Presentación
Situada a los pies del Mar Negro, Sochi es una gran ciudad situada en la región de Kasnodar. Tiene una población de 328.000 habitantes y posee una de las áreas metropolitanas más larga del mundo (la ciudad y los pueblos de alrededor se extienden a lo largo de 146 km.). Sochi es un destino turístico importante dentro del país, ya desde principios del siglo XX. De hecho, Stalin tenía en los alrededores de la ciudad su dacha (o casa de vacaciones) predilecta. Y es que los más de cuatro millones de turistas que llegan cada año a Sochi pueden disfrutar del sol y las playas (el clima es húmedo subtropical, de temperaturas suaves en invierno y templadas en verano), además de unos balnearios de primer orden, gracias a las aguas medicinales de la zona. La naturaleza en estado puro, y las montañas del Cáucaso Norte frente a la costa son otros de los alicientes que convierten a Sochi en un lugar mágico.
La localidad de Sochi pertenece (de mayor a menor) al distrito Southern, a la región Krasnodar krai y a la área Sochi.
La localidad de Sochi cubre 3.508 km², tiene 337.947 habitantes (censo 2009) y una densidad de 96,34 habitantes por km².
El actual alcade de Sochi es Anatoli Pakhomov.
El nombre francés de la localidad es Sotchi.
La localidad de Sochi fue fundada en 1838. La página web de Sochi es http://www.sochiadm.ru
Visitas destacadas
Es uno de los mejores museos de la ciudad, emplazado en un edificio histórico que se construyó en torno a 1938 para servir como centro administrativo al Comité Ejecutivo Central Panruso de la URSS. Actualmente el palacete que albergaba tal institución ya desaparecida es, desde 1971, el Museo de Arte de la ciudad (Kurortni prospekt, 51). En él se guardan obras de arte de gran relevancia, así como otras colecciones interesantes: objetos de plata antigua, antiguos iconos rusos, armas de blancas que datan de los siglos I y II d. C., cuadros y dibujos y objetos artísticos de los siglos XIX, XX y XXI. Entre las muchas obras interesantes que se pueden contemplar en el museo, destacan algunos cuadros de artistas como Ayvazovski, Polenov o Serov, entre otros. Horario: de 9:00 a 18:00 h. Precio: entrada adultos, 4,8 €. Niños, 2,5 €.
El gran interés turístico suscitado por la ciudad desde comienzos del siglo XX tuvo su reflejo, no sólo en los miles de visitantes que se acercaban hasta alli, sino también en que la ciudad fue elegida por el gobernante Iósif Stalin para establecer allí su casa de vacaciones (Kurortni Prospekt, 120). Se trata de una dacha que fue construida en el año 1936, especialmente para uso y disfrute del mandatario ruso, quien comenzó a disfrutarla un año más tarde. En ella se conservan los espacios tal y como eran en aquella época, e incluso se pueden contemplar algunos objetos personales de Stalin. Destaca la sala de cine en la que el gobernante gustaba de ver películas de Charles Chaplin. Se dice que el proyecto original de la dacha contemplaba la construcción de una fuente en el patio, que llegó a construirse. Sin embargo, fue eliminada por orden del jefe de la seguridad personal de Stalin, quien pensó que el ruido del agua amortiguaría el sonido de los pasos de posibles atacantes. Horario: abre todos los días. Precio: entrada general, 7,2 €.
Nikolái Ostrovski fue un destacado escritor soviético que también fu combatiente en la Primera Guerra Mundial. Fue en la ciudad de Sochi donde escribió la que fue su novela más famosa, Así se templó el acero, un libro clave en la literatura comunista. Quizá por esto la ciudad acoge este museo (Pável Korchaguin, 4) dedicado a esta célebre figura, donde se guardan algunos de los objetos personales de Ostrovski, así como los muebles que usó mientras residió en la ciudad. El museo transmite al visitante la esencia más soviética de Sochi, la que se respiraba en la ciudad en la década de 1930. El museo recibe hoy un gran número de visitantes que quieren asistir curiosos a la recreación de la vida soviética. Horario: de 10:00 a 17:30 h. Precio: entrada adultos, 1,20 €; niños, 0,5 €.
Un hermoso cañón situado en las inmediaciones de Sochi, que ha sido creado por la acción del río Josta, que fluye entre impresionantes acantilados. Tiene aproximadamente un kilómetro y medio de longitud, e incluye un pequeño lago muy visitado por sus aguas cristalinas. Si se avanza un poco más, se llega a una imponente cascada de cuatro metros de altura. Un torrente impresionante que se localiza en el entorno maravilloso de un bosque de boj y tejos centenarios. La visita a este lugar puede convertirse en una de las excursiones más gratificantes que pueden hacerse en Sochi. Uno de los rincones más sorprendentes del desfiladero es el conocido como Chertovy Vorota (las puertas del Diablo), un cañón que debe su nombre a lo que ocurre allí en la época de lluvias torrenciales, cuando el agua puede alcanzar más de tres metros de altura. Precio: la entrada al desfiladero de Navalishenskoe cuesta 2 €. La entrada al cañón de Chertovy Vorota cuesta 10 € a adultos y 6 € a niños.
Es otra de las cosas que no hay que perderse en Sochi, los maravillosos Acantilados del Águila o Orlinie Skali. Se trata de unos impresionantes acantilados de roca blanca de unos 380 metros de altitud, desde los que se puede contemplar una de las vistas más bellas del mar Negro y de la cercana Cordillera de Ajún. Al parecer, se trataba de un lugar de anidación de las águilas, lo que le dio nombre a los acantilados. También se cuenta una leyenda que relaciona este mágico lugar con uno de los héroes de la Antigua Grecia, Prometeo. Se dice que fue en el Acantilado de las Águilas donde Prometeo fue encadenado por haber robado el fuego de los Dioses. De hecho, en la parte más alta del acantilado hay una estatua de Prometeo encadenado. Desde allí es posible descender a las cataratas del río Agura, muy hermosas. Se trata de tres grandes cataratas que constan de varias cascadas de hasta 23 metros. Precio: acceder a este paraje natural de increíble belleza cuesta 2 €. Niños menores de 10 años, gratis.
Con una longitud de más de 11 km., las cuevas Vorontsovskie son las más extensas de todo el país. Se localizan cerca de la ciudad de Sochi, a unos 20 km. de distancia, y merece la pena acercarse hasta ellas. Constan de tres zonas principales que se comunican por estrechos pasajes. Una de las grutas más impresionantes es la que se conoce como Prometeo, con 120 m. de largo y 20 de alto, y espectaculares estalactitas y estalagmitas. Precio: entrada general, 2 €. Niños menores de 10 años, gratis.
Se trata de un paraje natural único localizado en los alrededores de la ciudad de Sochi, cerca del pueblo de Kepsha. Un lugar emblemático conocido por sus magníficos manantiales de agua mineral, de primera calidad. La ruta se convierte en una de las excursiones más recomendables para hacer desde Sochi, a lo largo de la cual existen numerosos establecimientos típicos y cafeterías al más puro estilo caucásico. Allí los turistas podrán degustar miel de las montañas y un sinfín de fuertes licores tradicionales.
Muy cerca de Sochi encontramos las maravillosas montañas que forman la Cordillera de Ajún. Y el monte del mismo nombre, de 663 m. de altitud, que está cubierto totalmente por un bosque denso de altos árboles. El mandatario Iósif Stalin mandó trazar un camino que subiese hasta la cumbre, ya que adoraba pasear por el Ajún. La senda tiene 11 kilómetros y asciende hasta la cima. Un año después de crearse el camino, se levantó una torre de observación construida de piedra. Hoy el camino hasta el Ajún es una de las rutas preferidas por los turistas y también por los habitantes de la zona. Horario: la torre está abierta al público durante todo el año. Precio: entrada general, 2 €. Niños menores de 10 años, gratis.
Es uno de los parajes más bellos de la región. Un bosque centenario poblado de tejos y ejemplares de boj que se alza como un auténtico monumento natural que el visitante no puede dejar de descubrir. Los antiquísimos árboles exhiben sus densas copas sobre un suelo cubierto de fresco musgo. Es curioso observar un tejo de unos 30 metros de altura del que se dice que tiene más de 1.000 años, o un haya de cerca de cuatro siglos de antigüedad. En el bosque hay dos rutas de senderismo muy especiales: el anillo menor, con 1.800 m. de longitud, y el anillo mayor, que traza un recorrido de unos 5 km.
¿Cómo llegar?
- En avión: el Aeropuerto Internacional de Sochi, situado en la zona de Adler, a unos 25 km. de la ciudad, recibe a unos 2 millones de pasajeros al año, y es una estupenda forma de llegar a la ciudad. Existe un autobús, el nº 124, que lleva desde el aeropuerto al centro de la ciudad. También el autobús nº 105 conecta el aeropuerto con la estación de autobuses de Sochi (el trayecto cuesta unos 50 rublos). El viaje en taxi cuesta unos 600 rublos.
- En tren: Es posible llegar en tren a Sochi desde Moscú, aunque el trayecto dura nada menos que cerca de 24 horas. Aunque un largo viaje, también es muy bonito, por los bellos paisajes que se cvontemplan desde la ventanilla del tren.
- Transporte público y taxis: Sochi no cuenta con un servicio de taxis como en muchas otras ciudades en otros países. Allí es costumbre usar los llamados taxis privados, que no son otra cosa que coches particulares en los que los conductores llevan a la gente a donde desean para ganar un dinero extra. Si bien no es una práctica legal, sí es una forma muy común de moverse por la ciudad por los propios residentes.
Presentación
Situada a los pies del Mar Negro, Sochi es una gran ciudad situada en la región de Kasnodar. Tiene una población de 328.000 habitantes y posee una de las áreas metropolitanas más larga del mundo (la ciudad y los pueblos de alrededor se extienden a lo largo de 146 km.). Sochi es un destino turístico importante dentro del país, ya desde principios del siglo XX. De hecho, Stalin tenía en los alrededores de la ciudad su dacha (o casa de vacaciones) predilecta. Y es que los más de cuatro millones de turistas que llegan cada año a Sochi pueden disfrutar del sol y las playas (el clima es húmedo subtropical, de temperaturas suaves en invierno y templadas en verano), además de unos balnearios de primer orden, gracias a las aguas medicinales de la zona. La naturaleza en estado puro, y las montañas del Cáucaso Norte frente a la costa son otros de los alicientes que convierten a Sochi en un lugar mágico.
La localidad de Sochi pertenece (de mayor a menor) al distrito Southern, a la región Krasnodar krai y a la área Sochi.
La localidad de Sochi cubre 3.508 km², tiene 337.947 habitantes (censo 2009) y una densidad de 96,34 habitantes por km².
El actual alcade de Sochi es Anatoli Pakhomov.
El nombre francés de la localidad es Sotchi.
La localidad de Sochi fue fundada en 1838. La página web de Sochi es http://www.sochiadm.ru
Visitas destacadas
Es uno de los mejores museos de la ciudad, emplazado en un edificio histórico que se construyó en torno a 1938 para servir como centro administrativo al Comité Ejecutivo Central Panruso de la URSS. Actualmente el palacete que albergaba tal institución ya desaparecida es, desde 1971, el Museo de Arte de la ciudad (Kurortni prospekt, 51). En él se guardan obras de arte de gran relevancia, así como otras colecciones interesantes: objetos de plata antigua, antiguos iconos rusos, armas de blancas que datan de los siglos I y II d. C., cuadros y dibujos y objetos artísticos de los siglos XIX, XX y XXI. Entre las muchas obras interesantes que se pueden contemplar en el museo, destacan algunos cuadros de artistas como Ayvazovski, Polenov o Serov, entre otros. Horario: de 9:00 a 18:00 h. Precio: entrada adultos, 4,8 €. Niños, 2,5 €.
El gran interés turístico suscitado por la ciudad desde comienzos del siglo XX tuvo su reflejo, no sólo en los miles de visitantes que se acercaban hasta alli, sino también en que la ciudad fue elegida por el gobernante Iósif Stalin para establecer allí su casa de vacaciones (Kurortni Prospekt, 120). Se trata de una dacha que fue construida en el año 1936, especialmente para uso y disfrute del mandatario ruso, quien comenzó a disfrutarla un año más tarde. En ella se conservan los espacios tal y como eran en aquella época, e incluso se pueden contemplar algunos objetos personales de Stalin. Destaca la sala de cine en la que el gobernante gustaba de ver películas de Charles Chaplin. Se dice que el proyecto original de la dacha contemplaba la construcción de una fuente en el patio, que llegó a construirse. Sin embargo, fue eliminada por orden del jefe de la seguridad personal de Stalin, quien pensó que el ruido del agua amortiguaría el sonido de los pasos de posibles atacantes. Horario: abre todos los días. Precio: entrada general, 7,2 €.
Nikolái Ostrovski fue un destacado escritor soviético que también fu combatiente en la Primera Guerra Mundial. Fue en la ciudad de Sochi donde escribió la que fue su novela más famosa, Así se templó el acero, un libro clave en la literatura comunista. Quizá por esto la ciudad acoge este museo (Pável Korchaguin, 4) dedicado a esta célebre figura, donde se guardan algunos de los objetos personales de Ostrovski, así como los muebles que usó mientras residió en la ciudad. El museo transmite al visitante la esencia más soviética de Sochi, la que se respiraba en la ciudad en la década de 1930. El museo recibe hoy un gran número de visitantes que quieren asistir curiosos a la recreación de la vida soviética. Horario: de 10:00 a 17:30 h. Precio: entrada adultos, 1,20 €; niños, 0,5 €.
Un hermoso cañón situado en las inmediaciones de Sochi, que ha sido creado por la acción del río Josta, que fluye entre impresionantes acantilados. Tiene aproximadamente un kilómetro y medio de longitud, e incluye un pequeño lago muy visitado por sus aguas cristalinas. Si se avanza un poco más, se llega a una imponente cascada de cuatro metros de altura. Un torrente impresionante que se localiza en el entorno maravilloso de un bosque de boj y tejos centenarios. La visita a este lugar puede convertirse en una de las excursiones más gratificantes que pueden hacerse en Sochi. Uno de los rincones más sorprendentes del desfiladero es el conocido como Chertovy Vorota (las puertas del Diablo), un cañón que debe su nombre a lo que ocurre allí en la época de lluvias torrenciales, cuando el agua puede alcanzar más de tres metros de altura. Precio: la entrada al desfiladero de Navalishenskoe cuesta 2 €. La entrada al cañón de Chertovy Vorota cuesta 10 € a adultos y 6 € a niños.
Es otra de las cosas que no hay que perderse en Sochi, los maravillosos Acantilados del Águila o Orlinie Skali. Se trata de unos impresionantes acantilados de roca blanca de unos 380 metros de altitud, desde los que se puede contemplar una de las vistas más bellas del mar Negro y de la cercana Cordillera de Ajún. Al parecer, se trataba de un lugar de anidación de las águilas, lo que le dio nombre a los acantilados. También se cuenta una leyenda que relaciona este mágico lugar con uno de los héroes de la Antigua Grecia, Prometeo. Se dice que fue en el Acantilado de las Águilas donde Prometeo fue encadenado por haber robado el fuego de los Dioses. De hecho, en la parte más alta del acantilado hay una estatua de Prometeo encadenado. Desde allí es posible descender a las cataratas del río Agura, muy hermosas. Se trata de tres grandes cataratas que constan de varias cascadas de hasta 23 metros. Precio: acceder a este paraje natural de increíble belleza cuesta 2 €. Niños menores de 10 años, gratis.
Con una longitud de más de 11 km., las cuevas Vorontsovskie son las más extensas de todo el país. Se localizan cerca de la ciudad de Sochi, a unos 20 km. de distancia, y merece la pena acercarse hasta ellas. Constan de tres zonas principales que se comunican por estrechos pasajes. Una de las grutas más impresionantes es la que se conoce como Prometeo, con 120 m. de largo y 20 de alto, y espectaculares estalactitas y estalagmitas. Precio: entrada general, 2 €. Niños menores de 10 años, gratis.
Se trata de un paraje natural único localizado en los alrededores de la ciudad de Sochi, cerca del pueblo de Kepsha. Un lugar emblemático conocido por sus magníficos manantiales de agua mineral, de primera calidad. La ruta se convierte en una de las excursiones más recomendables para hacer desde Sochi, a lo largo de la cual existen numerosos establecimientos típicos y cafeterías al más puro estilo caucásico. Allí los turistas podrán degustar miel de las montañas y un sinfín de fuertes licores tradicionales.
Muy cerca de Sochi encontramos las maravillosas montañas que forman la Cordillera de Ajún. Y el monte del mismo nombre, de 663 m. de altitud, que está cubierto totalmente por un bosque denso de altos árboles. El mandatario Iósif Stalin mandó trazar un camino que subiese hasta la cumbre, ya que adoraba pasear por el Ajún. La senda tiene 11 kilómetros y asciende hasta la cima. Un año después de crearse el camino, se levantó una torre de observación construida de piedra. Hoy el camino hasta el Ajún es una de las rutas preferidas por los turistas y también por los habitantes de la zona. Horario: la torre está abierta al público durante todo el año. Precio: entrada general, 2 €. Niños menores de 10 años, gratis.
Es uno de los parajes más bellos de la región. Un bosque centenario poblado de tejos y ejemplares de boj que se alza como un auténtico monumento natural que el visitante no puede dejar de descubrir. Los antiquísimos árboles exhiben sus densas copas sobre un suelo cubierto de fresco musgo. Es curioso observar un tejo de unos 30 metros de altura del que se dice que tiene más de 1.000 años, o un haya de cerca de cuatro siglos de antigüedad. En el bosque hay dos rutas de senderismo muy especiales: el anillo menor, con 1.800 m. de longitud, y el anillo mayor, que traza un recorrido de unos 5 km.
¿Cómo llegar?
- En avión: el Aeropuerto Internacional de Sochi, situado en la zona de Adler, a unos 25 km. de la ciudad, recibe a unos 2 millones de pasajeros al año, y es una estupenda forma de llegar a la ciudad. Existe un autobús, el nº 124, que lleva desde el aeropuerto al centro de la ciudad. También el autobús nº 105 conecta el aeropuerto con la estación de autobuses de Sochi (el trayecto cuesta unos 50 rublos). El viaje en taxi cuesta unos 600 rublos.
- En tren: Es posible llegar en tren a Sochi desde Moscú, aunque el trayecto dura nada menos que cerca de 24 horas. Aunque un largo viaje, también es muy bonito, por los bellos paisajes que se cvontemplan desde la ventanilla del tren.
- Transporte público y taxis: Sochi no cuenta con un servicio de taxis como en muchas otras ciudades en otros países. Allí es costumbre usar los llamados taxis privados, que no son otra cosa que coches particulares en los que los conductores llevan a la gente a donde desean para ganar un dinero extra. Si bien no es una práctica legal, sí es una forma muy común de moverse por la ciudad por los propios residentes.