Presentación
Situada en la costa del Adriático, Mlini es una ciudad tranquila que presume de un mar en calma que ofrecer a sus visitantes a lo largo de todo el año. La bahía de Zupa era originalmente un lugar de pescadores que, poco a poco, han cedido parte de su terreno a bañistas y turistas cada vez más internacionales.
Mlini es el punto de partida perfecto para visitar Dubrovnik, las ruinas de los alrededores y las islas que parecen desprenderse desde la costa hacia Italia. Una combinación de naturaleza casi virgen, legados de historia y cercanía a una de las ciudades más importantes del país que la convierten en el destino ideal tanto para familias como para viajeros más aventureros.
El clima en Mlini es mediterráneo, con veranos calurosos y secos e inviernos cortos con temperaturas suaves. Mlini se encuentra en el huso horario GMT +1, la moneda de uso es la kuna.
La localidad de Mlini pertenece (de mayor a menor) a la región Dubrovačko-Neretvanska y a la provincia Mlini.
El actual alcade de Mlini es xxxx.
El nombre francés de la localidad es Mlini.
Visitas destacadas
Como en toda ciudad mediterránea, las playas son uno de los principales atractivos de Mlini. No importa qué más pueda ofrecer, su historia, arte o lugares de ocio, siempre que se viaja al Mediterráneo nuestro primer pensamiento va dirigido al momento en que el agua roce por primera vez nuestros pies.
Las playas que ofrece Mlini son pequeñas calas tranquilas, algunas no son fáciles de encontrar y ese es su principal atractivo, el lugar ideal para aquellos que quieran relajarse y disfrutar de la naturaleza en estado casi virgen sin multitud de turistas gritando alrededor. Por norma general las playas de la localidad son de arena fina, pero algunas playas más salvajes están compuestas de pequeños guijarros que otorgan un paisaje diferente. El mar Mediterráneo, templado y calmado, completa la estampa junto con la vegetación cercana que en la mayoría de los casos permite obtener sombra natural en algunos puntos de las playas.
A pesar de estar aisladas y muy cuidadas para que apenas se perciba la mano del hombre, las playas de Mlini ofrecen todo tipo de servicios de restauración, sombrillas y artículos de primera necesidad.
Uno de los placeres de visitar una ciudad pequeña y tranquila es pasear por ella y recorrer, en un momento, las calles de una localidad en proceso de adaptación a los turistas. Comprobar cómo los habitantes de Mlini aún se sorprenden ante los turistas extranjeros, y ver cómo los pescadores realizan parte de su trabajo artesanalmente es una lección de cultura mucho mejor que las que se aprenden dentro de un museo.
La localidad de Mlini gira en torno al puerto y se compone de unas cuantas calles cercanas a la playa. La iglesia de San Hilario, construida en 1449, merece una visita, así como la capilla de San Roch. Ambas iglesias se encuentran muy cerca de la playa. El puerto se encuentra en un entrante al refugio de los vientos, rodeado de edificios y de un paseo marítimo con palmeras y algunos lugares de ocio en los que cenar o tomar un café. Desde cualquier punto de Mlini se puede disfrutar de las vistas del monte Spilan, una montaña rocosa en la que se encontraban los molinos que dieron nombre a la localidad, impulsados por el agua turbulenta del río Zavrelja.
La localidad de Cavtat se encuentra a 12 kilómetros de distancia de Mlini, cuyo principal atractivo se encuentra en los edificios históricos que aún se mantienen desde la época de la República de Dubrovnic. La ciudad fue reconstruida en el siglo XV sobre las ruinas de la antigua Epidaurum, que se había destruido por completo en el siglo VII.
Los edificios que se pueden contemplar hoy en día mezclan el estilo renacentista y el gótico dentro de una estructura muy concreta regulada por los planes de la antigua república. Entre los edificios de mayor interés se encuentran el Palacio del Rector, que hoy en día alberga una biblioteca y un museo etnográfico. Frente al palacio se puede contemplar los restos romanos y griegos encontrados en las excavaciones realizadas en la zona. Junto al palacio se encuentra la iglesia de San Nicolás, construida en estilo barroco y decorada en su interior con cuadros de pintores como Carmelo Reggi y Vlaho Bukovac de gran valor que han hecho que la iglesia albergue también un museo.
Finalmente la Fortaleza Sokol, otra visita imprescindible. Se trata de la fortaleza más importante de los tiempos de la República de Dubrovnic. En esta fortaleza se conservan aún los restos de fortalezas iliria y romanas sobre los que fue construida.
Dede Mlini se debe coger la carretera D8.
Dubrovnik se encuentra a solo 11 kilómetros de distancia de Mlini. Mlini es considerada por muchos de sus visitantes como un barrio residencial en el que descansar bien y tener fácil acceso para visitar Dubrovnik. Esta ciudad croata tiene mucha historia que ofrecer, solo pasear por sus calles y contemplar los edificios antiguos nos trasladan a épocas antiguas.
El recorrido por la ciudad debe comenzar por la muralla, que aún rodea la ciudad, compuesta por 16 torres desde las que se obtienen las mejores vistas de la ciudad y de la costa del Mediterráneo. La muralla se construyó en el siglo X y fue posteriormente reconstruida en el XVII. Una vez recorrida la muralla, que nos llevará aproximadamente una hora y media, se puede acceder a la zona histórica de la ciudad a través de la puerta de Pile que nos llevará hasta la plaza Luza a través de calles rodeadas de edificios aristocráticos y palacios. En la plaza se encuentra el palacio Sponza que posee un magnífico patio con tallas en piedra y la iglesia de San Blas, del siglo XVIII. Finalmente, se debe visitar la catedral de Velika Gospa, construida en 1192 y decorada en su interior por una Asunción pintada por Tizziano.
Desde Mlini se debe coger la carretera D8 para llegar a Dubrovnik.
Molunat es una localidad muy similar a Mlini. Es pequeña, tranquila, un pueblo principalmente de pescadores que en los últimos años acoge cada vez a más turistas. Una visita a Molunat desde Mlini es ideal para continuar disfrutando de la playa y de la tranquilidad pero cambiando de escenario por un día. Aunque Molunat ofrece más de lo que parece a simple vista, ya que es un lugar ideal para practicar deportes como el buceo, surf o bicicleta de montaña.
Molunat se encuentra en una zona de reserva ecológica, por lo que se puede disfrutar de la presencia de plantas y hierbas medicinales típicas de la zona mediterránea. Entre estas extensiones de vegetación se encuentran algunas playas magníficas, pequeñas calas de agua turquesa y arena blanca que no tienen nada que envidiar a las famosas playas del Caribe. No es raro encontrar olmos o cipreses junto al mar, conformando un paisaje poco habitual al que resulta fácil acostumbrarse.
En la línea de costa, cerca de las playas, es muy fácil encontrar restos de construcciones griegas y romanas que demuestran que los asentamientos en la zona son de los más antiguos de Europa.
Desde Mlini se debe tomar la D8 y recorrer 32 kilómetros hacia el sur.
Dice la leyenda que Ulises pasó siete años en la isla Mljet atrapado por los encantos de Calipso, pero quizá decidió quedarse gracias a los encantos de la propia isla. En Mljet predomina la naturaleza, en ella habitan apenas 1.000 habitantes y posee una gran extensión de bosque de pinos. Pero la isla no ofrece solamente maravillas naturales, el monasterio benedictino de Santa María construido en 1151 es la visita más destacada y recuerdo de parte de la historia de Croacia.
Para llegar hasta la isla desde Mlini en primer lugar hay que desplazarse hasta Dubrovnik y allí coger uno de los barcos que llegan a la isla.
La isla de Lokrum es una de las islas más naturales del Mediterráneo. Lokrum no tiene habitantes y está cubierta de plantas exóticas, pinos y cipreses. El agua es limpia y clara e invita al baño, aunque solo los atrevidos bajan por las rocas hasta el agua, ya que la isla no dispone de playas. El espíritu natural de Lokrum se completa con su zona de baño para nudistas. El monasterio benedictino es la única muestra del paso del hombre por la isla, ya que ni siquiera dispone de tiendas o restaurantes.
La isla se encuentra a solo 700 metros del puerto de Dubrovnik del que parten barcos con mucha frecuencia.
La bahía de Mali Ston se encuentra en la desembocadura del río Peljesac, que forma un canal natural en el norte de Croacia cerca de la frontera con Bosnia-Herzegovina. Gracias a que es una zona natural no contaminada, en la zona se encuentran muchos viveros de ostras y mejillones, por lo que la visita a esta zona combina un paseo por la naturaleza y un apartado gastronómico muy interesante. La ciudad de Ston se encuentra al final de la bahía y presenta una estructura medieval con murallas con un gran encanto y valor cultural.
Desde Mlini se debe tomar la D8 hacia el norte y recorrer 66 kilómetros.
Desde Mlini merece la pena acercarse hasta Herceg Novi, cruzando la frontera hasta Montenegro. Herceg Novi es una de las ciudades más turísticas de Montenegro donde uno de los principales atractivos es el castillo Forte Mare, construido en 1382 por el rey de Bosnia. En el casco antiguo se debe visitar también la Torre del Reloj del siglo XIX, la Torre Kanki de origen turco y el Museo Histórico inaugurado en 1953. La bahía de Boka Kotorska en la que se encuentra la ciudad presenta numerosas playas compuestas de guijarros.
Desde Mlini hay que coger la D8 y recorrer 38 kilómetros hacia el sur.
¿Cómo llegar?
En avion: el aeropuerto de Dubrovnik se encuentra a 11 kilómetros de la localidad de Mlini. En este aeropuerto operan, entre otras, las compañías aéreas Croatian Airlines, Germania, Norwegian, Volotea, Finnair, EasyJet, British Airways, Austrian Airlines y Air Serbia.
Desde el aeropuerto se puede coger el servicio de transporte directo hasta Dubrovnik, de la compañía Atlas Buses, que realiza el trayecto cada vez que aterriza un vuelo. El precio del billete sencillo es de 35 kuna.
Atlas Croacia: http://www.atlas-croatia.com/
Por carretera: la carretera D8 recorre la costa de norte a sur y comunica Mlini con el resto de ciudades de la costa croata e incluso con otras ciudades extranjeras cercanas. La carretera M20 se adentra en el continente y comunica con Trebinje y Mostar en Bosnia-Herzegovina. La M16 comunica Mlini con Zagrev.
En autobús: desde Dubrovnic se puede llegar a Mlini con uno de los autobuses urbanos. El precio del billete sencillo es de 15 kuna.
En tren: la red ferroviaria de Croacia se vio muy afectada por la guerra y aún se encuentra en proceso de recuperación, por lo que es preferible evitar este tipo de desplazamientos.
En la ciudad: Mlini es una ciudad pequeña y tranquila, se debe recorrer a pie.
Presentación
Situada en la costa del Adriático, Mlini es una ciudad tranquila que presume de un mar en calma que ofrecer a sus visitantes a lo largo de todo el año. La bahía de Zupa era originalmente un lugar de pescadores que, poco a poco, han cedido parte de su terreno a bañistas y turistas cada vez más internacionales.
Mlini es el punto de partida perfecto para visitar Dubrovnik, las ruinas de los alrededores y las islas que parecen desprenderse desde la costa hacia Italia. Una combinación de naturaleza casi virgen, legados de historia y cercanía a una de las ciudades más importantes del país que la convierten en el destino ideal tanto para familias como para viajeros más aventureros.
El clima en Mlini es mediterráneo, con veranos calurosos y secos e inviernos cortos con temperaturas suaves. Mlini se encuentra en el huso horario GMT +1, la moneda de uso es la kuna.
La localidad de Mlini pertenece (de mayor a menor) a la región Dubrovačko-Neretvanska y a la provincia Mlini.
El actual alcade de Mlini es xxxx.
El nombre francés de la localidad es Mlini.
Visitas destacadas
Como en toda ciudad mediterránea, las playas son uno de los principales atractivos de Mlini. No importa qué más pueda ofrecer, su historia, arte o lugares de ocio, siempre que se viaja al Mediterráneo nuestro primer pensamiento va dirigido al momento en que el agua roce por primera vez nuestros pies.
Las playas que ofrece Mlini son pequeñas calas tranquilas, algunas no son fáciles de encontrar y ese es su principal atractivo, el lugar ideal para aquellos que quieran relajarse y disfrutar de la naturaleza en estado casi virgen sin multitud de turistas gritando alrededor. Por norma general las playas de la localidad son de arena fina, pero algunas playas más salvajes están compuestas de pequeños guijarros que otorgan un paisaje diferente. El mar Mediterráneo, templado y calmado, completa la estampa junto con la vegetación cercana que en la mayoría de los casos permite obtener sombra natural en algunos puntos de las playas.
A pesar de estar aisladas y muy cuidadas para que apenas se perciba la mano del hombre, las playas de Mlini ofrecen todo tipo de servicios de restauración, sombrillas y artículos de primera necesidad.
Uno de los placeres de visitar una ciudad pequeña y tranquila es pasear por ella y recorrer, en un momento, las calles de una localidad en proceso de adaptación a los turistas. Comprobar cómo los habitantes de Mlini aún se sorprenden ante los turistas extranjeros, y ver cómo los pescadores realizan parte de su trabajo artesanalmente es una lección de cultura mucho mejor que las que se aprenden dentro de un museo.
La localidad de Mlini gira en torno al puerto y se compone de unas cuantas calles cercanas a la playa. La iglesia de San Hilario, construida en 1449, merece una visita, así como la capilla de San Roch. Ambas iglesias se encuentran muy cerca de la playa. El puerto se encuentra en un entrante al refugio de los vientos, rodeado de edificios y de un paseo marítimo con palmeras y algunos lugares de ocio en los que cenar o tomar un café. Desde cualquier punto de Mlini se puede disfrutar de las vistas del monte Spilan, una montaña rocosa en la que se encontraban los molinos que dieron nombre a la localidad, impulsados por el agua turbulenta del río Zavrelja.
La localidad de Cavtat se encuentra a 12 kilómetros de distancia de Mlini, cuyo principal atractivo se encuentra en los edificios históricos que aún se mantienen desde la época de la República de Dubrovnic. La ciudad fue reconstruida en el siglo XV sobre las ruinas de la antigua Epidaurum, que se había destruido por completo en el siglo VII.
Los edificios que se pueden contemplar hoy en día mezclan el estilo renacentista y el gótico dentro de una estructura muy concreta regulada por los planes de la antigua república. Entre los edificios de mayor interés se encuentran el Palacio del Rector, que hoy en día alberga una biblioteca y un museo etnográfico. Frente al palacio se puede contemplar los restos romanos y griegos encontrados en las excavaciones realizadas en la zona. Junto al palacio se encuentra la iglesia de San Nicolás, construida en estilo barroco y decorada en su interior con cuadros de pintores como Carmelo Reggi y Vlaho Bukovac de gran valor que han hecho que la iglesia albergue también un museo.
Finalmente la Fortaleza Sokol, otra visita imprescindible. Se trata de la fortaleza más importante de los tiempos de la República de Dubrovnic. En esta fortaleza se conservan aún los restos de fortalezas iliria y romanas sobre los que fue construida.
Dede Mlini se debe coger la carretera D8.
Dubrovnik se encuentra a solo 11 kilómetros de distancia de Mlini. Mlini es considerada por muchos de sus visitantes como un barrio residencial en el que descansar bien y tener fácil acceso para visitar Dubrovnik. Esta ciudad croata tiene mucha historia que ofrecer, solo pasear por sus calles y contemplar los edificios antiguos nos trasladan a épocas antiguas.
El recorrido por la ciudad debe comenzar por la muralla, que aún rodea la ciudad, compuesta por 16 torres desde las que se obtienen las mejores vistas de la ciudad y de la costa del Mediterráneo. La muralla se construyó en el siglo X y fue posteriormente reconstruida en el XVII. Una vez recorrida la muralla, que nos llevará aproximadamente una hora y media, se puede acceder a la zona histórica de la ciudad a través de la puerta de Pile que nos llevará hasta la plaza Luza a través de calles rodeadas de edificios aristocráticos y palacios. En la plaza se encuentra el palacio Sponza que posee un magnífico patio con tallas en piedra y la iglesia de San Blas, del siglo XVIII. Finalmente, se debe visitar la catedral de Velika Gospa, construida en 1192 y decorada en su interior por una Asunción pintada por Tizziano.
Desde Mlini se debe coger la carretera D8 para llegar a Dubrovnik.
Molunat es una localidad muy similar a Mlini. Es pequeña, tranquila, un pueblo principalmente de pescadores que en los últimos años acoge cada vez a más turistas. Una visita a Molunat desde Mlini es ideal para continuar disfrutando de la playa y de la tranquilidad pero cambiando de escenario por un día. Aunque Molunat ofrece más de lo que parece a simple vista, ya que es un lugar ideal para practicar deportes como el buceo, surf o bicicleta de montaña.
Molunat se encuentra en una zona de reserva ecológica, por lo que se puede disfrutar de la presencia de plantas y hierbas medicinales típicas de la zona mediterránea. Entre estas extensiones de vegetación se encuentran algunas playas magníficas, pequeñas calas de agua turquesa y arena blanca que no tienen nada que envidiar a las famosas playas del Caribe. No es raro encontrar olmos o cipreses junto al mar, conformando un paisaje poco habitual al que resulta fácil acostumbrarse.
En la línea de costa, cerca de las playas, es muy fácil encontrar restos de construcciones griegas y romanas que demuestran que los asentamientos en la zona son de los más antiguos de Europa.
Desde Mlini se debe tomar la D8 y recorrer 32 kilómetros hacia el sur.
Dice la leyenda que Ulises pasó siete años en la isla Mljet atrapado por los encantos de Calipso, pero quizá decidió quedarse gracias a los encantos de la propia isla. En Mljet predomina la naturaleza, en ella habitan apenas 1.000 habitantes y posee una gran extensión de bosque de pinos. Pero la isla no ofrece solamente maravillas naturales, el monasterio benedictino de Santa María construido en 1151 es la visita más destacada y recuerdo de parte de la historia de Croacia.
Para llegar hasta la isla desde Mlini en primer lugar hay que desplazarse hasta Dubrovnik y allí coger uno de los barcos que llegan a la isla.
La isla de Lokrum es una de las islas más naturales del Mediterráneo. Lokrum no tiene habitantes y está cubierta de plantas exóticas, pinos y cipreses. El agua es limpia y clara e invita al baño, aunque solo los atrevidos bajan por las rocas hasta el agua, ya que la isla no dispone de playas. El espíritu natural de Lokrum se completa con su zona de baño para nudistas. El monasterio benedictino es la única muestra del paso del hombre por la isla, ya que ni siquiera dispone de tiendas o restaurantes.
La isla se encuentra a solo 700 metros del puerto de Dubrovnik del que parten barcos con mucha frecuencia.
La bahía de Mali Ston se encuentra en la desembocadura del río Peljesac, que forma un canal natural en el norte de Croacia cerca de la frontera con Bosnia-Herzegovina. Gracias a que es una zona natural no contaminada, en la zona se encuentran muchos viveros de ostras y mejillones, por lo que la visita a esta zona combina un paseo por la naturaleza y un apartado gastronómico muy interesante. La ciudad de Ston se encuentra al final de la bahía y presenta una estructura medieval con murallas con un gran encanto y valor cultural.
Desde Mlini se debe tomar la D8 hacia el norte y recorrer 66 kilómetros.
Desde Mlini merece la pena acercarse hasta Herceg Novi, cruzando la frontera hasta Montenegro. Herceg Novi es una de las ciudades más turísticas de Montenegro donde uno de los principales atractivos es el castillo Forte Mare, construido en 1382 por el rey de Bosnia. En el casco antiguo se debe visitar también la Torre del Reloj del siglo XIX, la Torre Kanki de origen turco y el Museo Histórico inaugurado en 1953. La bahía de Boka Kotorska en la que se encuentra la ciudad presenta numerosas playas compuestas de guijarros.
Desde Mlini hay que coger la D8 y recorrer 38 kilómetros hacia el sur.
¿Cómo llegar?
En avion: el aeropuerto de Dubrovnik se encuentra a 11 kilómetros de la localidad de Mlini. En este aeropuerto operan, entre otras, las compañías aéreas Croatian Airlines, Germania, Norwegian, Volotea, Finnair, EasyJet, British Airways, Austrian Airlines y Air Serbia.
Desde el aeropuerto se puede coger el servicio de transporte directo hasta Dubrovnik, de la compañía Atlas Buses, que realiza el trayecto cada vez que aterriza un vuelo. El precio del billete sencillo es de 35 kuna.
Atlas Croacia: http://www.atlas-croatia.com/
Por carretera: la carretera D8 recorre la costa de norte a sur y comunica Mlini con el resto de ciudades de la costa croata e incluso con otras ciudades extranjeras cercanas. La carretera M20 se adentra en el continente y comunica con Trebinje y Mostar en Bosnia-Herzegovina. La M16 comunica Mlini con Zagrev.
En autobús: desde Dubrovnic se puede llegar a Mlini con uno de los autobuses urbanos. El precio del billete sencillo es de 15 kuna.
En tren: la red ferroviaria de Croacia se vio muy afectada por la guerra y aún se encuentra en proceso de recuperación, por lo que es preferible evitar este tipo de desplazamientos.
En la ciudad: Mlini es una ciudad pequeña y tranquila, se debe recorrer a pie.