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Una góndola rusa
Para comenzar su visita a esta magnífica ciudad, es buena idea hacer el recorrido en barco en el río Neva y sus numerosas afluentes que rodean las islas que constituyen la ciudad de San Petersburgo. Más de 90 riachuelos, río y afluentes componen esta red y están bordeados de espectaculares piezas arquitectónicas. Así que tenga su cámara lista porque será una experiencia de asombro y admiración.Tres ríos principales corren por el centro de la ciudad: Moika, Gribayedova y Fontanka. Los barcos pasan por la catedral del Salvador sobre la sangre derramada, el Hermitage, los Jardines de verano, la fortaleza de Pedro y Pablo, la isla Vasiliyevsky, la catedral de San Isaac y muchos otros lugares. Durante la temporada de Noches blancas hay recorridos nocturnos en barco para admirar la belleza grandiosa de los siete puentes del Neva que esperan a las naves que pasaran por debajo.La temporada de recorridos va de fines de abril a fines de septiembre. A pesar de que hay espacio cubierto para pasajeros, no todos los barcos ofrecen este lujo, pero pueden ofrecer sábanas a bordo. Asegúrese de reservar con tiempo su viaje si está de visita durante la temporada de Noches blancas, ya que ésta es una de las principales atracciones de la ciudad.
El Hermitage. Una de las más grandes galerías del mundo
El museo Hermitage, también conocido como el Palacio blanco, es la más famosa e impresionante atracción de San Petersburgo. Situada en la céntrica plaza de Dvortsovaya, esta galería museo es una joya de la historia rusa y mundial. En un principio una casa de madera estilo holandés, construida en 1708 por Pedro el Grande, fue en 1754 que adquirió su forma actual con el diseño del reconocido maestro arquitecto del barroco ruso Francisco Bartolomeo Rastrelli. El Palacio de Invierno fue casi completamente destruido por un incendio en 1837, que amenazó con destruir la invaluable colección de arte del Palacio. Afortunadamente, las piezas de arte se salvaron y el entonces Zar, Nicolás I, ordenó que el Hermitage se reconstruyera en un año. Los trabajos se completaron en tan corto periodo y nos dieron la oportunidad de admirar esta verdaderamente imponente obra maestra arquitectónica. Algunos de los tesoros que esperan al visitante son pinturas y escultura del gran Leonardo da Vinci, El Greco, Miguel Angel, Pablo Picasso, Pierre-Auguste Renoir… la lista no tiene fin. El museo ofrece exposiciones de arte prehistórico, artefactos de antiguas grandes civilizaciones, al igual que los salones imperiales del mismo Pedro el Grande.Se reciben visitantes de martes a domingo de 10:30 a 18:00, excepto el miércoles, cuando el Palacio de Invierno se abre hasta las 21:00, y la entrada general cuesta 8.50€.
La catedral del Salvador sobre la sangre derramada
La catedral del Salvador sobre la sangre derramada se erige bella y orgullosa junto al segundo de tres canales que cruzan el céntrico Nevsky Prospect de San Petersburgo. Usted notará esta pieza clásica de arquitectura religiosa rusa, que se parece a la iglesia de San Basilio en Moscú, en el canal Gribayedova cerca de la estación Nevsky Prospekt/Gostiny Dvor del metro, que ofrece un acceso fácil a esta atracción turística.La construcción de la catedral comenzó en 1883 bajo el reinado del Zar Alejandro III, en nombre de su predecesor, Alejandro II, que fue asesinado en este lugar el 1º de mayo de 1881; de ahí su nombre. La catedral es una joya de íconos en mosaico con un sepulcro impresionante construido en el lugar exacto donde Alejandro II fue herido de muerte. Se tomó 24 años construirla. La catedral fue saqueada y destruida varias veces en la sangrienta historia rusa. Específicamente, la catedral, tras daños extensos durante la revolución bolchevique, se cerró y se dejó estropear y el daño causado durante la Segunda Guerra Mundial es aún visible. Sin embargo, el Estado ruso ha llevado a cabo trabajos mayores de reparación para restaurar la apariencia general del edificio y ahora es una de las más espectaculares catedrales de San Petersburgo. Está abierta al público diariamente de 11am a 7pm, excepto los miércoles, y la entrada cuesta 5€ para adultos y 1€ para niños.
La catedral de San Isaac. Una vista panorámica de la Venecia del norte
Otra magnífica catedral en la grandiosa colección de arte religioso de San Petersburgo es la catedral de San Isaac, la más grande iglesia de Rusia y el principal lugar sagrado de la ciudad antes de la catedral del Salvador sobre la sangre derramada. La construcción de la catedral empezó en 1818 y se completó en 1858; se dedicó al santo patrón de Pedro el Grande, San Isaac de Dalmacia. La arquitectura del edificio es muy diferente a la de la arquitectura religiosa rusa: estilo neoclásico con mucha influencia de la antigua arquitectura griega y un domo en el centro que la hacen visible desde todos los rincones de la ciudad. Al igual que la catedral del Salvador sobre la sangre derramada, el interior de la catedral de San Isaac ostenta íconos de mosaicos imponentes hechos de piedras preciosas como la malaquita y la lazurita, mientras el piso está hecho de granito y mármol rusos. Los visitantes no deben perder la oportunidad de subir los 300 escalones al domo, donde la vista de la gran ciudad rusa hace una perfecta postal.La entrada a la catedral cuesta 5€ para adultos y 1€ para niños. El horario de apertura es todos los días de 11am a 7pm, excepto los miércoles. Del 1º de mayo al 30 de septiembre se permite el acceso a los visitantes al domo por la tarde, de 18:15 a 22:00.
La fortaleza de Pedro y Pablo. La protectora de San Petersburgo
La fortaleza de Pedro y Pablo, o Petropavlovski Kriepost, como la conocen los rusos, fue la primera fortaleza construida por Pedro el Grande tras su arribo en 1703 a la delta del río Neva para mostrar su control sobre la región. Se encuentra en la pequeña isla de Hare, en la ribera norte del río. La ciudadela se completó en un año después de la llegada de Pedro, pero se reconstruyó unos años más tarde y se completó en 1740. En la isla, dentro de la fortaleza, hay varios monumentos y edificios, es especial la catedral de Pedro y Pablo, cuyo campanario mide 122 m. de alto y se ve desde todo el centro de la ciudad. Su importancia descansa en el hecho de que es el lugar donde se enterraron todos los Romanov, de Pedro I a Alejandro III. La fortaleza también alberga el Museo de la ciudad y varios bastiones desde lo que, siguiendo la tradición, se dispara un cañón todos los días al mediodía. El 27 de mayo la ciudad celebra su aniversario y las celebraciones se llevan a cabo alrededor de la fortaleza, lugar de nacimiento de la ciudad. Los visitantes se sorprenderán de de encontrar una playa arenosa bajo la muralla de la fortaleza que, en temporada veraniega, por lo general está llena de amantes de la playa rusos.
Peterhof, el Versalles ruso
No debe perderse esta finca imperial monumental. Se le describe como el Versalles ruso por una buena razón. “Peterhof” significa en alemán y fue construido por Pedro el Grande como retiro veraniego en los suburbios de la ciudad y también como punto de arribo y salida en sus viajes por Europa. A su regreso de sus viajes por Europa, Pedro el Grande trajo consigo grandes obras maestras del arte que todavía se exhiben en las galerías del palacio. A la nieta de Pedro, la zarina Elizabeth, le gustaba mucho este palacio y fue la que más tarde expandió los jardines y el impresionante sistema de fuentes en cascada de la finca. El principal Gran palacio fue terminado por el arquitecto del Hermitage, Rastrelli.Las fuentes funcionan de abril a fines de septiembre entre las 11am y las 5pm, por lo que debe asegurarse de hacer su visita en estas fechas. Nadie debe perderse este sitio al visitar esta hermosa ciudad.
La obra maestra de Rastrelli continua. Tsarskoye Selo
Las interminables obras maestras de la familia real de los Romanov siguen embelleciendo los suburbios de San Petersburgo y esta vez hablaremos de Tsarskoye Selo (el Jardín del zar) en el pueblo de Pushkin (hogar del famoso poeta ruso) donde Rastrelli aplicó una vez su talento para crear la joya de Tsarskoye Selo: el Palacio de Catalina. Catalina I fue la esposa de Pedro el Grande y el palacio adquirió su forma actual en 1756. El exterior del palacio está decorado con oro verdadero y los interiores del palacio se preservan muy bien para llevar al visitante a volver a vivir el tiempo del reinado de catalina. Durante la Segunda Guerra Mundial, muchas partes del palacio quedaron destruidas; en particular, el Salón Ámbar, un salón decorado con valioso ámbar ruso. Durante 1982, se llevaron a cabo restauraciones para devolver la belleza a este salón; se gastaron más de 12 millones de dólares para ello. Tsarskoye Selo está abierto de 10:00 a 17:00 y la entrada cuesta 6.80€ para adultos y 2€ para niños de escuela.
El mundialmente famoso Ballet ruso
El Teatro Mariinsky alberga a las compañías de ballet y ópera de San Petersburgo y es uno de los principales teatros en Rusia. Al igual que el Teatro Bolshoi en Moscú, el Mariinsky se esfuerza por preservar la tradición escénica rusa y ha logrado mantener con éxito la reputación de Rusia como líder en ballet. Grandes personajes del ballet y la ópera como Anna Pavlova, Mikhail Baryshnikov y Fyodor Chaliapin han pisado este escenario. Es en realidad una experiencia que ningún visitante de San Petersburgo debe perderse. Incluso los visitantes no asiduos al ballet y la ópera apreciarán la excelencia pura de las presentaciones y el grandioso interior del Teatro Mariinsky, que se levanta orgulloso junto a la catedral del Salvador sobre la sangre derramada.
Los Jardínes de verano traen el campo a la ciudad
Si necesita una pausa de los ajetreados recorridos turísticos y las bulliciosas calles de San Petersburgo, no tiene que ir muy lejos. A unos minutos a pie de Nevsky Prospekt, por la Sadovaya Ulitsa (calle Sadovaya) se encuentran los jardines de verano de Pedro el Grande. Uno de los muchos parques de San Petersburgo, los jardines son un museo al aire libre de estatuas y grandes fuentes diseñadas con esmero por Pedro el Grande y famosos escultores de la época. También alberga el palacio de verano de Pedro, un edificio de madera de diseño holandés que se preserva de manera impecable hasta para que los visitantes lo admiren. Los Jardines de verano son un verdadero respiro y descanso para los visitantes y vale la pena pasar una tarde en ellos para admirar la naturaleza.
Redactor :
Marion Rouillot
