festivos. Incluso aunque muchos adultos disfruten de los parques de atracciones, el concepto se desarrolló predominantemente para niños. Obviamente, solo una atracción abre el apetito de más. Afortunadamente, si los niños y/o sus padres tienen más ganas de diversión, el cercano Dudelange (solo a 15 minutos en coche) ofrece un Parque de aventuras totalmente profesional con diversas atracciones con nombres como Bambini, Kid, Discovery, Adventure, Sensation, Extreme. Antes de que los visitantes menores puedan entrar en una atracción, tienen que asistir a una sesión informativa.
Este gran parque de aventuras de Luxemburgo puede en contrarse en rue du Parc 203, L-3542 Dudelange. Abre de 10:00 a 20:00. El número de teléfono es 29 82 95 55.
Ubicado en la cuenca de un río, Esch ofrece diversas visitas guiadas que conectan a los visitantes de la ciudad con la naturaleza. Uno de ellos es la visita Schifflange, que empieza desde la estación de tren de Schifflange. El sendero nacional Sentier du Sud deambula por el bosque hasta el Gaalgebierg, visita brevemente la frontera francesa, regresa al parque municipal y termina en la propia estación de tren de Esch. La visita ofrece vistas impresionantes. Otra visita empieza en el párking cerca del parque de la ciudad y lleva a la escuela de ingeniería forestal. Una vez más, sigue el Sentier du Sud y pasa el Gaalgebieg a la vuelta.
Las visitas guiadas tradicionales también están disponibles en Esch. Empiezan cada día a las 08:00 y continúan durante todo el día. Cada visita dura de una a dos horas y está disponible es 5 idiomas ni más ni menos: luxemburgués, francés, alemán, inglés e incluso ruso. Reservar con antelación es necesario, y existe la posibilidad de organizar talleres para adolescentes y adultos. En comparación, la ciudad de Luxemburgo ofrece una visita similar en autobús (el precio es de 70 euros por 2 horas), mientras que las pequeñas ciudades como Pfaffenthal, Clausen y Grund, y el pintoresco valle de Petrusse puede visitarse durante una visita en bicicleta (el precio es el mismo, 70 euros, y hay una visita para más de 20 personas).
La vista natural más impresionante de Luxemburgo es el parque natural “Our”, un nombre que puede sonar confuso para una persona inglesa. El parque fue oficialmente creado en 2005 para acentuar el desarrollo económico de la región y la calidad de vida de su población, que se extiende sobre 306 kilómetros cuadrados y toca 7 comunidades, Clerf, Kiischpelt, Parque Hosingen, Putscheid, Tandel, Ulflingen y Vianden, con una población total de 16.000 personas. Es uno de los destinos turísticos preferidos, gracias a sus increíbles y variados senderos: para caminar y de naturaleza, para ir en todo tipo de bici, e incluso caminatas nórdicas; literalmente todo el mundo podrá encontrar aquí algo que les guste.
Una de las atracciones principales hechas por el hombre de la vecindad del parque es el Castillo Vianden, una destacada estructura de 310 metros de alto que se encuentra en un promontorio. El castillo con su construcción auxiliar se extiende a lo largo de 90 metros y data de la Edad media, mientras que su predecesor remonta su historia a la época de los romanos. Durante siglos, el castillo sirvió como asentamiento a los gobernantes locales. Desde el siglo XV en adelante el castillo ha atravesado un deterioro temporal y una restauración parcial. A día de hoy está abierto para los visitantes durante todo el año, los siete días de la semana. El horario de apertura es de 10:00 a 16:00 (en verano el castillo cierra a las 18:00).
¿Cómo llegar?
Es fácil suponer que en un pequeño país en el medio de Europa todo está prácticamente al alcance de la mano. El mejor modo de llegar a Esch es volar hasta Luxemburgo, su aeropuerto está a 45 minutos y unos 12 euros. Las capitales europeas y aeropuertos centrales están un poco más lejos, y el viaje es aún más caro. Por ejemplo, lleva casi 5 horas y unos 75 euros viajar a Esch desde Frankfurt, en Alemania. París está más cerca, solo a dos horas de la ciudad de Luxemburgo, gracias al llamado “tren bala/de gran velocidad” (TGV –Tren Grand Vitesse). Viajar en Esch es práctico y no es caro. Los billetes de corta distancia que sirven 2 horas cuestan solo 2 euros. Por pagar como mucho el doble, se puede adquirir un billete de todos los transportes válido hasta las 08:00 del día siguiente. Vale la pena viajar en grupos grandes porque tanto 5 billetes de todos los transportes como 10 billetes normales cuestan 16 euros en lugar de 20. Viajar en bicicleta es otra buena opción. Luxemburgo es un país en el que el uso de la bicicleta está muy arraigado, y el transporte de bicicletas es gratis teniendo en cuenta que hay mucho espacio. Los que tengan la tarjeta especial para turistas (la llamada Tarjeta Luxemburgo), están exentos de pagar transporte. Pueden hacerse consultas especiales en la oficina de información en la estación de Luxemburgo entre las 06:00 y las 22:00.