Presentación
Ovronnaz es un pequeño centro turístico en el corazón de los Alpes. Está situado a 10 kilómetros del pueblo de Leytron, en Suiza, en el cantón de Valais. La ciudad más grande de referencia es Ginebra, a 150 km. Cuenta con una importante instalación de baños termales y un pequeña estación de esquí. Aunque solo tiene 25 kilómetros de pistas es uno de los lugares más tranquilos y agradables para practicar el deporte blanco en familia, ya que no concentra las aglomeraciones de otros dominios esquiables y además no ofrece dificultad técnica alguna. Además, se puede combinar esta actividad con la del termalismo: no hay mayor lujo que tomar un buen baño de burbujas para relajar cuerpo y mente después de haber pasado el día en la nieve. Combinar estos dos placeres, el deporte y el relax, en un marco de excepción como este fascinante entorno montañoso: ¿se puede pedir más?: Ovronnaz lo reúne todo.
Visitas destacadas
La cordillera de los Muverans protegen y rodean Ovronnaz. La estación está a la derecha del valle del Ródano. Este circo montañoso con crestas espectaculares no tiene, sin embargo, picos con alturas excesivas, siendo la mayor de unos 2.500 metros. Con unos 25 kilómetros esquiables, dispone de quince pistas entre negras, rojas y azules (las dos últimas son las más numerosas), dos telesillas y seis telesquís. Y lo mejor de este dominio es que está al alcance de cualquier esquiador, tanto veterano como principiante. Hay descensos muy sencillos y otros mas complicados, pero sin llegar nunca a pendientes innaccesibles en esta cordillera prealpina. La más exigente está en la zona de Tsantonnaire. Si además de practicar esquí alpino, se prefiere el esquí de fondo, también hay posibilidad de conocer de esta forma la región. Hay una red de senderos bien delimitados tanto para realizar este deporte como para caminar con raquetas. El trineo ¡cómo no! es otro medio de transporte muy popular en una zona cubierta de nieve la mitad del año. Un paseo en un entorno tan bello es todo un placer para los sentidos.
Darse un baño en una piscina a 38 grados de temperatura rodeados de un paisaje nevado, ¿no es un lujo? Lo que más fama ha dado a Ovronnaz no son sus dominios esquiables, pequeños comparados con otras estaciones en la misma Suiza y la cercana Austria, sino su balneario. El centro termal "Thermalp les Bains" ofrece un completo programa con diversos servicios terapéuticos y de belleza. Está abierto todo el año y se compone de dos piscinas, una cubierta y dos al aire libre frente a las imponente montañas. También cuenta con jacuzzi, sala de masajes... Numerosas tumbonas forman el centro de esta área de baños de 3.500 m2. La temperatura del agua oscila entre los 32 y 35 grados centígrados. Desde las instalaciones las vistas panorámicas acrecientan esa sensación de relax y tranquilidad. En invierno se ofrecen paquetes especiales de esquí y baño, una combinación que armoniza perfectamente el deporte y el descanso. Además también hay gimnasio, atención médica y fisioterapia, al igual que shiatsu, drenajes linfáticos, circuitos Kneipp... Y todo tipo de tratamientos cosméticos: faciales, anticelulíticos, ayurveda...
Muy cerca de Ovronnaz, rodeada de montañas y viñedos está Martigny, tierra cálida y acogedora. Por este pasillo natural hacia los puertos de Simplon, Gran San Bernardino y Forclaz, también pasaron en la antigüedad numerosos pueblos. Habitada por los galos, no será hasta el siglo XIV a.C. cuando las legiones imperiales romanas conquisten la zona de Valais. Encontramos los diversos vestigios de este pasado en Martigny, entre los que destaca su magnífico anfiteatro y sus termas romanas. Al sur de la ciudad se localizan las ruinas de un santuario dedicado al dios Mithra, construido en el siglo II d.C. Dos mil años después de albergar las luchas de gladiadores, el anfiteatro es el mismo escenario de otro popular espectáculo que tiene lugar en nuestros días: las luchas de las vacas Eringen, que se celebran a principios de octubre. Martigny también conserva los pintorescos barrios históricos de La Bâtiaz y Vieux-Bourg que concentran iglesias y edificios civiles. La Fundación Pierre Gianadda es el centro cultural más importante de la ciudad. Acoge el Museo Galo-Romano. Exhibe objetos hallados en las excavaciones arqueológicas. Entre sus mayores atractivos, están los famosos Grandes Bronces de Octodure, algunos objetos del Tesoro de la Délèze o una réplica de la Venus de Cnido de Praxíteles. El bronce del toro tricornio, animal sagrado de los galos, fue hallado en 1883 en el emplazamiento de la basílica del foro de Octodure.
Sion tiene 7.000 años de historia y ha sido colonia italiana, alemana y francesa. Hoy es la capital del Valais y su centro administrativo. Una ciudad moderna y bien equipada que guarda con celo su increíble patrimonio arquitectónico. Desde los lejos se distinguen las siluetas de sus castillos coronando sus dos colinas, el castillo de Tourbillon y el Castillo de Valeria. La Iglesia del Castillo de Valeria cuenta con uno de los órganos más antiguos del mundo. Además de la catedral del siglo XIII, de estilo gótico, el casco histórico de la ciudad vieja es particularmente interesantes, con monumentos encantadores que dan a conocer la historia de una de las localidades más antiguas de Suiza. Por otro lado, Sion se encuentra en medio de una de las regiones vitivinícolas más importantes del país. Aquí se elabora el Fendant, vino blanco de la región. Regadas las viñas a través de canales realizados en las laderas de las montañas, estos canales se denominan "Bisses" ("Suonen" en alemán). Los deliciosos paseos a lo largo de ellos son una especialidad turística de la región de Valais. Sion es un punto de partida ideal para explorar la región en verano y las ciudades de vacaciones de invierno y los balnearios termales cercanos.
Suiza es un país para disfrutar de su paisaje a paso lento, en contacto directo con la naturaleza. A pesar de su perfil montañoso y sus fuertes pendientes, una de las formas más tradicionales de hacerlo es sobre una bicicleta. En Suiza hay pasión por el ciclismo. Un tour ciclista que es un clásico ya en la zona de Ovronnaz es la subida hasta el Col de Forcle. Se trata de un recorrido circular de unas dos o tres horas que se puede realizar para disfrutar a lo grande del paisaje alpino. Por supuesto, solo se podrá llevar a término desde el mes de junio hasta el de octubre, en los que la nieve se ha retirado dejando paso a prados de un verde luminoso. Se sale desde el Ovronnaz y se regresa al punto de partida. La exigencia de la ruta no es muy alta, se puede considerar de dificultad media, tanto desde el punto de vista técnico como del esfuerzo físico. La distancia total es de 22,6 km en un desnivel que va desde los 1.200 metros a los 2.200 metros de ascenso continuado. Las panorámicas son espectaculares en la subida al Col de Forcle por una de sus caras y la bajada por la otra. La recompensa estará no solo es la bellísima ruta sino también en el final del camino, donde espera un buen baño termal o una excelente cena en alguno de los restaurantes de Ovronnaz o de sus alrededores.
Caminar por los senderos alpinos es una de las actividades más recomendables tanto en verano como en invierno. Desde Ovronnaz se extienden 20 kilómetros de caminos bien marcados. A los aficionados a las raquetas de nieve les esperan 11 kilómetros de trails también perfectamente señalizados. Pero si el “kilometraje” se queda corto, se puede emprender la subida a la gran Chavalard, o realizar el Tour de Muverans. Son 50-60 kilómetros en varias etapas. Aunque también se puede recorrer esta cordillera por sus distintos caminos sin necesidad de completarla. Hay rutas para todos los niveles de dificultad y de exigencia. La experiencia merece la pena.
El Grand Muveran es una montaña suiza que se eleva a 3.051 metros y está situada en la frontera entre el cantón de Vaud y el cantón de Valais. Es parte de la cadena de los Alpes berneses, extendiéndose a los picos de Morcles, al macizo Diablerets a través del vallon de Nant. El Grand Muveran domina la estación de Ovronnaz y puede verse desde el valle, a la altura de Riddes. El Muveran Petit está un poco más hacia el suroeste y se eleva a 2.810 metros. Los dos picos son fácilmente reconocibles desde el norte: el Grand Muveran formando una pared amplia y sólida y el Petit Muveran que se asemeja a un “diente” pequeño. Son visibles desde lejos, desde la región de Chablais Lausanne.
Casitas de madera con tejado a dos aguas, chimeneas humeantes, balcones con flores... No hay imagen más idílica que la de una cabaña alpina en mitad de las montañas. En la zona de Ovronnaz y en todo el valle por extensión el paisaje queda salpicado por estas construcciones típicas que se han reconvertido en hoteles y restaurantes que dan morada al peregrino y comida al hambriento. Están situadas a lo largo de los recorridos de mayor paso. En el Tour de Muveran se pueden encontrar estas cabañas cada pocos kilómetros para que los senderistas hagan noche y repongan fuerzas después de las caminatas. No hay que dejar de visitar algunas de ellas: son un ejemplo de arquitectura y gastronomía en la zona.
Además de montañas, el cantón de Valais ofrece valles espectaculares, cubiertos de viñedos y de huertos. Es conocida la tradición vinícola en la zona, con la elaboración de vino Fendant. No hay que perderse un recorrido por las bodegas de Leytron, el pueblecito del que depende administrativamente Ovronnaz y que está a tan solo 10 km, para degustar sus deliciosos caldos. Ni tampoco dejar de visitar la quesería de Loutze, a 1.800 metros de altitud, desde donde se domina toda la región y se puede probar la exquisita fondue de tomate, una variedad típica del Valais que se come con patatas, o llegar hasta Martigny y acercarse a la destilería Morand.. Valais es un paraíso del deporte y la buena mesa.
¿Cómo llegar?
Por avión: El aeropuerto más cercano es el de Ginebra, a 140 kilómetros.
www.gva.ch
Desde aquí en coche sólo se tarda una hora y media, también se puede llegar en tren y autobús desde el mismo aeropuerto (dos horas) con el SwissPass que mejor se adapte al programa de viaje. Se compran en agencias de viaje.
En Suiza, el transporte público ("Swiss Travel System") está unificado, pudiendo tomar trenes, autobuses o barcos usando un mismo billete, siempre y cuando los medios de transporte pertenezcan a la red pública del "Swiss Travel System". www.swisstravelsystem.es
Para consultar los horarios de cualquier transporte público de Suiza: www.sbb.ch/en/index.htm (enlace oficial en inglés).
Para información sobre autobuses, trenes o cualquier otro medio de transporte internacional o regional: www.myswitzerland.com
Presentación
Ovronnaz es un pequeño centro turístico en el corazón de los Alpes. Está situado a 10 kilómetros del pueblo de Leytron, en Suiza, en el cantón de Valais. La ciudad más grande de referencia es Ginebra, a 150 km. Cuenta con una importante instalación de baños termales y un pequeña estación de esquí. Aunque solo tiene 25 kilómetros de pistas es uno de los lugares más tranquilos y agradables para practicar el deporte blanco en familia, ya que no concentra las aglomeraciones de otros dominios esquiables y además no ofrece dificultad técnica alguna. Además, se puede combinar esta actividad con la del termalismo: no hay mayor lujo que tomar un buen baño de burbujas para relajar cuerpo y mente después de haber pasado el día en la nieve. Combinar estos dos placeres, el deporte y el relax, en un marco de excepción como este fascinante entorno montañoso: ¿se puede pedir más?: Ovronnaz lo reúne todo.
Visitas destacadas
La cordillera de los Muverans protegen y rodean Ovronnaz. La estación está a la derecha del valle del Ródano. Este circo montañoso con crestas espectaculares no tiene, sin embargo, picos con alturas excesivas, siendo la mayor de unos 2.500 metros. Con unos 25 kilómetros esquiables, dispone de quince pistas entre negras, rojas y azules (las dos últimas son las más numerosas), dos telesillas y seis telesquís. Y lo mejor de este dominio es que está al alcance de cualquier esquiador, tanto veterano como principiante. Hay descensos muy sencillos y otros mas complicados, pero sin llegar nunca a pendientes innaccesibles en esta cordillera prealpina. La más exigente está en la zona de Tsantonnaire. Si además de practicar esquí alpino, se prefiere el esquí de fondo, también hay posibilidad de conocer de esta forma la región. Hay una red de senderos bien delimitados tanto para realizar este deporte como para caminar con raquetas. El trineo ¡cómo no! es otro medio de transporte muy popular en una zona cubierta de nieve la mitad del año. Un paseo en un entorno tan bello es todo un placer para los sentidos.
Darse un baño en una piscina a 38 grados de temperatura rodeados de un paisaje nevado, ¿no es un lujo? Lo que más fama ha dado a Ovronnaz no son sus dominios esquiables, pequeños comparados con otras estaciones en la misma Suiza y la cercana Austria, sino su balneario. El centro termal "Thermalp les Bains" ofrece un completo programa con diversos servicios terapéuticos y de belleza. Está abierto todo el año y se compone de dos piscinas, una cubierta y dos al aire libre frente a las imponente montañas. También cuenta con jacuzzi, sala de masajes... Numerosas tumbonas forman el centro de esta área de baños de 3.500 m2. La temperatura del agua oscila entre los 32 y 35 grados centígrados. Desde las instalaciones las vistas panorámicas acrecientan esa sensación de relax y tranquilidad. En invierno se ofrecen paquetes especiales de esquí y baño, una combinación que armoniza perfectamente el deporte y el descanso. Además también hay gimnasio, atención médica y fisioterapia, al igual que shiatsu, drenajes linfáticos, circuitos Kneipp... Y todo tipo de tratamientos cosméticos: faciales, anticelulíticos, ayurveda...
Muy cerca de Ovronnaz, rodeada de montañas y viñedos está Martigny, tierra cálida y acogedora. Por este pasillo natural hacia los puertos de Simplon, Gran San Bernardino y Forclaz, también pasaron en la antigüedad numerosos pueblos. Habitada por los galos, no será hasta el siglo XIV a.C. cuando las legiones imperiales romanas conquisten la zona de Valais. Encontramos los diversos vestigios de este pasado en Martigny, entre los que destaca su magnífico anfiteatro y sus termas romanas. Al sur de la ciudad se localizan las ruinas de un santuario dedicado al dios Mithra, construido en el siglo II d.C. Dos mil años después de albergar las luchas de gladiadores, el anfiteatro es el mismo escenario de otro popular espectáculo que tiene lugar en nuestros días: las luchas de las vacas Eringen, que se celebran a principios de octubre. Martigny también conserva los pintorescos barrios históricos de La Bâtiaz y Vieux-Bourg que concentran iglesias y edificios civiles. La Fundación Pierre Gianadda es el centro cultural más importante de la ciudad. Acoge el Museo Galo-Romano. Exhibe objetos hallados en las excavaciones arqueológicas. Entre sus mayores atractivos, están los famosos Grandes Bronces de Octodure, algunos objetos del Tesoro de la Délèze o una réplica de la Venus de Cnido de Praxíteles. El bronce del toro tricornio, animal sagrado de los galos, fue hallado en 1883 en el emplazamiento de la basílica del foro de Octodure.
Sion tiene 7.000 años de historia y ha sido colonia italiana, alemana y francesa. Hoy es la capital del Valais y su centro administrativo. Una ciudad moderna y bien equipada que guarda con celo su increíble patrimonio arquitectónico. Desde los lejos se distinguen las siluetas de sus castillos coronando sus dos colinas, el castillo de Tourbillon y el Castillo de Valeria. La Iglesia del Castillo de Valeria cuenta con uno de los órganos más antiguos del mundo. Además de la catedral del siglo XIII, de estilo gótico, el casco histórico de la ciudad vieja es particularmente interesantes, con monumentos encantadores que dan a conocer la historia de una de las localidades más antiguas de Suiza. Por otro lado, Sion se encuentra en medio de una de las regiones vitivinícolas más importantes del país. Aquí se elabora el Fendant, vino blanco de la región. Regadas las viñas a través de canales realizados en las laderas de las montañas, estos canales se denominan "Bisses" ("Suonen" en alemán). Los deliciosos paseos a lo largo de ellos son una especialidad turística de la región de Valais. Sion es un punto de partida ideal para explorar la región en verano y las ciudades de vacaciones de invierno y los balnearios termales cercanos.
Suiza es un país para disfrutar de su paisaje a paso lento, en contacto directo con la naturaleza. A pesar de su perfil montañoso y sus fuertes pendientes, una de las formas más tradicionales de hacerlo es sobre una bicicleta. En Suiza hay pasión por el ciclismo. Un tour ciclista que es un clásico ya en la zona de Ovronnaz es la subida hasta el Col de Forcle. Se trata de un recorrido circular de unas dos o tres horas que se puede realizar para disfrutar a lo grande del paisaje alpino. Por supuesto, solo se podrá llevar a término desde el mes de junio hasta el de octubre, en los que la nieve se ha retirado dejando paso a prados de un verde luminoso. Se sale desde el Ovronnaz y se regresa al punto de partida. La exigencia de la ruta no es muy alta, se puede considerar de dificultad media, tanto desde el punto de vista técnico como del esfuerzo físico. La distancia total es de 22,6 km en un desnivel que va desde los 1.200 metros a los 2.200 metros de ascenso continuado. Las panorámicas son espectaculares en la subida al Col de Forcle por una de sus caras y la bajada por la otra. La recompensa estará no solo es la bellísima ruta sino también en el final del camino, donde espera un buen baño termal o una excelente cena en alguno de los restaurantes de Ovronnaz o de sus alrededores.
Caminar por los senderos alpinos es una de las actividades más recomendables tanto en verano como en invierno. Desde Ovronnaz se extienden 20 kilómetros de caminos bien marcados. A los aficionados a las raquetas de nieve les esperan 11 kilómetros de trails también perfectamente señalizados. Pero si el “kilometraje” se queda corto, se puede emprender la subida a la gran Chavalard, o realizar el Tour de Muverans. Son 50-60 kilómetros en varias etapas. Aunque también se puede recorrer esta cordillera por sus distintos caminos sin necesidad de completarla. Hay rutas para todos los niveles de dificultad y de exigencia. La experiencia merece la pena.
El Grand Muveran es una montaña suiza que se eleva a 3.051 metros y está situada en la frontera entre el cantón de Vaud y el cantón de Valais. Es parte de la cadena de los Alpes berneses, extendiéndose a los picos de Morcles, al macizo Diablerets a través del vallon de Nant. El Grand Muveran domina la estación de Ovronnaz y puede verse desde el valle, a la altura de Riddes. El Muveran Petit está un poco más hacia el suroeste y se eleva a 2.810 metros. Los dos picos son fácilmente reconocibles desde el norte: el Grand Muveran formando una pared amplia y sólida y el Petit Muveran que se asemeja a un “diente” pequeño. Son visibles desde lejos, desde la región de Chablais Lausanne.
Casitas de madera con tejado a dos aguas, chimeneas humeantes, balcones con flores... No hay imagen más idílica que la de una cabaña alpina en mitad de las montañas. En la zona de Ovronnaz y en todo el valle por extensión el paisaje queda salpicado por estas construcciones típicas que se han reconvertido en hoteles y restaurantes que dan morada al peregrino y comida al hambriento. Están situadas a lo largo de los recorridos de mayor paso. En el Tour de Muveran se pueden encontrar estas cabañas cada pocos kilómetros para que los senderistas hagan noche y repongan fuerzas después de las caminatas. No hay que dejar de visitar algunas de ellas: son un ejemplo de arquitectura y gastronomía en la zona.
Además de montañas, el cantón de Valais ofrece valles espectaculares, cubiertos de viñedos y de huertos. Es conocida la tradición vinícola en la zona, con la elaboración de vino Fendant. No hay que perderse un recorrido por las bodegas de Leytron, el pueblecito del que depende administrativamente Ovronnaz y que está a tan solo 10 km, para degustar sus deliciosos caldos. Ni tampoco dejar de visitar la quesería de Loutze, a 1.800 metros de altitud, desde donde se domina toda la región y se puede probar la exquisita fondue de tomate, una variedad típica del Valais que se come con patatas, o llegar hasta Martigny y acercarse a la destilería Morand.. Valais es un paraíso del deporte y la buena mesa.
¿Cómo llegar?
Por avión: El aeropuerto más cercano es el de Ginebra, a 140 kilómetros.
www.gva.ch
Desde aquí en coche sólo se tarda una hora y media, también se puede llegar en tren y autobús desde el mismo aeropuerto (dos horas) con el SwissPass que mejor se adapte al programa de viaje. Se compran en agencias de viaje.
En Suiza, el transporte público ("Swiss Travel System") está unificado, pudiendo tomar trenes, autobuses o barcos usando un mismo billete, siempre y cuando los medios de transporte pertenezcan a la red pública del "Swiss Travel System". www.swisstravelsystem.es
Para consultar los horarios de cualquier transporte público de Suiza: www.sbb.ch/en/index.htm (enlace oficial en inglés).
Para información sobre autobuses, trenes o cualquier otro medio de transporte internacional o regional: www.myswitzerland.com