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Una de las mejores playas de Santorini
La costa sur de la isla de Santorini está salpicada de bellísimas playas, que ofrecen esa imagen tan atractiva que tantas veces hemos visto en los folletos: aguas transparentes de color turquesa, playas recónditas… La playa de Perissa, situada en esta franja costera, es también impresionante; pero tiene una peculiaridad que la hace distinta al resto. Y es que es de arena negra, de origen volcánico. Tiene Bandera Azul, que garantiza la calidad de sus aguas, y se extiende a lo largo de siete kilómetros de costa. La arena negra es fina y aterciopelada, y el contraste con el agua azul crea una escenografía difícil de superar en cuanto a dramatismo y belleza. En la playa de Perissa es posible practicar submarinismo o esnórkel: sus aguas cálidas y cristalinas hacen de estas actividades un auténtico placer. También hay muchos establecimientos que permiten a los viajeros disfrutar de otros deportes acuáticos. Por otra parte, a lo largo de la playa hay un animado paseo marítimo atestado de restaurantes, tabernas tradicionales, tiendas de moda y regalos, y bares de estilo chill-out donde relajarse contemplando el espectacular mar Egeo.
Antiguas iglesias y ciudades milenarias
Si la playa es hermosa en Perissa, también lo son sus encantadoras iglesias. Solo hay que retirarse unos metros de la costa y encaminarse hacia el interior del pueblo para descubrir preciosos templos, como por ejemplo la iglesia de Agia Irini (Santa Irene). El nombre latino de este templo, “Santa Irini”, dio origen al nombre actual de la isla: Santorini. La iglesia data del siglo XVI y es de estilo bizantino. Lo mejor es visitarla en dos fechas determinadas: el 29 de agosto y el 14 de septiembre, días en que se honra a la santa patrona, que murió en la isla durante su exilio en el año 304 d.C. Otro templo que merece la pena visitar es la iglesia de la Santa Cruz, cuya estructura con cinco cúpulas es espectacular. No es el templo original: en 1956 fue destruido para luego ser reconstruido respetando su estilo original. Y para quienes les guste caminar, la antigua ciudad de Messa Vuna se alza en la cumbre de la montaña que separa Perissa de Kamari, con ruinas de más de tres mil años de antigüedad. La ruta senderista cubre un trayecto de 3 kilómetros con un desnivel de 600 metros.
Emporio, pasado histórico entre piedras centenarias
Perissa está a una distancia de 3,3 kilómetros de Emporio, la ciudad más grande de la isla. Tal es su proximidad que muchas veces se considera a Perissa parte de la urbe. Emporio está situada en la falda de la cordillera Profitis Ilias y es una ciudad llena de interés para el viajero. Por ejemplo, en su casco urbano se puede visitar uno de los cinco castillos fortificados de origen medieval que se reparten por Santorini: el Goulas de Nimporio. La iglesia de Agios Nikolaos Marmaritis es otro edificio de interés, mientras que en la cercana cordillera de Gavrilos se han encontrado ruinas de tiempos del Imperio Bizantino. Sin embargo, el lugar más atractivo de la ciudad es Kastelli, del asentamiento fortificado construido en la isla en tiempos de la ocupación veneciana que dio origen a la actual población. En la zona de Kastelli se conservan encantadoras callejuelas de piedra, arcos que cruzan de casa a casa, patios y terrazas donde brillan las flores… Un enclave donde parece que el tiempo se ha detenido, que transportará al viajero a legendarios tiempos pasados.
Akrotiri, la “Pompeya” de Grecia
Solo doce kilómetros separan a Perissa de Akrotiri, un yacimiento arqueológico de enorme importancia situado en la costa sur de Santorini. Se trata de una antigua ciudad minoica edificada hace alrededor de 3.500 años, preservada durante siglos por las cenizas del volcán que destruyó la ciudad en el año 1500 a.C. (tal y como le sucedió a Pompeya). El yacimiento está cubierto por tejavanas que permiten visitarlo con total comodidad, independientemente del tiempo que haga. Las ruinas muestran un estado de conservación impresionante: el viajero puede caminar por antiguas calles, entrar en los edificios (de los cuales se conservan incluso las plantas superiores), subir y bajar escaleras… En las ruinas también se pueden admirar copias de los frescos originales y objetos de cerámica encontrados en las excavaciones. Actualmente, los frescos originales se exhiben en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Junto con las ruinas de Thera, las de Akrotiri son las más importantes de toda la isla. En la localidad de Akrotiri, situada junto al yacimiento, también se pueden visitar su fantástico faro (uno de los más antiguos de Grecia) y su castillo veneciano.
Thera, las ruinas de tres civilizaciones
Otra visita imprescindible en los alrededores de Perissa es la ciudad de Thera o Thira, situada a unos 13 kilómetros. Construida sobre un alto y en un enclave fortificado, Thera fue descubierta y comenzada a excavar en el año 1860. En las excavaciones se han encontrado sucesivas ciudades de distintas épocas: helenística, romana y bizantina. Aunque parte de las excavaciones están cerradas al público, en Thira hay mucho que ver: templos griegos, pavimentos con hermosos mosaicos, un teatro clásico con vistas impresionantes, el ágora, el gimnasio… En la zona oeste se levanta también un Santuario construido en el s. III a.C., decorado con relieves que simbolizan a distintos dioses romanos. La población de Thira tiene un Museo de la Prehistoria donde se exponen algunos de los artefactos encontrados en las ruinas de Akrotiri, así como un fantástico Museo Arqueológico con objetos hallados en la ciudad antigua y en sus necrópolis. Desde Perissa se puede llegar a Thira caminando; el trayecto solo dura unos 30 minutos.
Kamari, entre el mar y la montaña
La costa este de Santorini también reserva al visitante algunas preciosas sorpresas. Por ejemplo, el pintoresco pueblo de Kamari, que goza de una ubicación espectacular en la que el mar Egeo y la rocosa montaña volcánica se funden en un panorama de gran dramatismo. La playa de Kamari, negra como la de Perissa, es de origen volcánico y también tiene Bandera Azul. En uno de los extremos de la playa se alza un antiguo templo griego dedicado a Poseidón, dios de los mares. El paseo marítimo de Kamari es el mejor lugar para caminar al atardecer, y para degustar la gastronomía isleña en las típicas tabernas junto al mar.
Oia, colgada sobre un acantilado
Este bellísimo pueblo llama la atención por la forma en la que sus casas se esparcen sobre un acantilado, situado en la Caldera de Santorini. La población ha sido durante siglos destino preferente para artistas, escritores y poetas, y hoy día es uno de los lugares más turísticos de la isla. El mejor momento para visitar Oia es poco antes del atardecer, de forma que tengamos tiempo para pasear por sus calles y hacer compras, para luego terminar la jornada disfrutando de la puesta de sol. Lo mejor es reservar mesa en algunos de los restaurantes que miran al oeste.
La Playa Roja: junto a las ruinas de Akrotiri
La costa este de Santorini también reserva al visitante algunas preciosas sorpresas. Por ejemplo, el pintoresco pueblo de Kamari, que goza de una ubicación espectacular en la que el mar Egeo y la rocosa montaña volcánica se funden en un panorama de gran dramatismo. La playa de Kamari, negra como la de Perissa, es de origen volcánico y también tiene Bandera Azul. En uno de los extremos de la playa se alza un antiguo templo griego dedicado a Poseidón, dios de los mares. El paseo marítimo de Kamari es el mejor lugar para caminar al atardecer, y para degustar la gastronomía isleña en las típicas tabernas junto al mar.
Messaria, la tradición del vino
Messaria es uno de los escasos pueblos de las islas Cícladas que no vive del turismo. Sus habitantes se dedican a una de las industrias más antiguas de la humanidad: la agricultura, fundamentalmente la producción vitivinícola. El pueblo es pequeño y con encanto, y en su zona más alta se agrupan algunas iglesias antiguas y tradicionales que vale la pena visitar. También hay fantásticas mansiones antiguas, como la Mansión Argyros: una impresionante casona de estilo y época neoclásicos, que fue edificada por orden del comerciante de vinos Georgios Argyros a finales del siglo XIX. Actualmente la casa alberga un museo abierto al público.
Redactor :
Anne Chabot
