Presentación
Freamunde es una pequeña ciudad que se localiza en el norte de Portugal. Pertenece al concejo de Paços de Ferreira, en el distrito de Oporto, y tiene 7.789 habitantes, según datos recogidos en el 2011. Se encuentra en una zona de gran interés turístico, por su cercanía a la bella ciudad de Oporto, o Porto como la llaman los portugueses. Además, Freamunde se enclava en la tierra del Románico portugués, por la que se pueden realizar interesantes rutas turísticas y culturales. Uno de los alicientes para visitar Freamunde es la forma en que sus habitantes celebran los acontecimientos populares, ya sea una feria como el deporte. Quizá por ser tierra de vinos, allí todas las fiestas y eventos se viven intensamente, lo que contribuye a convertir la ciudad en un lugar muy especial.
Visitas destacadas
El norte de Portugal esconde una gran cantidad de tesoros ocultos que están esperando a que el visitante los descubra. Consisten en cerca de 60 monumentos que se localizan en la misma zona, en la tierra que delimitan los ríos Támega, Sousa y Duero. Este maravilloso patrimonio arquitectónico y artístico es una de las cosas que el turista que llega a Freamunde no debe perderse bajo ningún concepto. La ruta engloba diferentes monumentos y construcciones, desde monasterios e iglesias hasta castillos y torres, todos ellos edificados con el estilo románico que era característico en Portugal. La zona, además de quedar limitada por los ríos antes mencionados, se localiza en el interior de un triángulo formado por Oporto, Guimarães y el valle del Duero. Dentro de lo que se conoce como Ruta del Románico, existen tres rutas más específicas: la Ruta del valle del Támega, que incluye 25 monumentos dignos de visitar; la Ruta del valle del Sousa, con 19 enclaves interesantes; y la Ruta del valle del Duero, con 14 monumentos. La mayor parte de ellos están relacionados con el clero y las distintas órdenes religiosas, ya que se trata de templos, capillas o monasterios, lo que refleja el inmenso poder que tenía la Iglesia en aquella época. También se encuentran construcciones de tipo defensivo como fortalezas y castillos.
En el distrito de Oporto, muy cerca de Freamunde, se localiza una de las ciudades más emblemáticas de esta parte de Portugal. Por su cercanía es uno de los enclaves a los que no podemos dejar de acercarnos cuando pasamos un tiempo en Freamunde. Entre los muchos lugares de interés que guarda la ciudad destaca la iglesia y el convento de San Gonzalo. Se trata de un templo construido en el siglo XVI, concretamente en el año 1540. Desde un punto de vista arquitectónico es una verdadera joya, con su portada lateral decorada con columnas de estilo renacentista italiano y frontón barroco. El interior de la iglesia es muy especial. Fue restaurado en el siglo XVIII y cuenta con bellos muebles de estilo barroco y un singular órgano del siglo XVII. En la iglesia está enterrado San Gonzalo, un destacado personaje natural de Guimarães que vivió en Amarante en el siglo XIII. Otro de los monumentos estrella en la ciudad es el Puente de San Gonzalo, como no podía llamarse de otra manera. Construido en granito a finales del siglo XVIII se alza por encima del río Támega. La entrada del puente está decorada con dos obeliscos. En uno de ellos hay una placa conmemorativa que rememora la victoria del general Silveira sobre las tropas de Napoleón el 2 de mayo de 1809. También merece la pena acercarse al Ayuntamiento, ubicado en las dependencias del antiguo convento. Guarda un museo, pequeño pero muy interesante, con tesoros arqueológicos, esculturas y pinturas de artistas locales.
Tanto en Freamunde como en el resto de poblaciones de los alrededores cobra gran importancia una suerte de turismo de corte religioso, que consiste en visitar las muchas iglesias y templos que existen en esta región portuguesa. En realidad se trata de un tipo de turismo que se fundamenta en el amor por el arte y la arquitectura, por la cultura en definitiva. Y entre las muchísimas capillas e iglesias que hay por los alrededores destacan las de Felgueiras, una ciudad muy próxima a Freamunde situada a menos de 27 kilómetros de distancia. Como la iglesia de Santa María de Airaes, un templo que consta de tres naves separadas en el interior por arcos de medio punto que descansan sobre columnas, y de un campanario de torre cuadrada. En Felgueiras encontramos también otro templo relevante. Se trata de la Iglesia románica de San Vicente de Sousa, un templo sencillo de una sola planta longitudinal que guarda en su interior algunos retablos manieristas y un retablo barroco. Por último, merece la pena visitar en Felgueiras el Monasterio de Santa María de Pombeiro, del siglo XI. Fue el más importante monasterio benedictino de todo el norte de Portugal por su valor histórico y su rico patrimonio. Aunque fue remodelado en el siglo XVIII, aún conserva elementos de sus orígenes románicos. Estos tres edificios religiosos están catalogados como Monumento Nacional.
Oporto es la segunda ciudad de Portugal, después de Lisboa. Una gran urbe que se asienta sobre las colinas del estuario del río Duero, y que concentra a su alrededor a numerosas y destacadas ciudades, conformando uno de los mayores áreas metropolitanas del país. Es una ciudad bella, con un impresionante casco histórico que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1996. Situada en la margen derecha del río Duero, en el punto en que este desemboca en el Océano Atlántico, Oporto está rodeada de montañas, lo que hace que quede enmarcada por un paisaje realmente bello. Muestra una arquitectura muy variada. En sus calles conviven con maestría construcciones medievales con edificios modernos. Conviene visitar la Ribeira, la zona cercana al río, así como los muchos atractivos que posee la ciudad: la Torre de los Clérigos, la Casa de la Música o la Fundación Serralves, dedicada al arte contemporáneo. También merece la pena recorrer el tradicional Mercado do Bolhao, con sus muchos puestos de frutas y verduras, pescados y otras viandas. Tierra de vinos, el turista no puede marcharse de Oporto sin visitar alguna de sus espectaculares bodegas que se sitúan en la margen izquierda del río Duero, ya en la población de Vila Nova de Gaia.
Existe otro enclave cercano a Freamunde que no puede dejar de visitarse. Se trata de Guimarães, una de las ciudades con más historia de Portugal que se alza junto a la montaña de Penha y que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2002. Entre sus muchos tesoros destaca el castillo, de tal belleza que ha sido catalogado como una de las Nuevas Siete Maravillas de Portugal. Se trata de una fortaleza del siglo X que fue construida en el centro de la ciudad con el objetivo fundamental de protegerla de los ataques de los musulmanes. También merece la pena acercarse al Palacio de los Duques de Braganza, que data del siglo XV, y que está considerado Monumento Nacional en Portugal. Una de las plazas más bellas de la ciudad es el Largo de Oliveira, con tanto sabor histórico que realmente merece la pena sentarse y contemplar sus edificios con detenimiento. Ya a las afueras de Guimarães nos encontramos la montaña Penha, desde la cual se pueden contemplar las mejores vistas de la ciudad. Y a unos 5 kilómetros del centro está la Casa Sezim, en Nespereira. Es un gran edificio solariego con una bellísima fachada y un interior esplendoroso, decorado al estilo del siglo XIX. Se puede visitar la casa y los jardines, así como en entorno natural que la rodea, perfecto para la práctica de actividades al aire libre como el ciclismo o el senderismo.
Se localiza frente a la ciudad de Oporto, al otro lado del río Duero, en su misma desembocadura. Es una ciudad famosa por sus reconocidas bodegas de vino de Oporto, que se convierten en su atracción más turística. Dista 29 km. de Freamunde y desde allí pueden divisarse imágenes preciosas de Oporto. La Ribeira de Gaia es un lugar perfecto para planificar una excursión. Además de visitar Vila Nova de Gaia y otros pueblos con sabor, se puede recorrer la costa atlántica en bicicleta, y después gozar de una estupenda comida regada con vino portugués en cualquiera de los muchos restaurantes que existen con vistas al mar.
La ciudad de Espinho se enclava en la costa, al sur de Oporto, y dista 55 km. de Freamunde. Merece la pena recorrer esta distancia para pasar un día muy agradable y conocer la esencia de esta ciudad de pescadores. En Espinho, que es además la ciudad del voleibol, hay que visitar la iglesia parroquial de Espinho, así como la Plaza del Ayuntamiento y el Parque de Joao de Deus. El turista disfrutará recorriendo su mercado al aire libre que se celebra todos los lunes, y visitando el Museo de la Ciudad ubicado en una vieja fábrica de conservas.
Una de los parajes más bellos de Portugal lo encontramos cerca de Freamunde, a unos 94 kilómetros. Se trata del Parque Natural do Alvao, situado en la sierra del mismo nombre. Por esa tierra fluye el serpenteante río Olo, formando cascadas de gran caída y belleza espectacular. Los amantes de la naturaleza disfrutarán especialmente de esta excursión, ya que podrán gozar con la vista de estos impresionantes paisajes. El terreno que ocupa el parque natural está salpicado de pequeñas aldeas muy típicas que es todo un placer visitar, como Lamas de Olo, Anta o Ermelo.
Cerca de Freamunde, en el noroeste del país, se localiza el Parque Nacional de Peneda-Gerês, la única zona natural del país que ostenta la categoría de Parque Nacional. Es más que un paraje de belleza increíble, ya que cuenta con bellas y tradicionales aldeas como Pitoes das Júnias y Tourém. Sorprende la frondosa vegetación del lugar, entre la que destaca el magnífico y único bosque de acebos. En cuanto a la fauna del lugar, destacan los corzos y el lobo ibérico. La zona ofrece la oportunidad de practicar actividades al aire libre, también acuáticas. El senderismo es quizá la estrella de todas ellas, ya que el parque está surcado por incontables rutas de belleza inusual. El caminante podrá seguir el trazado de una antigua vía romana, o pasar junto a dólmenes y menhires.
¿Cómo llegar?
- Por carretera: llegar a Freamunde en coche no es complicado, ya que las carreteras portuguesas se encuentran en buen estado de conservación. Desde Oporto hay que tomar la autopista A4 (va de Oporto a Vila Real), y desviarse poco después de Valongo, hacia Paços de Ferreira.
- En avión: para viajar en avión a la ciudad hay que volar hasta el Aeropuerto Internacional Francisco Sá Carneiro, en Oporto, que dista 35 km. de Freamunde. Después habrá que recorrer esta distancia en coche o en autobús.
- En tren: no es posible llegar en tren hasta la ciudad de Freamunde, ya que no dispone de estación ferroviaria. Se puede llegar a ciudades próximas como Lordelo ( a 14 km.) o Penafiel (a 15 km.), ambas con estación de tren. Después se puede tomar un taxi hasta Freamunde.
- Transporte público y taxis: no se requiere ningún medio de transporte específico para moverse por la ciudad, ya que esta puede recorrerse a pie. Sin embargo, si se desea explorar los alrededores, conviene disponer de un coche. Puede alquilarse uno en el aeropuerto o en la ciudad. Los taxis son también una opción recomendable, ya que no son excesivamente caros.
Presentación
Freamunde es una pequeña ciudad que se localiza en el norte de Portugal. Pertenece al concejo de Paços de Ferreira, en el distrito de Oporto, y tiene 7.789 habitantes, según datos recogidos en el 2011. Se encuentra en una zona de gran interés turístico, por su cercanía a la bella ciudad de Oporto, o Porto como la llaman los portugueses. Además, Freamunde se enclava en la tierra del Románico portugués, por la que se pueden realizar interesantes rutas turísticas y culturales. Uno de los alicientes para visitar Freamunde es la forma en que sus habitantes celebran los acontecimientos populares, ya sea una feria como el deporte. Quizá por ser tierra de vinos, allí todas las fiestas y eventos se viven intensamente, lo que contribuye a convertir la ciudad en un lugar muy especial.
Visitas destacadas
El norte de Portugal esconde una gran cantidad de tesoros ocultos que están esperando a que el visitante los descubra. Consisten en cerca de 60 monumentos que se localizan en la misma zona, en la tierra que delimitan los ríos Támega, Sousa y Duero. Este maravilloso patrimonio arquitectónico y artístico es una de las cosas que el turista que llega a Freamunde no debe perderse bajo ningún concepto. La ruta engloba diferentes monumentos y construcciones, desde monasterios e iglesias hasta castillos y torres, todos ellos edificados con el estilo románico que era característico en Portugal. La zona, además de quedar limitada por los ríos antes mencionados, se localiza en el interior de un triángulo formado por Oporto, Guimarães y el valle del Duero. Dentro de lo que se conoce como Ruta del Románico, existen tres rutas más específicas: la Ruta del valle del Támega, que incluye 25 monumentos dignos de visitar; la Ruta del valle del Sousa, con 19 enclaves interesantes; y la Ruta del valle del Duero, con 14 monumentos. La mayor parte de ellos están relacionados con el clero y las distintas órdenes religiosas, ya que se trata de templos, capillas o monasterios, lo que refleja el inmenso poder que tenía la Iglesia en aquella época. También se encuentran construcciones de tipo defensivo como fortalezas y castillos.
En el distrito de Oporto, muy cerca de Freamunde, se localiza una de las ciudades más emblemáticas de esta parte de Portugal. Por su cercanía es uno de los enclaves a los que no podemos dejar de acercarnos cuando pasamos un tiempo en Freamunde. Entre los muchos lugares de interés que guarda la ciudad destaca la iglesia y el convento de San Gonzalo. Se trata de un templo construido en el siglo XVI, concretamente en el año 1540. Desde un punto de vista arquitectónico es una verdadera joya, con su portada lateral decorada con columnas de estilo renacentista italiano y frontón barroco. El interior de la iglesia es muy especial. Fue restaurado en el siglo XVIII y cuenta con bellos muebles de estilo barroco y un singular órgano del siglo XVII. En la iglesia está enterrado San Gonzalo, un destacado personaje natural de Guimarães que vivió en Amarante en el siglo XIII. Otro de los monumentos estrella en la ciudad es el Puente de San Gonzalo, como no podía llamarse de otra manera. Construido en granito a finales del siglo XVIII se alza por encima del río Támega. La entrada del puente está decorada con dos obeliscos. En uno de ellos hay una placa conmemorativa que rememora la victoria del general Silveira sobre las tropas de Napoleón el 2 de mayo de 1809. También merece la pena acercarse al Ayuntamiento, ubicado en las dependencias del antiguo convento. Guarda un museo, pequeño pero muy interesante, con tesoros arqueológicos, esculturas y pinturas de artistas locales.
Tanto en Freamunde como en el resto de poblaciones de los alrededores cobra gran importancia una suerte de turismo de corte religioso, que consiste en visitar las muchas iglesias y templos que existen en esta región portuguesa. En realidad se trata de un tipo de turismo que se fundamenta en el amor por el arte y la arquitectura, por la cultura en definitiva. Y entre las muchísimas capillas e iglesias que hay por los alrededores destacan las de Felgueiras, una ciudad muy próxima a Freamunde situada a menos de 27 kilómetros de distancia. Como la iglesia de Santa María de Airaes, un templo que consta de tres naves separadas en el interior por arcos de medio punto que descansan sobre columnas, y de un campanario de torre cuadrada. En Felgueiras encontramos también otro templo relevante. Se trata de la Iglesia románica de San Vicente de Sousa, un templo sencillo de una sola planta longitudinal que guarda en su interior algunos retablos manieristas y un retablo barroco. Por último, merece la pena visitar en Felgueiras el Monasterio de Santa María de Pombeiro, del siglo XI. Fue el más importante monasterio benedictino de todo el norte de Portugal por su valor histórico y su rico patrimonio. Aunque fue remodelado en el siglo XVIII, aún conserva elementos de sus orígenes románicos. Estos tres edificios religiosos están catalogados como Monumento Nacional.
Oporto es la segunda ciudad de Portugal, después de Lisboa. Una gran urbe que se asienta sobre las colinas del estuario del río Duero, y que concentra a su alrededor a numerosas y destacadas ciudades, conformando uno de los mayores áreas metropolitanas del país. Es una ciudad bella, con un impresionante casco histórico que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1996. Situada en la margen derecha del río Duero, en el punto en que este desemboca en el Océano Atlántico, Oporto está rodeada de montañas, lo que hace que quede enmarcada por un paisaje realmente bello. Muestra una arquitectura muy variada. En sus calles conviven con maestría construcciones medievales con edificios modernos. Conviene visitar la Ribeira, la zona cercana al río, así como los muchos atractivos que posee la ciudad: la Torre de los Clérigos, la Casa de la Música o la Fundación Serralves, dedicada al arte contemporáneo. También merece la pena recorrer el tradicional Mercado do Bolhao, con sus muchos puestos de frutas y verduras, pescados y otras viandas. Tierra de vinos, el turista no puede marcharse de Oporto sin visitar alguna de sus espectaculares bodegas que se sitúan en la margen izquierda del río Duero, ya en la población de Vila Nova de Gaia.
Existe otro enclave cercano a Freamunde que no puede dejar de visitarse. Se trata de Guimarães, una de las ciudades con más historia de Portugal que se alza junto a la montaña de Penha y que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2002. Entre sus muchos tesoros destaca el castillo, de tal belleza que ha sido catalogado como una de las Nuevas Siete Maravillas de Portugal. Se trata de una fortaleza del siglo X que fue construida en el centro de la ciudad con el objetivo fundamental de protegerla de los ataques de los musulmanes. También merece la pena acercarse al Palacio de los Duques de Braganza, que data del siglo XV, y que está considerado Monumento Nacional en Portugal. Una de las plazas más bellas de la ciudad es el Largo de Oliveira, con tanto sabor histórico que realmente merece la pena sentarse y contemplar sus edificios con detenimiento. Ya a las afueras de Guimarães nos encontramos la montaña Penha, desde la cual se pueden contemplar las mejores vistas de la ciudad. Y a unos 5 kilómetros del centro está la Casa Sezim, en Nespereira. Es un gran edificio solariego con una bellísima fachada y un interior esplendoroso, decorado al estilo del siglo XIX. Se puede visitar la casa y los jardines, así como en entorno natural que la rodea, perfecto para la práctica de actividades al aire libre como el ciclismo o el senderismo.
Se localiza frente a la ciudad de Oporto, al otro lado del río Duero, en su misma desembocadura. Es una ciudad famosa por sus reconocidas bodegas de vino de Oporto, que se convierten en su atracción más turística. Dista 29 km. de Freamunde y desde allí pueden divisarse imágenes preciosas de Oporto. La Ribeira de Gaia es un lugar perfecto para planificar una excursión. Además de visitar Vila Nova de Gaia y otros pueblos con sabor, se puede recorrer la costa atlántica en bicicleta, y después gozar de una estupenda comida regada con vino portugués en cualquiera de los muchos restaurantes que existen con vistas al mar.
La ciudad de Espinho se enclava en la costa, al sur de Oporto, y dista 55 km. de Freamunde. Merece la pena recorrer esta distancia para pasar un día muy agradable y conocer la esencia de esta ciudad de pescadores. En Espinho, que es además la ciudad del voleibol, hay que visitar la iglesia parroquial de Espinho, así como la Plaza del Ayuntamiento y el Parque de Joao de Deus. El turista disfrutará recorriendo su mercado al aire libre que se celebra todos los lunes, y visitando el Museo de la Ciudad ubicado en una vieja fábrica de conservas.
Una de los parajes más bellos de Portugal lo encontramos cerca de Freamunde, a unos 94 kilómetros. Se trata del Parque Natural do Alvao, situado en la sierra del mismo nombre. Por esa tierra fluye el serpenteante río Olo, formando cascadas de gran caída y belleza espectacular. Los amantes de la naturaleza disfrutarán especialmente de esta excursión, ya que podrán gozar con la vista de estos impresionantes paisajes. El terreno que ocupa el parque natural está salpicado de pequeñas aldeas muy típicas que es todo un placer visitar, como Lamas de Olo, Anta o Ermelo.
Cerca de Freamunde, en el noroeste del país, se localiza el Parque Nacional de Peneda-Gerês, la única zona natural del país que ostenta la categoría de Parque Nacional. Es más que un paraje de belleza increíble, ya que cuenta con bellas y tradicionales aldeas como Pitoes das Júnias y Tourém. Sorprende la frondosa vegetación del lugar, entre la que destaca el magnífico y único bosque de acebos. En cuanto a la fauna del lugar, destacan los corzos y el lobo ibérico. La zona ofrece la oportunidad de practicar actividades al aire libre, también acuáticas. El senderismo es quizá la estrella de todas ellas, ya que el parque está surcado por incontables rutas de belleza inusual. El caminante podrá seguir el trazado de una antigua vía romana, o pasar junto a dólmenes y menhires.
¿Cómo llegar?
- Por carretera: llegar a Freamunde en coche no es complicado, ya que las carreteras portuguesas se encuentran en buen estado de conservación. Desde Oporto hay que tomar la autopista A4 (va de Oporto a Vila Real), y desviarse poco después de Valongo, hacia Paços de Ferreira.
- En avión: para viajar en avión a la ciudad hay que volar hasta el Aeropuerto Internacional Francisco Sá Carneiro, en Oporto, que dista 35 km. de Freamunde. Después habrá que recorrer esta distancia en coche o en autobús.
- En tren: no es posible llegar en tren hasta la ciudad de Freamunde, ya que no dispone de estación ferroviaria. Se puede llegar a ciudades próximas como Lordelo ( a 14 km.) o Penafiel (a 15 km.), ambas con estación de tren. Después se puede tomar un taxi hasta Freamunde.
- Transporte público y taxis: no se requiere ningún medio de transporte específico para moverse por la ciudad, ya que esta puede recorrerse a pie. Sin embargo, si se desea explorar los alrededores, conviene disponer de un coche. Puede alquilarse uno en el aeropuerto o en la ciudad. Los taxis son también una opción recomendable, ya que no son excesivamente caros.