Visitas destacadas
Una visita medieval
A los pies de la cordillera Lovcen se encuentra una pequeña isla que une mar y tierra con peculiar belleza. Se trata de Sveti Stefan, situada a orillas del Adriático en Montenegro. Este islote está rodeada de murallas de mediados del siglo XV, época en que fue fundada, con el fin de defenderla de los ataques de los turcos y de los piratas. Según la leyenda fue el clan de los Pastrovic quienes, tras saquear una galera turca, construyeron la fortaleza en la isla gracias al botín conseguido. Siguieron edificando casas que darían lugar a Sveti Stefan, así como la iglesia que dedicaron a San Esteban, protector de los Pastrovics. Allí vivieron durante décadas los descendientes del clan. Es un verdadero paraíso mediterráneo con pinos y olivos que perfuman el ambiente, y casas de piedra con cubiertas de teja roja construidas sobre un promontorio rocoso de escasos metros cuadrados. Se conserva con el encanto de un pueblo medieval, con sus callejuelas de piedra, sus casas antiguas y otros edificios. Resulta un placer pasear a cualquier hora del día por sus callejuelas, o asomarse al Adriático durante el atardecer. Hoy Sveti Stefan es uno de los rincones turísticos más suculentos del Adriático, y esta es su principal fuente de riqueza.
Insólito y al alcance del bolsillo
Uno de los pequeños tesoros de este islote son sus tres iglesias. La Iglesia de San Esteban, de la que tomó el nombre, y que está en el punto más alto de la población; la Iglesia de Alexander Nevski, y la Iglesia de la Transfiguración, la más pequeña, situada a la entrada de la isla y unida por un camino estrecho a tierra. No pueden dejarse ninguna olvidada. Es curioso que un lugar tan pequeño cuente con tres iglesias, pero desde su fundación, y gracias a su magnífica ubicación, Sveti Stefan fue un importante puerto comercial, que negociaba con la mismísima Venecia, lo que le dio esplendor económico hasta que en el siglo XIX comenzó su decadencia. Y ya a mediados del siglo XX fue el turismo el que inició la recuperación de este pequeño islote montenegrino. En general, la costa oriental del Mar Adriático mantiene una gran belleza natural, insólita para un lugar tan cercano a los importantes núcleos de población europeos, tan dispuestos a enviar viajeros. Los problemas sociales y políticos no animaban a visitarlo, por eso, ahora que la tranquilidad ha llegado, aprovechen para disfrutar de un lugar magnífico y a precios bastante interesantes. Salvo el resort de lujo, hay lugares exclusivos y pocos conocidos al alcance de la mano y del bolsillo.
Parque Nacional Durmitor y Cañón de Tara
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985. Se trata de un área natural protegida bautizado así por el monte Durmitor, una cima de 2.522 metros de altitud. Comprende el macizo del Durmitor, los cañones de los ríos Tara, Sušica y Draga y la parte alta de la meseta de Komarnica, un total de 390 km². Increíblemente bonito es el cañón del Tara, de 80 km de largo y 1.300 de profundidad, donde se practica rafting. Está considerado por su tamaño la segunda formación geológica de este tipo en el mundo después del Cañón del Colorado en Arizona.
Los recursos turísticos se concentran en la ciudad de Žabljak, desde la que se accede al Parque. Esto es un resumen de lo que podrá ver: 18 lagos de origen glaciar, 5 cañones, 27 picos de más de 2.200 metros, 48 picos de más de 2.000 metros, 748 fuentes de agua potable, bosques de más de 500 años, 2.000 km de rutas a pie y caminos de escalada. Crecen 1.600 tipos de plantas y viven ciervos, lobos, linces, osos y comadrejas, y hay 163 especies de aves.
Durante el invierno, las principales actividades en el Durmitor son el esquí y el snowboard. En el verano las actividades pasan al montañismo, la escalada y el turismo recreativo.
http://whc.unesco.org/en/list/100
Cercana y divertida: Budva
Budva es una ciudad costera y la sexta mayor del país a sólo 8 km de Sveti Stefan. Tiene unos 18.000 habitantes. Será por las playas, por la vida nocturna o por los bonitos ejemplos de arquitectura mediterránea, o por las tres cosas, pero esta ciudad se ha convertido en el destino turístico más popular del país. Es conocida como la Riviera Budvanska. Sus playas son tranquilas y poco profundas son ideales para familias y su temporada de playa va de mayo a mediados de noviembre. Para los submarinistas es un paraíso debido a la gran visibilidad del agua (entre 15 y 35 metros) por su poca contaminación. En Montenegro conocen a Budva como la discoteca más grande al aire libre del mundo. La ciudad vive una ajetreada vida nocturna, animada por cientos de jóvenes. En la calle principal, muchísimos espacios ofrecen diversión de la más variada índole, incluyendo pequeños cafés, restaurantes, negocios y los cinco principales clubes nocturnos. Además podemos disfrutar de su extenso patrimonio histórico artístico, el casco antiguo es uno de ellos. También cuenta con varias iglesias, entre ellas la iglesia de San Iván, que aloja la imagen de su patrona Nuestra Señora de Buvda y la Iglesia de San Sava Osveseni, del siglo XII. Puede visitar nada menos que 9 monasterios: Gradiste, Vohnici, Podostrog, Podlastva, Stanjevici, etc. Un lujo.
Podgorica, luces y sombras
Es la capital de Montenegro y se encuentra a unos 65 km de Sveti Stefan; tiene unos 150.000 habitantes. A unos 3 km de la actual localización están las ruinas de una ciudad antigua llamada Dioclea, en honor del emperador Diocleciano, natural de esta región. Es una excursión interesante en la que se pueden observar ruinas de la muralla, un palacio, un puente y tumbas con inscripciones latinas. Visite la Catedral de la Resurrección de Cristo, de la Iglesia Ortodoxa Serbia, uno de los símbolos de la ciudad, a pesar de su juventud: su construcción se inició en 1993. La ciudad cuenta además con muchas pequeñas iglesias ortodoxas, dos mezquitas y una iglesia católica. Esto es un reflejo de que se trata de una ciudad multicultural y multiconfesional, como el resto de Montenegro. Alberga el Teatro Nacional de Montenegro, el más importante del país, así como la sede de la Ciudad Teatro, que incluye el Teatro Infantil y el Teatro de Marionetas. Otras curiosidades turísticas son la iglesia de Georg del siglo X, la Torre del Tiempo, el antiguo puente, la ciudadela y mezquitas de la época osmanlí. Los visitantes de esta ciudad serán también testigos de lo castigada que resultó tras el grave conflicto.
Rafailovici, aguas cristalinas
A 2 km de Sveti Stefan se encuentra Rafailovici, un lugar de pescadores al final de la playa Becici caracterizada por sus aguas cristalinas y más de 200 días de sol. Su playa es considerada la más chic de la zona. Tiene casi 2.000 metros de arenas blancas y aguas azules y un bonito camino que la recorre hasta Buvda, pero sino se siente con ánimos de caminar hay un pequeño tren que hace esta misma ruta. Otro de sus reclamos son las tiendas de moda de lujo y sus espléndidos complejos hoteleros. Un puerto deportivo, numerosos bares, cafeterías, parques y restaurantes completan el atractivo de este lugar.
Playas para todos los gustos
La costa montenegrina se compone de pequeñas playas y acantilados frente a un cristalino Adriático. Una de las playas más famosas de la zona está en Budva y se llama Mogren, está asentada entre varios grandes acantilados y se accede por un sendero de 500 metros de longitud desde la ciudad vieja. Otras de las playas más famosas de la zona de Budva son: Jaz (1.200 m.), Slovenska (1.600 m.), Mogren I y II (350 m.), Przno (260 m.), Milocer (280 m.), Kamenovo (330 m.), Drobni Pijesak (240 m.), Petrovac (600 m.), Lucice (220 m.) y Buljarice (1.980 M.) y cómo no, Sveti Stefan (700 m.).
El mítico y lujoso hotel
Toda la isla y todo el pueblo están cedidos a la cadena hotelera Aman Resort por 30 años. Esto comprende Sveti Stefan (lujosas villas y señoriales apartamentos), la Villa Milocer en el continente (8 suites) y la playa de Kraljičina de 2 km. Es el más lujoso resort de Montenegro y uno de los más lujosos del Adriático. La cadena hotelera se comprometió a respetar el valor histórico, originalmente un enclave pesquero y una fortaleza. Sin duda, por fuera mantiene el encanto, pero el interior se ha transformado para recibir a viajeros de muy alto poder adquisitivo. Se han alojado allí: Sophia Loren, Bobby Fischer, Kirk Douglas, Willy Brandt o el astronauta soviético Gagarin. Toda la isla y todo el pueblo están cedidos a la cadena hotelera Aman Resort por 30 años. Esto comprende Sveti Stefan (lujosas villas y señoriales apartamentos), la Villa Milocer en el continente (8 suites) y la playa de Kraljičina de 2 km. Es el más lujoso resort de Montenegro y uno de los más lujosos del Adriático. La cadena hotelera se comprometió a respetar el valor histórico, originalmente un enclave pesquero y una fortaleza. Sin duda, por fuera mantiene el encanto, pero el interior se ha transformado para recibir a viajeros de muy alto poder adquisitivo. Se han alojado allí: Sophia Loren, Bobby Fischer, Kirk Douglas, Willy Brandt o el astronauta soviético Gagarin. www.amanresorts.com/
Kotor, el fiordo del sur
Merece la pena acercarse a Kotor a 32 km, ciudad perteneciente al Patrimonio Cultural de la Unesco desde 1979. Está rodeada de una antigua muralla y cuenta también con una torre de 1602 y dos portones que la resguardaban de intrusos. Muy bonita es su arquitectura veneciana y las callejuelas retorcidas. Kotor es además vecina del fiordo más austral de Europa. Para completar este estupendo panorama recomendamos el Carnaval de Verano, con conciertos de música folklórica que todo el mundo, hasta los miles de visitantes se afanan por bailar a buen ritmo. Kotor ofrece una cala de inigualable belleza natural. Sin duda una gran mezcla, de tradición y modernidad.
Redactor :
Marion Rouillot
