Presentación
Nessebar, la antigua Mesembria, es una ciudad llena de arte e historia. Se enclava en Bulgaria, en la provincia de Burgas, a orillas del Mar Negro, y es uno de los atractivos turísticos más importantes del país. Además de su casco antiguo, Patrimonio de la Humanidad, los alrededores de Nessebar están repletos de playas maravillosas que son un auténtico reclamo para los turistas. Pasear por sus callecitas estrechas y pequeñas plazas mientras se admira su destacado patrimonio arquitectónico es uno de los placeres que nos ofrece la ciudad. Además, su benigno clima, de veranos cálidos y secos e inviernos suaves, hacen que cualquier época del año sea un buen momento para visitar Nessebar.
Visitas destacadas
El corazón de la ciudad, su casco antiguo, es su tesoro más preciado. Un cúmulo de callejuelas y plazas repleto de monumentos histórico-artísticos que hacen las delicias de los amantes del arte y la arquitectura. De hecho, es tal su importancia cultural que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1983. La parte más antigua de Nessebar se alza en una península de roca que se une a la costa por un estrecho paso construido de forma artificial. Gran parte de la ciudad vieja se ha hundido en el mar, aunque aún queda mucho por descubrir. Una de las mejores joyas del casco antiguo son los restos de las murallas romanas, que se han mantenido en pie desde hace siglos y siglos, manteniéndose a lo largo de la historia, en las épocas de dominación bizantina, búlgara y otomana por las que pasó la ciudad. Las muchas iglesias de Nessebar son otro de sus mayores alicientes. Esta parte de la ciudad exhibe también imponentes casas de los siglos XVIII y XIX, que merece la pena pararse a contemplar.
Muy cerca del centro de Nessebar, y dentro de su término municipal, está Sunny Beach, el mayor complejo turístico búlgaro en el Mar Negro. Reúne más de 200 hoteles que hierven de actividad en temporada alta, cuando cientos de turistas acuden hasta allí para disfrutar de unos días de sol. La playa principal de Sunny Beach es realmente maravillosa: 8 kilómetros de arena fina y dorada y dunas naturales que conforman un paisaje espectacular, y que van trazando una bahía con forma de media luna. Al fondo se divisa la montaña Stara Planina. Esta maravillosa playa hace gala de unas aguas limpias y tranquilas, cuya temperatura oscila entre los 20 y los 26ºC, por lo que es un lugar perfecto para familias con niños pequeños. De hecho, ostenta el distintivo de calidad de la Bandera Azul. Además, la zona cuenta con todas las infraestructuras necesarias en una playa, incluidos varios puestos de socorro, así como restaurantes y bares, y un completo repertorio de actividades para practicar en la propia playa como esquí acuático o paseos en barco.
Algunos de los museos que posee la ciudad de Nessebar se dibujan como una interesante opción cultural de la que disfrutar tras una jornada de playa y actividad al aire libre. Una buena alternativa es el Museo Arqueológico (Mesembriya, 2), uno de los mejores de la ciudad. Esto es así gracias a las importantes excavaciones arqueológicas que se han desarrollado en la zona, y en las que se han encontrado importantes hallazgos y tesoros de la antigua Mesembria. La mayoría de ellos se exhiben hoy en este museo, localizado en la basílica de San Juan Bautista, en pleno casco histórico, donde se hace un completo repaso del pasado griego, tracio y romano de la ciudad. Allí se pueden contemplar diversos objetos de bronce y vasijas. De la Edad Media se exhibe un icono de la Virgen de 1342, con una parte policromada y otra dorada en relieve. De épocas posteriores destaca su rica colección de iconos, que datan del siglo XVI al XIX, y que son un maravilloso ejemplo de una de las artes pictóricas búlgaras más características.
Es una de las zonas verdes más destacadas de la ciudad, con increíbles vistas de la parte antigua y también de la playa. Está localizado al sureste de Nessebar en un amplio terreno de cerca de 27.000 metros cuadrados. Un parque muy especial, lleno de atractivos naturales que lo convierten en el lugar perfecto para pasar un buen rato al aire libre. Dispone de cuatro zonas de juegos para niños, una fuente musical, una cascada de agua, un reloj de sol y amplias zonas de esparcimiento. En el parque se pueden contemplar cuatro tumbas que datan del siglo III a.C., que fueron encontradas mientras se construía el parque. Existe en el parque una fabulosa diversidad de plantas y especies botánicas, todas ellas catalogadas y etiquetadas con su nombre en búlgaro y en inglés, lo que supone un aliciente para los amantes del mundo vegetal. Destacan, sobre todo, las especies autóctonas de la costa del Mar Negro, que alcanzan la cifra de 250 variedades.
La ciudad antigua de Nessebar hace gala de un amplísimo repertorio de iglesias realmente bellas. Se dice que hubo una época en la que llegaron a existir nada menos que 42 iglesias. De ellas, muchas han desaparecido, pero otras fueron descubiertas y conservadas. Algunos de los templos de la ciudad son un maravilloso ejemplo de arte búlgaro y bizantino que merece la pena descubrir. Una de las más importantes es la iglesia de Cristo Pantocrator, edificada en ladrillo y piedra en el siglo XIII. Un friso de cerámica de color verde decora la fachada armoniosa. En el interior, muy sencillo, destaca la cúpula central. Otro templo que merece la pena visitar es la iglesia del Salvador, que data de 1609, época en la que la ciudad estaba bajo dominio otomano. Destacan sus frescos con escenas de los Apóstoles. La iglesia puede visitarse de 10:00 a 17:00 h. Domingos, de 10:00 a 15:00.
Precio de la entrada: 1,55 €. La iglesia de San Esteban, del siglo X, es también visita obligada. La fachada ostenta, como en la iglesia de Cristo Pantocrator, un friso decorativo de cerámica verde. En el interior, destacan los frescos de los siglos XIV y XV. Puede visitarse de 9:00 a 18:00 h., sábados y domingos, de 9:30 a 13:00 h. y de 13:30 a 18:00 h.
Precio de la entrada: 2,55 €.
Es uno de los enclaves turísticos de la zona, a 4 km. de Nessebar. Un lugar de gran belleza salpicado de recoletas calas de aguas azules. El cabo Ravda está rodeado por dos bahías, con partes rocosas y otras de playas de fina arena dorada. En Ravda se dan unas maravillosas condiciones naturales que convierten el lugar en uno de los más bellos de los alrededores. Es fácil llegar a la zona desde Nessebar, ya que existen líneas de autobús que llegan a Ravda.
Uno de los centros turísticos más importantes cerca de Nessebar (a 10 km.) es Sveti Vlas, en la parte norte de la bahía. Es una ciudad tranquila, perfecta para relajarse en un entorno espectacular que combina a la perfección mar y montaña. Un clima muy favorable, con muchísimas horas de sol al cabo del año, y las características óptimas de sus playas, amplias y limpias, hacen de Sveti Vlas un destino ideal para el verano. La playa Central, de un kilómetro de largo, es la mayor de la zona.
Es una de las excursiones más interesantes que pueden hacerse teniendo como punto de partida Nessebar. La zona protegida de Irakli es un paraje natural de unas 42 hectáreas, que está en las inmediaciones de la ciudad de Emona y que llega hasta el cabo Emine. Además de ser un increíble muestrario de la fauna y flora locales, y reunir numerosas especies vegetales de gran rareza, en Irakli hay una espectacular playa salvaje de más de 3 kilómetros de largo que es uno de sus mayores tesoros.
Con más de 60 metros de altura es uno de los más espectaculares acantilados de esta parte del país. Un accidente geográfico de tal belleza que fue declarado Monumento Nacional en 1976. El cabo Emine se toma como referencia para separar la Costa Norte y la Costa Sur del Mar Negro. En los alrededores de esta parte del litoral se estableció una reserva (de unas 50 hectáreas de terreno) con el objetivo de proteger la zona, en especial la flora autóctona. Es una delicia pasear por los alrededores del cabo Emine disfrutando del paisaje y de la gran variedad botánica que posee.
¿Cómo llegar?
- Por carretera: la red viaria búlgara dispone de carreteras internacionales que unen el Oriente y el Norte de Europa con el Sur. Las carreteras nacionales están en perfectas condiciones, por lo que no es difícil llegar a Nessebar por carretera.
- En avión: para viajar a Nessebar desde otros países, la forma más habitual es volar hasta el Aeropuerto de Burgas, a unos 25 km. En temporada alta hay vuelos regulares a la mayoría de capitales europeas.
- En autobús: existe un servicio regular de autobús entre Burgas y Nessebar. El trayecto tarda unos 45 minutos y los autobuses salen con una frecuencia de 20 minutos. Existen líneas de autobús de larga distancia a las ciudades más destacadas del país, con conexión a otros destinos de Europa. Además, Nessebar está conectado por autobús con las localidades de los alrededores.
- Transporte público y taxis: es perfectamente recomendable conocer la ciudad a pie, paseando por sus calles y plazas. De hecho, las calles de la ciudad vieja y sus alrededores son bastante estrechas, por lo que no conviene conducir por ellas. Si se dispone de un coche, lo mejor es aparcarlo en las afueras de la ciudad. El taxi es otra opción para moverse por la zona. La tarifa regular es de 1,53 € por kilómetro.
Presentación
Nessebar, la antigua Mesembria, es una ciudad llena de arte e historia. Se enclava en Bulgaria, en la provincia de Burgas, a orillas del Mar Negro, y es uno de los atractivos turísticos más importantes del país. Además de su casco antiguo, Patrimonio de la Humanidad, los alrededores de Nessebar están repletos de playas maravillosas que son un auténtico reclamo para los turistas. Pasear por sus callecitas estrechas y pequeñas plazas mientras se admira su destacado patrimonio arquitectónico es uno de los placeres que nos ofrece la ciudad. Además, su benigno clima, de veranos cálidos y secos e inviernos suaves, hacen que cualquier época del año sea un buen momento para visitar Nessebar.
Visitas destacadas
El corazón de la ciudad, su casco antiguo, es su tesoro más preciado. Un cúmulo de callejuelas y plazas repleto de monumentos histórico-artísticos que hacen las delicias de los amantes del arte y la arquitectura. De hecho, es tal su importancia cultural que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1983. La parte más antigua de Nessebar se alza en una península de roca que se une a la costa por un estrecho paso construido de forma artificial. Gran parte de la ciudad vieja se ha hundido en el mar, aunque aún queda mucho por descubrir. Una de las mejores joyas del casco antiguo son los restos de las murallas romanas, que se han mantenido en pie desde hace siglos y siglos, manteniéndose a lo largo de la historia, en las épocas de dominación bizantina, búlgara y otomana por las que pasó la ciudad. Las muchas iglesias de Nessebar son otro de sus mayores alicientes. Esta parte de la ciudad exhibe también imponentes casas de los siglos XVIII y XIX, que merece la pena pararse a contemplar.
Muy cerca del centro de Nessebar, y dentro de su término municipal, está Sunny Beach, el mayor complejo turístico búlgaro en el Mar Negro. Reúne más de 200 hoteles que hierven de actividad en temporada alta, cuando cientos de turistas acuden hasta allí para disfrutar de unos días de sol. La playa principal de Sunny Beach es realmente maravillosa: 8 kilómetros de arena fina y dorada y dunas naturales que conforman un paisaje espectacular, y que van trazando una bahía con forma de media luna. Al fondo se divisa la montaña Stara Planina. Esta maravillosa playa hace gala de unas aguas limpias y tranquilas, cuya temperatura oscila entre los 20 y los 26ºC, por lo que es un lugar perfecto para familias con niños pequeños. De hecho, ostenta el distintivo de calidad de la Bandera Azul. Además, la zona cuenta con todas las infraestructuras necesarias en una playa, incluidos varios puestos de socorro, así como restaurantes y bares, y un completo repertorio de actividades para practicar en la propia playa como esquí acuático o paseos en barco.
Algunos de los museos que posee la ciudad de Nessebar se dibujan como una interesante opción cultural de la que disfrutar tras una jornada de playa y actividad al aire libre. Una buena alternativa es el Museo Arqueológico (Mesembriya, 2), uno de los mejores de la ciudad. Esto es así gracias a las importantes excavaciones arqueológicas que se han desarrollado en la zona, y en las que se han encontrado importantes hallazgos y tesoros de la antigua Mesembria. La mayoría de ellos se exhiben hoy en este museo, localizado en la basílica de San Juan Bautista, en pleno casco histórico, donde se hace un completo repaso del pasado griego, tracio y romano de la ciudad. Allí se pueden contemplar diversos objetos de bronce y vasijas. De la Edad Media se exhibe un icono de la Virgen de 1342, con una parte policromada y otra dorada en relieve. De épocas posteriores destaca su rica colección de iconos, que datan del siglo XVI al XIX, y que son un maravilloso ejemplo de una de las artes pictóricas búlgaras más características.
Es una de las zonas verdes más destacadas de la ciudad, con increíbles vistas de la parte antigua y también de la playa. Está localizado al sureste de Nessebar en un amplio terreno de cerca de 27.000 metros cuadrados. Un parque muy especial, lleno de atractivos naturales que lo convierten en el lugar perfecto para pasar un buen rato al aire libre. Dispone de cuatro zonas de juegos para niños, una fuente musical, una cascada de agua, un reloj de sol y amplias zonas de esparcimiento. En el parque se pueden contemplar cuatro tumbas que datan del siglo III a.C., que fueron encontradas mientras se construía el parque. Existe en el parque una fabulosa diversidad de plantas y especies botánicas, todas ellas catalogadas y etiquetadas con su nombre en búlgaro y en inglés, lo que supone un aliciente para los amantes del mundo vegetal. Destacan, sobre todo, las especies autóctonas de la costa del Mar Negro, que alcanzan la cifra de 250 variedades.
La ciudad antigua de Nessebar hace gala de un amplísimo repertorio de iglesias realmente bellas. Se dice que hubo una época en la que llegaron a existir nada menos que 42 iglesias. De ellas, muchas han desaparecido, pero otras fueron descubiertas y conservadas. Algunos de los templos de la ciudad son un maravilloso ejemplo de arte búlgaro y bizantino que merece la pena descubrir. Una de las más importantes es la iglesia de Cristo Pantocrator, edificada en ladrillo y piedra en el siglo XIII. Un friso de cerámica de color verde decora la fachada armoniosa. En el interior, muy sencillo, destaca la cúpula central. Otro templo que merece la pena visitar es la iglesia del Salvador, que data de 1609, época en la que la ciudad estaba bajo dominio otomano. Destacan sus frescos con escenas de los Apóstoles. La iglesia puede visitarse de 10:00 a 17:00 h. Domingos, de 10:00 a 15:00.
Precio de la entrada: 1,55 €. La iglesia de San Esteban, del siglo X, es también visita obligada. La fachada ostenta, como en la iglesia de Cristo Pantocrator, un friso decorativo de cerámica verde. En el interior, destacan los frescos de los siglos XIV y XV. Puede visitarse de 9:00 a 18:00 h., sábados y domingos, de 9:30 a 13:00 h. y de 13:30 a 18:00 h.
Precio de la entrada: 2,55 €.
Es uno de los enclaves turísticos de la zona, a 4 km. de Nessebar. Un lugar de gran belleza salpicado de recoletas calas de aguas azules. El cabo Ravda está rodeado por dos bahías, con partes rocosas y otras de playas de fina arena dorada. En Ravda se dan unas maravillosas condiciones naturales que convierten el lugar en uno de los más bellos de los alrededores. Es fácil llegar a la zona desde Nessebar, ya que existen líneas de autobús que llegan a Ravda.
Uno de los centros turísticos más importantes cerca de Nessebar (a 10 km.) es Sveti Vlas, en la parte norte de la bahía. Es una ciudad tranquila, perfecta para relajarse en un entorno espectacular que combina a la perfección mar y montaña. Un clima muy favorable, con muchísimas horas de sol al cabo del año, y las características óptimas de sus playas, amplias y limpias, hacen de Sveti Vlas un destino ideal para el verano. La playa Central, de un kilómetro de largo, es la mayor de la zona.
Es una de las excursiones más interesantes que pueden hacerse teniendo como punto de partida Nessebar. La zona protegida de Irakli es un paraje natural de unas 42 hectáreas, que está en las inmediaciones de la ciudad de Emona y que llega hasta el cabo Emine. Además de ser un increíble muestrario de la fauna y flora locales, y reunir numerosas especies vegetales de gran rareza, en Irakli hay una espectacular playa salvaje de más de 3 kilómetros de largo que es uno de sus mayores tesoros.
Con más de 60 metros de altura es uno de los más espectaculares acantilados de esta parte del país. Un accidente geográfico de tal belleza que fue declarado Monumento Nacional en 1976. El cabo Emine se toma como referencia para separar la Costa Norte y la Costa Sur del Mar Negro. En los alrededores de esta parte del litoral se estableció una reserva (de unas 50 hectáreas de terreno) con el objetivo de proteger la zona, en especial la flora autóctona. Es una delicia pasear por los alrededores del cabo Emine disfrutando del paisaje y de la gran variedad botánica que posee.
¿Cómo llegar?
- Por carretera: la red viaria búlgara dispone de carreteras internacionales que unen el Oriente y el Norte de Europa con el Sur. Las carreteras nacionales están en perfectas condiciones, por lo que no es difícil llegar a Nessebar por carretera.
- En avión: para viajar a Nessebar desde otros países, la forma más habitual es volar hasta el Aeropuerto de Burgas, a unos 25 km. En temporada alta hay vuelos regulares a la mayoría de capitales europeas.
- En autobús: existe un servicio regular de autobús entre Burgas y Nessebar. El trayecto tarda unos 45 minutos y los autobuses salen con una frecuencia de 20 minutos. Existen líneas de autobús de larga distancia a las ciudades más destacadas del país, con conexión a otros destinos de Europa. Además, Nessebar está conectado por autobús con las localidades de los alrededores.
- Transporte público y taxis: es perfectamente recomendable conocer la ciudad a pie, paseando por sus calles y plazas. De hecho, las calles de la ciudad vieja y sus alrededores son bastante estrechas, por lo que no conviene conducir por ellas. Si se dispone de un coche, lo mejor es aparcarlo en las afueras de la ciudad. El taxi es otra opción para moverse por la zona. La tarifa regular es de 1,53 € por kilómetro.